El míster, el night club y el bungalow

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La invasión de anglicismos y la economía en el vocabulario llevan a usos únicos de la lengua
La invasión de anglicismos y la economía en el vocabulario llevan a usos únicos de la lengua

La «comodidad» léxica a la hora de usar anglicismos cuando hablamos o escribimos en castellano ha provocado que muchos de ellos hayan sufrido modificaciones en su forma o en su significado que, de utilizarse en zonas anglófonas, carecerían de comprensión o conducirían a una confusión, como «crack» o «night club».

Términos futbolísticos como «córner», que hace referencia al saque de esquina, o «crack», en alusión a un buen jugador, son el resultado de esa «economía» y «comodidad», en un proceso denominado elipsis por el que se omite parte de una frase o palabra compuesta.

Lo correcto en inglés es decir que Messi o Ronaldo son «crack players», pues entre los distintos significados que ofrece la palabra inglesa «crack» figuran los relacionados con droga o ruptura.

Es la opinión del catedrático de Filología Inglesa en la Universidad de Alicante (UA) Félix Rodríguez, coautor del libro «Nuevo diccionario de anglicismos» y quien recientemente ha terminado un trabajo de investigación titulado «Pseudo en el español actual, Revisión crítica y tratamiento lexicográfico».

Esta elipsis también se observa en términos como cóctel -del inglés cocktail-, anglicismo empleado para referirnos a una mezcla de bebidas o a una fiesta donde habrá algún tipo de comida, explica Rodríguez.

Esta última acepción precisa de la palabra «party» si viviéramos en el Reino Unido, pues de lo contrario se entendería que vamos a meternos dentro de una bebida, una «confusión» que también podría darse si quisiéramos anunciar que «nos vamos a hacer cross», es decir campo a través, ya que para este uso es necesario decir «cross country». «Cross», en modo simple, hace referencia a una cruz.

Es por ello que este tipo de abreviaturas, surgidas de «mínimos esfuerzos» ante la complejidad del uso de los anglicismos, puede carecer de sentido o generar confusión en el país de origen.

«Top» por «top model», «paddle» por «paddle tennis» o «las tenis» por «tennis shoes» son otros de los muchos ejemplos aportados por el catedrático alicantino.

El otro proceso de transformación de los anglicismos hace referencia al uso y sentido de los mismos, pues en ocasiones han sido modificados de tal forma que cuando son utilizados en países anglófonos por castellano parlantes o viceversa pueden generar confusión.

Si un inocente británico entrara en «night club» español se llevaría una buena o mala sorpresa, según como lo mire, pues este término no tiene connotación sexual o erótica en el léxico inglés.

Si este mismo ciudadano británico expusiera en una inmobiliaria española su intención de comprar un bungaló (bungalow), el agente se equivocaría al enseñarle un adosado o un inmueble único de dos o más alturas sin ningún tipo de jardín o uno de reducidas dimensiones.  Lo que busca es lo que se conoce en España por chalé, precisa Rodríguez. «Con el uso, las palabras se desgastan», explica.

Otro ejemplo, la palabra «míster». A pesar de ser un claro anglicismo -empleado como tratamiento de cortesía equivalente a «señor»-, sólo es utilizado para hacer referencia a un «entrenador» en España y en Italia, pero no en Gran Bretaña.

El término SMS, formado por la siglas del término «short message service», comenzó a emplearse fuera del ámbito anglófono «por economía o comodidad». «Ahora comienza a ser utilizado también en estos países, que hasta ahora usaban las palabras «text message», expone Rodríguez en un ejemplo de «exportación e importación» léxica.

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