Lectura

Nuevo guiño a las luces de Charlie Chaplin

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Charlie Chaplin, un genio de vida azarosa
Charlie Chaplin, un genio de vida azarosa

Puede que nunca antes un libro haya merecido tanto el calificativo de «ladrillo». Con un peso de más de 6 kilos, «Los archivos de Charlie Chaplin» quizá sea la obra más exhaustiva jamás escrita sobre uno de los mayores artistas del siglo XX.

Este grueso volumen en inglés, publicado por ediciones Taschen, está dirigido por Paul Duncan, el gran historiador británico de la historia del cine, artífice de obras sobre Ingmar Bergman o Pedro Almodóvar.

El libro, de 560 páginas e ilustrado con más de 900 fotografías de una gran calidad, sigue paso a paso la vida y obra del cineasta.

El lector comienza asistiendo a su infancia miserable en Londres, para proseguir luego con sus primeros servicios en las salas de fiesta británicas y estadounidenses, sus cortometrajes, su consagración y su rechazo en Estados Unidos, un país obsesionado con «la caza de rojos», para acabar observando, impotente, el desastre de «La condesa de Hong Kong», su última película, de 1967.

«El principio de este libro es simple: mostrar cómo Chaplin hizo sus películas», explica Paul Duncan en su introducción.

El volumen contiene numerosas fotos inéditas de rodajes, documentos raros, entrevistas y hasta guiones de películas nunca realizadas. Una inmersión en el corazón de la creación artística.

El personaje de Charlot nació de casualidad. Cuando trabajaba para Keystone, en diciembre de 1913, Chaplin tuvo la idea de ponerse un pantalón del actor Roscoe Arbuckle, conocido por su papel de Fatty (el gordo). Tomó también una chaqueta demasiado pequeña de otro actor, se colocó un bombín que encontró en el camerino y se calzó con unos zapatos demasiado grandes para él.

«Quería que todo se contradijera: el pantalón demasiado grande, el abrigo, ajustado, el pequeño sombrero y los grandes zapatos», cuenta Chaplin, hablando del personaje que le catapultó a la fama y la riqueza.

«No tenía ninguna idea del personaje. Pero desde que me vestí, la ropa y el maquillaje me hicieron entrar en este individuo, empecé a conocerle y, en el momento en el que entré en escena, ya había nacido (…) Los gags y las ideas cómicas ardían en mi cabeza», prosigue el artista.

Todos los filmes de Chaplin se analizan en el libro, hasta el último, «La condesa de Hong Kong», en el que el artista dirigió, a sus 78 años, a Marlon Brando y Sophia Loren.

La película fue una catástrofe y la crítica fue feroz. La revista Time publicó: «Quizá sea la mejor película jamás hecha por un director de 77 años. Desgraciadamente, es también la peor película que jamás haya hecho Chaplin».

Recomendación a los lectores de Pamont: «Hollywood Babilonia»

En este libro Kenneth Anger (1927), cineasta maldito, vuelca, describe y cuenta, todas las miserias del sistema y de las estrellas que habitan ese mundo de artificio que es el cine de Hollywood. Y lo hace con toda la legítima mala leche que puede tener un artista rebelde e incomprendido. La fábrica de sueños no lo incluye en su maquinaria y Anger se desquita poniendo al descubierto toda la basura que se halla bajo la alfombra roja de Hollywood durante décadas.

