El funcionamiento electoral durante la España de la Restauración
El documento consiste en una tabla de contenido estadístico referido al número de escaños al Congreso obtenidos por una serie de grupos y partidos políticos españoles durante el período 1876-1886. Pertenece al libro «Elecciones y partidos políticos de España», escrito por M.M. Cuadrado; por tanto es un documento de fuente secundaria y de temática político-electoral.
En la tabla estadística existen varias variables; en primer lugar 4 grupos políticos: conservadores, liberales, republicanos y otros. Seguidamente se observa la evolución del número de escaños que cada uno de estos partidos políticos obtienen en las 5 elecciones que se producen desde 1876 hasta 1886. Los republicanos representan un grupo minoritario en el Congreso, sacando pocos escaños en todas las elecciones, siendo sus mejores resultados en 1881 con 32 diputados; el grupo de Otros le ocurre algo similar: obtienen escasos escaños en el Congreso, llegando el máximo a los 26 en 1879. Por contra, tanto los liberales como los conservadores son los partidos que obtienen mayor número de diputados, aunque con enormes diferencias de unos años a otros. Así, los liberales conseguirán mayoría absoluta en las elecciones de 1881 (297 escaños) y 1886 (288 escaños). Por contra sufrirán una severa derrota en 1876 (32 diputados), 1879 (63 escaños) y 1884 (67 diputados); lo contrario le ocurre al partido conservador: en los años 1876, 1879 y 1884 obtienen mayorías absolutas, con 333, 293 y 318 escaños respectivamente, mientras que sufren severas derrotas en 1881 y 1886, con 39 y 67 diputados respectivamente.
Este cuadro representa claramente los resultados del funcionamiento del sistema canovista de la Restauración. El triunfo casi alternativo de los dos partidos dinásticos (el conservador y el liberal) en las sucesivas elecciones se debía al falseamiento electoral tipico de la Restauración. El acuerdo entre el rey y los líderes de los 2 partidos liberales para turnarse en el poder utilizando prácticas caciquiles antidemocráticas hizo que fuese imposible al resto de partidos no solo conseguir el poder sino incluso obtener un elevado número de diputados.
El funcionamiento era muy simple. El rey encargaba la formación de gobierno a uno de los líderes de los partidos dinásticos; éste convocaba elecciones generales que eran ganadas con claridad por el partido en el poder amañando los resultados mediante variadas prácticas (compra de votos, manipulación del censo, voto de difuntos, etc). De esta manera el gobierno siempre tenía el respaldo de la mayoría de la Cámara. El otro partido dinástico se comprometía a esperar su turno para gobernar, por lo que no denunciaba las irregularidades electorales.
El triunfo del partido conservador en las elecciones de 1876 y 1879 se debió a que aún no estaba perfectamente consolidado el otro partido del turno, a saber, el partido liberal de Sagasta; pero a partir de 1881 y tras el acuerdo de Cánovas y Sagasta respaldado por Alfonso XII el turnismo es perfecto: en 1881 ganan las elecciones los liberales, para perderlas en 1884 y volverlas a ganar en 1886; así hasta la descomposición del sistema de la Restauración en 1921. Los republicanos eran entonces el principal grupo opositor al sistema, pero el falseamiento electoral y la enorme división dentro del republicanismo español (existían 4 facciones diferentes) provocaron sus decepcionantes resultados electorales. Sólo cuando en las elecciones de 1881 fueron unidos consiguieron un número de escaños digno. El resto de la oposición se engloba en el nombre de Otros, y habría que incluir además de algunos diputados independientes, sobre todo a los carlistas del pretendiente don Carlos de Borbón, que solo mostraban fuerza en Navarra, País Vasco y Cataluña, siendo su influencia escasa en el resto del país. Y también destacar en este grupo heterogéneo a la Unión Católica, liderada por Alejandro Pidal, que se trataba de un partido conservador y católico aunque crítico con el partido de Cánovas, al que acusaba de excesivo liberalismo en sus planteamientos.