Catalunya, en el punto de mira de la Historia

Posted on Actualizado enn

La actual discusión sobre si Catalunya tiene realmente un poso histórico para reivindicar su independencia arroja lecturas que pueden ser sesgadas por ambas partes del conflicto
La actual discusión sobre si Catalunya tiene realmente un poso histórico para reivindicar su independencia arroja lecturas que pueden ser sesgadas por ambas partes del conflicto

Dentro de los argumentos a favor y en contra de la independencia de Cataluña, la discusión sobre el pasado de este territorio es un elemento recurrente. El pasado 11 de septiembre -día nacional de Cataluña- se celebró con una multitudinaria marcha a favor del referendo soberanista el 300° aniversario de la caída de Barcelona en 1714, durante la Guerra de Sucesión. La rendición a las tropas borbónicas -apoyadas por Castilla- marca el momento en que se esfumaron las instituciones de autogobierno de Cataluña.

Con motivo del tricentenario, el Ayuntamiento de Barcelona reivindicó la fecha como «un símbolo de la voluntad catalana de seguir existiendo como entidad nacional».

La relevancia de los argumentos históricos sobre la independencia se encaja en la batalla jurídico-política que libran las autoridades catalanas con las del Estado central en Madrid.

Sin embargo, políticamente, son a menudo un arma arrojadiza entre quienes defienden la unidad de España y quienes abogan por la independencia de Cataluña

Desde el independentismo, muchos simpatizan con la idea de que sí lo fue. Citan la Cataluña de la Edad Media y los pronunciamientos que declararon la república catalana en el siglo XIX y el primer tercio del XX.

Entre los que se oponen a la secesión catalana, hay quienes aseguran que esos episodios «independentistas» no llegan a la consideración siquiera de intentos fallidos y los llegan a calificar de «mitología inventada».

Sobre el asunto, no sólo los políticos, también los historiadores están divididos.

En 1640, 1873, 1931 y 1934 se pueden indentificar diferentes episodios para discutir si derivaron siquiera momentáneamente en la independencia de Cataluña. Pero los historiadores ven en esos eventos más un producto de la tensión izquierda-derecha o monarquía-república que de una verdadera aspiración independentista.

Es sobre todo en la Edad Media donde se centra la discusión: en si se puede hablar de que los catalanes fueron una entidad soberana entre el siglo X y el fin de la Guerra de Sucesión (1701-1715). La respuesta para Josep María Fradera, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Pompeu Fabra, es «No». Para Joan Cullá, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona, es «Sí». Eso sí, ambos coinciden en que no se debería hablar ni de «independencia» ni de «Estado» en el sentido moderno y lo más adecuado sería debatir alrededor del concepto de «soberanía».

Para entender la discusión hay que recapitular: a grandes rasgos, tras la fragmentación del Imperio Romano, en la Península Ibérica se expandieron los árabes. Este dominio comienza a retroceder a partir del siglo VII en un lento proceso que dura ocho siglos -y suele donominarse «Reconquista»- en el que los cristianos hacen replegarse a los árabes hacia el sur.

Cataluña milenaria

En los territorios de lo que es Cataluña en la actualidad, los cristianos crean unos «condados» que se sitúan como satélites del Imperio Carolingio, que ocupó territorios de la actual Francia hasta entrado el siglo VIII.

El profesor Cullá argumenta que ese fue un momento clave en el que el Imperio Carolingio les reconoció a los condados catalanes su soberanía. «A partir de ese momento, un poco antes del año 1000 en adelante, Cataluña es un país soberano», asegura Cullá.

«Una soberanía clarísima, con la particularidad de que no tenía un monarca propio. Pero Canadá, tampoco. Australia o Nueva Zelanda jamás han tenido un monarca propio y a nadie se le ocurre pensar que todavía es una colonia británica por el hecho de que su jefe de Estado sea la reina Isabel II», sostiene Cullá.

Para el profesor Fradera, sin embargo, una idea así «en el mundo medieval no tiene ningún sentido». «Las relaciones son de señor y vasallos, todo el mundo es vasallo de alguien excepto los reyes y los grandes modelos de entidad que se suponen herederos del Imperio Romano, como el de Carlomagno».

La «confederación» con Aragón

Un par de siglos después, en el siglo XII, se produce la unión dinástica con la Corona de Aragón. Para Cullá, se trata de una unión entre entidades que conservan su soberanía. «Pasan a tener el mismo monarca, pero siguen siendo dos países distintos, con diferentes instituciones, impuestos, leyes, etcétera». Esa situación dura hasta 1714 «cuando, entonces sí, Cataluña pasa a ser una provincia», según Cullá, y el territorio pierde su soberanía.

Fradera discrepa en su interpretación de la confederación catalana con los aragoneses y remite al concepto de «monarquías compuestas», es decir, uniones bajo un monarca de diferentes reinos y señoríos. El profesor no niega la existencia de tensiones territoriales y choques entre las instituciones catalanas y las del resto del Estado, pero, a diferencia de Cullá, descarta que Cataluña haya sido un ente «independiente» y unitario.

Diada: 300 años

Sin embargo, los historiadores coinciden en situar como clave el año 1714, cuando cayó Barcelona a manos de las tropas borbónicas en plena Guerra de Sucesión. En esa guerra, un conflicto internacional que devino en una disputa interna por el trono español, Felipe V derrotó al aspirante de la Casa de los Austria, el archiduque Carlos. Felipe V tenía su principal apoyo en Castilla, mientras en la Corona de Aragón (que incluía Cataluña) tenían su bastión los austracistas.

La victoria de las tropas borbónicas supuso la supresión de los fueros e instituciones catalanas. El nuevo rey impuso un modelo político centralista a imagen y semejanza del absolutismo francés.

Desde finales del siglo XIX, con la excepción de los 40 años del franquismo, cada 11 de septiembre la efeméride de la derrota barcelonesa se celebra como la fiesta nacional catalana, la Diada.

El año 2015, los partidarios de la consulta soberanista hicieron una demostración de fuerza al movilizar a miles de ciudadanos en las calles, en una reivindicación del derecho a la autodeterminación.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.