Estos oscuros episodios son relatados de un modo atrapante, con cierto estilo periodístico que recuerda a Truman Capote por lo ameno de su lectura y la rigurosa verdad del contenido. Se suceden historias como la de Fatty Arbuckle, el obeso cómico que en un encuentro sexual asesina a una estrellita. Chaplin es presentado como un aficionado a las jovencitas, muy jovencitas. Errol Flynn, no solo se batía como pirata en el celuloide, llevaba a cabo otras batallas en su yate, tan peligrosas que fue acusado de estupro. Erich Von Stroheim organizaba las mejores orgías de Hollywood bajo la protección de la Universal , la Paramount y la Metro Goldwyn Mayer y nadie se escandalizaba. Frances Farmer, la hermosa y rebelde actriz, es reducida por el sistema judicial a la condición de orate por medio de una lobotomía. Entre Lana Turner y su hija se cargan al amante de la estrella, el mafioso Joe Stompanato y Lana produce la mejor actuación de su carrera. Estas son algunas de las muchas historias que contiene el libro. Se lee con avidez, como a la prensa amarilla, con la diferencia que estos acontecimientos están descritos por un verdadero artista.

En líneas inferiores, un extracto de «Hollywood Babilonia», en el que se menciona la afición de Charlie Chaplin por las menores de edad.

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Oscar Wilde, retrato de un genio

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Oscar Wilde
Oscar Wilde brillante escritor

Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde nació un 16 de octubre de 1854 en Dublín.

Su familia fue clave en el futuro desarrollo de su talento, ya que su madre escribía poemas revolucionarios y tradujo la novela de terror gótico ‘Sidonia la hechicera’, obra que le impulsaría a introducir elementos más oscuros en sus futuros relatos.

Brillante en sus estudios, Wilde consiguió una beca en la Magdalen College de Oxford, donde cosechó éxitos y premios no sólo en sus clases sino por sus escritos.

De hecho, ganó el premio Newdigate por su poema ‘Ravenna’ (1878).

Tan sólo tres años después, publicaría su primera recopilación de poemas, que supuso el lanzamiento de la carrera de Wilde, llevándole a dar conferencias a lo largo y ancho de Estados Unidos durante un año.

En 1884, después de su periplo por Norteamérica y París, Wilde contrajo matrimonio con Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos, Cyril y Vyvyan.

A partir de ahí comienza el periodo más fructífero y creativo de su carrera, publicando numerosas obras dentro del género de los cuentos como las compilaciones ‘El príncipe feliz y otros cuentos’ (1888) y ‘Una casa de granadas’ (1892).

Pero la obra sin duda más recordada de Wilde sería ‘El retrato de Dorian Gray’, la única novela que publicó el autor y que sería objeto de críticas voraces por el implícito erotismo entre hombres, que no sentó nada bien a la sociedad de la época.

No obstante, este libro ha llegado con buena salud a nuestros días y ha sido objeto de múltiples adaptaciones cinematográficas, que han querido explorar el mito de la juventud eterna.

Tras el éxito cosechado en el género de los cuentos y de la novela, Wilde exploró el campo del teatro con ‘El abanico de Lady Windermere’.

Tan bueno fue el recibimiento de ésta que siguió escribiendo obras tan reseñables en su carrera como ‘Una mujer sin importancia’, ‘Un marido ideal’ o ‘La importancia de llamarse Ernesto’, que le establecieron como un digno autor de teatro.

En 1891, Wilde conoce a Lord Alfred ‘Bosie’ Douglas, el tercer hijo del Marqués de Queensberry, y pronto inician un romance que les convierte en inseparables.

Cuatro años después, el escritor demandó al padre de ‘Bosie’ por difamación ya que le había acusado de homosexualidad.

Wilde retiró el caso, pero fue arrestado y declarado culpable de indecencia grave y condenado a prisión.

Alejado de su familia, pues Constanza huyó a Suiza con su hijos tras el escándalo, Wilde sigue escribiendo durante su encierro.

De esta época surge ‘De Profundis’, una larga carta dirigida a su amante en la que rememora su relación y se reafirma en sus actos.

Tras su liberación escribe ‘Balada de la cárcel de Reading’, poema sobre la relación entre el amor y las convenciones sociales, entre la vida y la muerte, todo bajo la agonía de su encierro.

A partir de ahí, Wilde se dedica a vagar por Europa sin poder recuperar la creatividad que le había encumbrado pocos años antes.

