Redención y muerte tras el despiporre

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La película Garganta profunda se popularizó sobre todo a raíz de los juicios realizados contra los distribuidores en varios países, donde se consideró que la pornografía contenida en el filme superaba los límites hasta el momento aceptados
Linda Lovelace

«Lovelace», la película protagonizada por Amanda Seyfred en 2013, devolvió al centro del interés mediático a Linda Susan Boreman, nacida en Nueva York en 1949 y muerta a causa de un accidente automovilístico Los Ángeles en 2002, a los 53 años.

Su trágica desaparición aumentó la leyenda que rodeó su figura tras convertirse en un estandarte de la revolución sexual en los Estados Unidos, tras «Garganta profunda», el primer filme pornográfico hardcore de la historia, sacudiera las buenas conciencias en los 70.

Eran los tiempos del Watergate, cuando la sociedad estadounidense entendió que un Presidente también podía mentir, una pérdida de inocencia que de todos modos no impidió la dimisión de Richard Nixon en 1974. Aunque los pobladores de la nación más poderosa del mundo, inmersos en la Guerra Fría y en el boicot olímpico, no estaba para sustos, recibieron de buen grado el filme de Gerard Damiano protagonizado por Linda Lovelace (nombre artístico de la Boreman) y Harry Reems (1947-2013).

No sólo el filme se convirtió en el más popular en la historia del cine porno, ocupando por ejemplo la portada de la revista Time, sino que también resultó el más rentable, con 47 mil dólares de inversión contra 600 millones recaudados. Los actores, que recibieron una magra paga por su trabajo, nunca pudieron superar el estigma de la película y poco más hicieron luego de su participación en Garganta profunda, también la forma que los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein bautizaron a su investigación sobre el caso Watergate.

Cuando hizo el filme, Linda Lovelace tenía 21 años, una película de porno aficionado en su haber y el deseo de convertirse en una estrella de cine convencional, un sueño que jamás pudo cumplir. Por su trabajo en «Garganta profunda» cobró 1250 dólares, una brizna en el mar de oro que hizo millonarios a los productores del filme.

Fue la autobiografía «Ordeal» lo que le dio a la atractiva mujer una fama extraordinaria. Allí no sólo contaba las técnicas de felación utilizadas empleadas en la película que todavía es referencia del género, sino también los abusos de que había sido objeto por parte de su primer marido, Chuck Traynor, quien muchas veces la obligaba a punta de pistola a filmar ciertas escenas, acusaciones que nunca fueron demostradas. De hecho, Traynor (1937-2002), fue una importante figura en la industria del porno, contra la que Linda luchó toda su vida haciendo causa común con los grupos feministas.

Linda Susan Boreman nació en Nueva York el 10 de enero de 1949 y aunque fue famosa, más lo hizo por el lado oscuro de la celebridad y su desempeño en el mundo de la pornografía, una actividad que le dejó secuelas graves de salud –tumores a causa de las inyecciones de siliconas, por ejemplo- y no pocos problemas emocionales y psicológicos.

En 1970 contrajo hepatitis a causa de una transfusión sanguínea y en 1987 salvó su vida con un trasplante de hígado. En 1974 se casó con Larry Marchiano, padre de sus dos hijos y de quien se divorció en 1996. En 1980 publicó «Ordeal,» la feroz autobiografía en donde pudo verse que su vida era de todo menos armoniosa.

También compartió numerosas veces sus vivencias en foros y escribió un nuevo libro llamado Out of Bondage (1986). El 22 de abril del 2002 Linda Lovelace falleció a causa de las heridas ocasionadas por un accidente automovilístico que la había dejado en coma 19 días antes.

En 1979, el abogado Victor Yannacone indicó que los profesionales que intervinieron en ‘Garganta profunda’ golpearon y abusaron sexualmente de su cliente, a la que forzaron a realizar todo aquello que imponía el guión por ellos ideado. El letrado, que pidió el control de los asuntos financieros de su defendida, aseguraba que Linda Lovelace fue asaltada reiteradamente. La denuncia fue sorprendente, porque hasta el momento se había asumido que Linda Loveláce .intervino de grado en la popular y denostada película, en la que el título hace referencia a los supuestos poderes sexuales de la garganta, de la actriz. Linda Lovelace, además, escribió un libro sobre esta experiencia: ‘Inside Linda Lovelace’, que en España fue publicado en 1977 por la Editorial Cupsa (filial de Planeta), con el título ‘Dentro’.

La película se popularizó sobre todo a raíz de los juicios realizados contra los distribuidores en varios países, donde se consideró que la pornografía contenida en el filme superaba los límites hasta el momento aceptados. En Gran Bretaña, elj uicio fue en 1976, contra el libro escrito por Linda Lovelace. Un jurado formado por personas menores de cuarenta años no lo consideraron pernicioso para la moral pública.

En ese libro, Linda Lovelace no mostraba arrepentimiento alguno acerca de las actividades que tuvo que realizar en el filme ni da muestras de que no hubiese disfrutado llevándolas a cabo. Al contrario, en un apartado filosófico, de ‘Dentro’, la señorita Lovelace aseguraba que para que la educación de los niños fuera más completa, ella eliminaría de la televisión todos aquellos programas en los que estuviera presente la violencia y emitiría sólo aquéllos relativos al sexo. En el libro, Linda Lovelace ratificaba el que parecía ser el invento principal de su personaje: la garganta; en la garganta profunda se hallan los órganos sexuales femeninos. Los jueces británicos que se enfrentaron procesalmente al libro, aseguraron que esta convicción podía conducir a las mujeres a la asfixia.

En el libro ‘Ordeal’ (1980) contaba cómo pasó de ser Linda Susan Boreman, la hija de un policía criada en Yonkers (Nueva York) y educada en varios colegios católicos, cuya máxima ambición era ordenarse monja, a convertirse en Linda Lovelace, la primera gran estrella del cine para adultos, gracias a la película ‘Garganta profunda’ (1972). Pero también la importancia que tuvo en el proceso Chuck Traynor, marido y manager, que, siempre según Lovelace, la forzó a rodar la película punta de pistola y la prostituyó hasta que logró separarse de él.

Después rodaría una olvidable segunda entrega de ‘Garganta profunda’ (‘Deep throat II’, 1974) y la comedia erótica ‘Linda Lovelace’. Candidata a presidente (Claudio Guzmán, 1974), que explotaba su fama como estrella X, para abandonar el cine y regresar a la vida pública alineada con el movimiento feminista radical y como furibunda activista antiporno, hasta el punto de declarar ante la Comisión del Congreso de los Estados Unidos que investigaba el mundo de la pornografía por orden del presidente Ronald Reagan. «Cuando ven la película, están viendo cómo soy violada», llegó a afirmar. Su éxito fue efímero y se benefició de la acogida favorable de ‘Garganta profunda’ por parte de la comunidad intelectual, que consideraba el porno una forma de libre manifestación artística y se oponía a la persecución censora que sufrió una cinta que no llegaría a España hasta 1984, coincidiendo con la puesta en marcha de las primeras salas X.

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