Solo y enfermo de meningitis, Oscar Wilde fallece el 30 de noviembre de 1900 en París, donde descansan sus restos en una tumba que se ha convertido en lugar de peregrinación mundial.

 

El último grito editorial: Libros de adultos para colorear

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'El jardín secreto', de Johanna Basford
‘El jardín secreto’, de Johanna Basford

En noviembre de 2014 la industria editorial francesa se sorprendió al ver que el éxito de los libros de cocina había sido superado por un inesperado concepto: libros de colorear para adultos. Siguiendo esta tendencia, en julio de este año, Amazon informó que entre los 10 títulos más vendidos, cuatro invitaban a comprar lápices de colores y ponerse a pintar. Y el libro “El jardín secreto”, de la ilustradora Johanna Basford , ya ha vendido cerca de 1,4 millones de copias en todo el mundo.

Además de ser una práctica que promete liberar el estrés y que permite que uno se desconecte del día a día y del imperio del consumo digital, estas propuestas invitan a divertirse con la simpleza de una actividad que cuando niños se realiza de manera casi cotidiana, y que se pierde en el proceso de crecer.

Nostalgia o relax son las dos variables que se manejan detrás de este éxito sin precedentes. Y, sobre todo, un nombre propio: Johanna Basford. Esta escocesa de 31 años ha convertido sus dos libros de colorear para adultos en auténticos bestsellers. Atención a las cifras: El jardín secreto, publicado en marzo de 2013, lleva ya 1,4 millones de copias vendidas y ha sido traducido a 14 idiomas. La segunda entrega, titulada El bosque encantado, lanzado en febrero de este año, ya supera los 226.000 ejemplares vendidos.

Tanto es el nivel de fama que ha alcanzado la ilustradora que responde a una petición de entrevista de este periódico disculpándose por un email “impersonal”. “Lamentablemente estoy recibiendo tantos mensajes cada día que se ha convertido en algo abrumador y, por desgracia, me es imposible responder individualmente”, explica. “El tercer libro nunca se terminará a menos que tome medidas drásticas como esta”, añade para remitirnos a las FAQs de su página web, donde, por cierto, deja claro ante (suponemos) las peticiones, que no hace tatuajes por encargo.

El secreto de estos libros, con dibujos florales y animales en blanco y negro que cada comprador debe colorear a su antojo, está en que son relajantes y creativos, asegura en sendas entrevistas internacionales. La clave del éxito: centrarse en un nicho muy específico del mercado en el que había poca competencia.

Una apuesta arriesgada que la ha catapultado a la fama

Benedict Cumberbatch en versión 'coloreable' en el libro de Mel Elliot
Benedict Cumberbatch en versión ‘coloreable’ en el libro de Mel Elliot

“Mis dibujos son muy intrincados y complejos. Me gusta esconder pequeñas curiosidades dentro de cada ilustración, ya sea una mariposa pícara, un pequeño escarabajo o un conejo blanco escurridizo, cosas que aparecen con el tiempo y añaden misterio y fantasía a la pieza”, agrega Basford, quien fue contactada por la editorial inglesa Laurence King tras ver sus dibujos en internet.

En España, MTM Editores es la encargada de comercializar sus dos libros. Aina Otero, su editora, explica a El Confidencial que ellos se especializaron en libros de mandalas en 2002. «Quisimos acercarnos a las escuelas de arte terapia y nos convencimos mucho de las propiedades terapéuticas de esta actividad» que fomenta la concentración y la meditación. «Entre 2007 y 2008 empieza a funcionar muy bien y nos damos cuenta de que hay un público adulto que disfruta coloreando, ya no por una cuestión terapéutica sino por ocio, por divertimento y por el deleite de colorear. Ahí decidimos explorar otras vías y conocimos hace dos años El jardín secreto, un libro que encaja mucho en nuestra línea», cuenta.

«Este año ha llegado el boom total y ha funcionado muy bien el boca-oreja en todo el mundo. El público se ha enamorado de estos libros y ha sido bonito porque ha sucedido poco a poco. Se han convertido casi en objetos fetiche y en auténticos bestsellers a nivel internal y para nosotros», apunta. El éxito de estas obras, analiza Otero, se debe «a que la gente ha visto que es beneficioso para desestresarse y relajarse. También se habla de nostalgia por la infancia, pero creo que más bien está relacionado con el hecho de darse cuenta de que hay cosas, como esta que hacíamos en la infancia, que nos aportan paz pero también divertimento y un momento para uno mismo. Si funcionaba entonces, ¿por qué no va a ser igual de bueno de adultos?».

La editora añade dos variables más. Por un lado, el hecho de que estos libros son «bonitos» y «su detalle y minuciosidad te hace transitar por todo el libro» y que se convierta en un objeto diferente una vez coloreado y, por otro, la desconexión digital que proporcionan. «Nos estamos agotando de tanta pantalla. Todo se mira por el iPad o el smartphone y volver al papel, a lo natural y al tacto pone en marcha muchos sentidos que nos aportan placer», agrega.

Más allá de jardines y bosques

Johanna Basford no es la única ilustradora que está arrasando con los libros de colorear para adultos. Richard Merritt con su Arte Terapia. Libro para colorear ocupa el séptimo puesto de los libros más vendidos de Amazon en Reino Unido; Animal Kingdom, de Millie Marotta, el cuarto, y The Mindfulness Colouring Book: Anti-stress art therapy for busy people, de Emma Farrarons, el octavo.

'New York', un mural para pintar de Miriam Sugranyes
‘New York’, un mural para pintar de Miriam Sugranyes

Michel O’Mara es otro de los pesos pesados de esta tendencia con 17 títulos, como The art therapy colouring book, The creative therapy colouring book o Beautiful Patterns en el mercado y cinco más previstos para este mes como Calming Art Therapy o The Typography colouring book. Y más allá de motivos de flora, fauna o ciudades, Mel Elliott ha llevado el boom de colorear al pop y los famosos con su colección Colour me good, en la que invita a colorear a Benedict Cumberbatch, James Franco, Kate Moss, la ciudad de Londres o portadas de discos como Nevermind de Nirvana.

En España está tendencia también encuentra su hueco. Forges fue de los primeros dibujantes que publicó un libro de colorear para adultos: Coloreitor (Espasa). Plaza & Janés ha sacado al mercado desde finales del año pasado la colección Arte antiestrés con títulos como 100 jardines para colorear, 100 láminas para colorear o el más reciente Buenas noches. 100 láminas para colorear y dormir bien.

«Nuestra apuesta es buscar ilustradores locales y seguir haciendo proyectos desde aquí. En los últimos meses estamos recibiendo muchas propuestas con grandes trabajos», añade Otero sobre una línea de negocio cada vez más exitosas que quieren expandir aprovechando el efecto Basford. MTM ha publicado Herbarius. Pequeño herbolario para colorear, Miriam Sugranyes, y ha dado un pasó más en cuanto a formato con tres murales de gran tamaño (80×60) dedicados a Nueva York, también de Sugranyes; a Barcelona, de Berta Anaya; y a la literatura con La librería encantada, donde se esconden personajes de cuentos y escritores como Kafka, Proust o García Márquez, de Natalia Zaratiegui.

«Creo que, por un lado, la gente ha redescubierto en el hecho de pintar una actividad placentera, distentida y relajante. Un momento de descanso y de ocio que, además, permite explorar la propia creatividad sin tener que enfrentarse a un papel en blanco. El dibujo presentado te invita a pintar sin miedo. Además, el hecho de dar color a formas exige cierta concentración y atención que pueden ayudar a desconectar del ajetreo diario», analiza Sugranyes sobre las causas del éxito de los libros de colorear, a las que suma el componente nostálgico.

Para ella, cuenta, dibujar y pintar es algo que también tiene ese efecto tranquilizador, aunque destaca especialmente el hecho de compartir su obra con otra persona. «El reto de proyectar el dibujo de manera que éste se complete con la aportación de otra persona, que pueda ser termina de una forma inesperada para mí, me obliga a simplificar mucho la forma. Hablamos de dibujos que, aunque podrían funcionar por sí solos, deberían admitir la participación del otro», explica. Por eso, concluye, «lo interesante de los libros para colorear, cuando se trata de trabajos de autor, es invitar al interlocutor a compartir un lenguaje personal. De alguno modo, el ilustrador, con la línea, abre la conversación y la respuesta y el resto del diálogo queda abierto a cada persona».

La poética de ‘El cartero y Pablo Neruda’

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Imagen de la película dirigida por Michael Radford en 1994
Imagen de la película dirigida por Michael Radford en 1994

Libremente inspirada en la novela de Antonio Skármeta Ardiente paciencia (1986), que a su vez procedía de un guión cinematográfico llevado a la pantalla en 1983, la película El cartero y Pablo Neruda es una insólita reflexión por imágenes sobre la poesía. Cuenta la relación entre un joven pescador inepto para su oficio (Mario Ruoppolo) y el poeta mundialmente famoso, obligado a vivir en una pequeña isla del sur de Italia durante una época de violentos conflictos sociales (el inicio de los cincuenta, cuando Neruda, exiliado, efectivamente vivió unos años en Italia, mientras que la novela está ambientada en Chile en los años inmediatamente anteriores al golpe militar de 1972).

La conversación entre los dos protagonistas es pretexto para plantear inquietantes preguntas sobre el sentido existencial y cultural del lenguaje poético en nuestra sociedad, y más en general sobre los condicionamientos morales y políticos de la experiencia estética hoy en día. Las visitas cotidianas del cartero Mario al poeta Neruda estimulan la curiosidad del primero hacia una actividad que él, ingenuamente, intuye como fundamentalmente erótica, o sea, destinada a despertar el interés sexual de las mujeres, y sólo secundariamente como trabajo ideológico al servicio de ideales políticos (la liberación del proletariado). ¿Poeta de las mujeres o poeta del pueblo? Con esta disyuntiva se abre la historia del aprendizaje poético de Mario (estupendamente interpretado por Massimo Troisi), y también la reflexión de la película de Michael Radford, que se aparta temáticamente de la novela de Skármeta justamente por el hecho de presentar estas dos vertientes de la poesía de Neruda como aspectos dicotómicamente incompatibles entre sí.

El cartero empieza su formación literaria preguntando por el significado de la palabra «metáfora». El poeta intenta explicárselo primero con definiciones abstractas y ejemplos didácticos, luego por medio de la recitación de un poema suyo sobre el mar, estando los dos sentados en una playa. Mario no sólo entiende, por los efectos que el poema produce en su propio ser, qué son las metáforas, sino que usa él mismo una metáfora para describirle tales efectos al poeta: «Yo era como una barca sacudida por todas estas palabras». Neruda felicita al joven por esta involuntaria metáfora, y se queda a su vez sorprendido y extrañado cuando éste le pregunta si todo el universo, con todas las criaturas que están en él, no es metáfora de otra cosa. Incapaz de contestar tan metafísica pregunta, le promete una respuesta para el día siguiente. En pocos instantes, por el juego de espejos que se ha creado entre las metáforas del poeta y las metáforas del cartero, ambos han llegado con sus preguntas a bordear el infinito, a interrogarse sobre el sentido final del cosmos, sobre la metáfora última que no tiene explicación posible.

El encuentro de Mario con Beatriz materializa novelescamente la disposición del joven a recibir en su ser las metáforas del mundo, o sea, a prestar oídos al sentido que las cosas adquieren dentro de su experiencia más personal e íntima, y esta disposición la habían propiciado las conversaciones con Neruda («Es por culpa de sus poemas que me he enamorado», le reprocha Mario al poeta). Beatriz es, en sí misma, el mundo que le habla a Mario con sus metáforas, emocionándolo con la violencia del deseo. La escena del futbolín, en la cual los dos jóvenes se miran a los ojos y Mario se queda prendido de la chica, tiene rasgos de enorme simbolismo.

El tópico del cruce de miradas entre el chico y la chica se enriquece de un elemento acústico densamente metafórico: el ruido que produce la bola entrando en la portería de Mario, que está demasiado ocupado en mirar a la chica para preocuparse de defenderla de los goles. De esta manera, el cartero es «sacudido» por la chica tal como antes se había sentido «sacudido» por las palabras de Neruda, y poesía significa, en los dos casos, el abrirse del ser al mundo para recibirlo en su interior en forma de intensas emociones capaces de alterar y renovar, con su fuerza, el sentimiento de la existencia. En la Vida nueva de Dante (moderno arquetipo poético y novelesco de toda relación de deseo), la violenta emoción que Beatriz desencadena, con su recuerdo o su presencia, en el ser del poeta es definida como una «batalla», y los encuentros del protagonista con la mujer deseada se convierten entonces en «derrotas». Este lenguaje bélico remite al estado de angustia que el deseo produce en el sujeto que voluntariamente lo padece, y los goles que Mario encaja en la estupenda escena del futbolín podrían ser una aguda e irónica traducción fílmica de la potente metáfora dantesca.

La parte más divertida de la película, y también la más fiel a la novela de Skármeta, es el personaje de la tía de Beatriz, que entiende las metáforas de Mario como reales exploraciones del cuerpo de la sobrina, y, por lo tanto, como atentados a su virginidad. En este personaje, y en la paradójica idea de que la poesía actúe materialmente sobre el cuerpo, primero descubriéndolo y luego excitándolo, vemos tratado, según un registro cómico (Mario «toca» a Beatriz con sus palabras, según la tía), la propuesta teórica más atractiva de la película, esto es, que el discurso del deseo (las metáforas) tiene un poder de penetración en la sensibilidad de la persona, igual o mayor que los gestos físicos.

Que las palabras poéticas invadan la interioridad con las emociones que suscitan es una idea normal en la cultura antigua, en la cual el cuerpo está atravesado por todo tipo de energías e influencias. La cultura moderna, en cambio, ha intelectualizado, con su racionalismo, el lenguaje poético, convirtiéndolo en un instrumento orientado más a producir conocimiento (de tipo sentimental e intuitivo) que a despertar emociones. Las metáforas de Mario recuperan así, en la lectura cómicamente ingenua de la anciana mujer, la fuerza pasional y la intensidad estética que la poesía tuvo en el mundo antiguo. Y esta recuperación hay que entenderla como nostalgia de una relación emocionada con el mundo en una época, la nuestra, que tiende justamente hacia la anestesia emocional, el control de las pasiones y la represión de la pulsión (que pueden liberarse colectivamente, en formas muy primarias, sólo en espacios bien acotados, como un estadio donde se presencia un partido de fútbol o se escuche un concierto, o en mítines políticos).

Desde este punto de vista, la película representa un alegato en contra de la pornografía cinematográfica, ya que muestra el deseo potentemente estimulado no por la visión y el contacto de los cuerpos (que el cine propone de manera casi siempre estéticamente impúdica) sino por la producción de discursos. Son las palabras (cuando actúan como metáforas, como palabras de amor) las que penetran más a fondo en el corazón de la persona amada, las que exploran más cabalmente el cuerpo deseado. El absurdo miedo a la poesía de la vieja mujer disfraza con un velo cómico el mensaje más agudo y polémico de la película, esto es, que la palabra, mucho más que la imagen, es el impulso que despierta la sensualidad y amplifica las emociones. La anestesia emocional de nuestra sociedad es la consecuencia de su afasia poética, de su incapacidad de canalizar las emociones mediante las palabras. La importancia enorme de la imagen (a través del cine y la televisión) en nuestra cultura, y la marginalidad casi absoluta de la palabra poética, la cual se convierte cada vez más en una actividad personal y privada (una especie de delirio autoerótico), son las señales evidentes de esta amputación de las emociones vehiculadas por las palabras, que representa, quizás, la más dolorosa de las enfermedades morales producidas por la modernidad.

El alejamiento de Neruda, en la segunda parte de la película, alejamiento que es físico pero sobre todo moral, desarrolla el tema de la dicotomía entre los aspectos públicos y colectivos de la poesía (el poeta del pueblo amado por los comunistas chilenos e italianos, mundialmente famoso y premiado con el Nobel) y los aspectos personales e individuales de la poesía (el poeta de amor amado por las mujeres). Mario también es víctima de esta dicotomía, y muere en una manifestación del Partido Comunista en la cual participaba para leer un poema dedicado a Neruda. La incompatibilidad entre el significado social y el significado personal de la poesía es un elemento propio de la película, y no de la novela (que presenta a los dos protagonistas mucho más unidos y solidarios en su destino y en su trayectoria vital).

Y si, por un lado, está muy claro que Radford se inclina por el segundo (principio de vida), y critica al primero (principio de muerte), por el otro la película revela una inquietud muy propia de nuestra actualidad más inmediata: la radical personalización (hasta formas patológicas de solipsismo) de la experiencia estética, que sólo en la dimensión más íntimamente personal del sujeto consigue encontrar un fundamento de significado para el lenguaje de la poesía y del arte. Sin embargo, esta poética del deseo y de la subjetividad no supone que la experiencia poéticamente inspirada deba cerrarse al mundo y a las cosas. Al revés, la intuición más genial de la película es que, justamente, una experiencia tan tremendamente personal como es la del deseo, abre camino a las voces de la naturaleza para que nos sintamos integrados en el cosmos. Una de las escenas más bonitas (y presente ya en la novela) es sin duda la de la grabación de los sonidos de la isla, incluyendo en ellos el silencio del cielo estrellado. A la poesía del pueblo que consagra la gloria de Neruda se opone la poesía de su cartero, que busca en el corazón de las cosas y las personas la metáfora capaz de comunicarnos el sentido de la existencia.

 

Razones para leer

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Razones para leer
Razones para leer

1. Despertarás  tu imaginación. Los libros estimulan tu capacidad para recrear escenas e, inclusive, experimentar sensaciones.

2. Mejorarás  tu comprensión de lectura. La lectura constante te ayudará a mejorar la interpretación de las ideas expuestas en las obras.

3. Enriquecerás tu vocabulario. Conocerás cada vez más palabras y expresiones que te ayudarán a comunicarte mejor.

4. Disminuirás las faltas de ortografía Ya lo dice el dicho: “El hábito hace al monje”. Y el hábito a la lectura sí hace a un buen lector y además lo ayuda a tener buena ortografía, ya que a veces obliga al uso del diccionario.

5. Mejorarás tu salud mental. El músculo que no se usa se atrofia y una buena forma de ejercitar la mente es a través de la lectura.

La falta de ejercicio lleva a la pérdida de masa muscular, de fuerza física y de ánimo.

Exactamente igual sucede con el cerebro: si no se ejercita, pierde neuronas y conexiones, pierde capacidades y flexibilidad para reaccionar a su entorno.

¿No quieres que pase esto con tu cerebro? ¡Pues a leer!

6. Aumentarás tu capacidad de análisis. La capacidad de análisis está relacionada con todo aquello que nos permite extraer conclusiones y previsiones para el futuro, como resultado de relacionar datos recogidos del presente y extrapolarlos con los del pasado.

Esta habilidad mejora mucho a partir de la lectura.

7. Conocerás muchas épocas y lugares. Como bien se sabe, leer un libro es un viaje imaginario a diferentes lugares y, por ende, es mucho lo que se conoce de cada uno de ellos.

8. Elevarás tu nivel cultural. Una persona que lee mucho es una persona culta porque son muchos los conocimientos que se pueden extraer de los libros.

9. Mejorarás tu escritura y aumentarás tu dominio del idioma. Mientras más palabras lees más palabras conoces.

10.  Mejorarás tu capacidad de síntesis. La síntesis es la construcción de una cosa nueva a partir de distintos elementos.

Esta construcción se puede realizar uniendo las partes, fusionándolas u organizándolas de diversas maneras. Esta es otra de las habilidades que se mejora a partir de la lectura.

Así que ya lo saben. Es tiempo de lectura: ¡Manos al libro!

Publican cuento de Francis Scott Fitzgerald que se había dado por perdido

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La obra encontrada "muestra que Fitzgerald era un cuentista igualmente experto y altamente calificado, que podía escribir historias de gran comedia", según los especialistas
La obra encontrada «muestra que Fitzgerald era un cuentista igualmente experto y altamente calificado, que podía escribir historias de gran comedia», según los especialistas

Un año antes de que Francis Scott Fitzgerald muriera por un infarto, en 1940, el célebre autor norteamericano dio vida a un cuento acerca de un escritor bebedor al que le diagnostican una enfermedad cardiaca.

«Y en cuanto a esa artimaña de ‘cualquier coincidencia con algún personaje de la realidad es coincidencia’, no tiene caso intentarlo», advierte Fitzgerald al comienzo de «Temperature», un cuento de 8.000 palabras fechado en julio de 1939, que será publicado por primera vez en la revista literaria trimestral «The Strand Magazine».

Por décadas se pensó que estuvo perdido. «Temperature» fue escrito cuando el autor famoso por «El gran Gatsby» tenía problemas para encontrar empleo en el cine y esperaba revivir su carrera en la literatura. Su contrato para escribir guiones con MGM había expirado y en 1939 había sido hospitalizado dos veces por su alcoholismo.

«Se sentía anacrónico y trataba de encontrar una voz que no remitiera a la época del jazz», dijo Kirk Curnutt, autor de «The Cambridge Introduction to F. Scott Fitzgerald». «Para eso experimentó con tonos de novela policiaca y con comedia sardónica», agregó.

El cuento se desarrolla en Los Angeles y es una historia disparatada de fracaso, enfermedad y decadencia, temas comunes en la obra de Fitzgerald. La narrativa es conscientemente cinematográfica, con líneas como «en este momento, como dicen en los guiones, la cámara entra a la casa». El protagonista es un escritor de 31 años llamado Emmet Monsen, a quien Fitzgerald describe como «notablemente fotogénico» además de «delgado y obscuramente apuesto». Alrededor del autodestructivo Monsen hay médicos, asistentes personales y una actriz de Hollywood y amante distanciada, que se aleja cada vez más.

Andrew F. Gulli, editor de «The Strand», se encontró con el manuscrito este año cuando buscaba libros raros y archivos manuscritos en la alma máter de Fitzgerald, la Universidad de Princeton.

«Fitzgerald… no pudo evitar usar sus habilidades satíricas para burlarse de todos, desde los médicos, hasta los ídolos de Hollywood y las normas de la sociedad», dijo Gulli sobre el cuento. «Cuando pensamos sobre Fitzgerald tendemos a pensar en las novelas trágicas que escribió, como ‘Gatsby’ y ‘Suave es la noche’, pero ‘Temperature’ muestra que era un cuentista igualmente experto y altamente calificado, que podía escribir historias de gran comedia».

Los cuentos de Fitzgerald habían sido presentados en «Collier’s», «The Saturday Evening Post» y otras revistas, pero para finales de la década de 1930 ya no tenía muchos seguidores y estaba inconforme con su agente literario, Harold Ober, quien lo había ayudado económicamente antes. En una carta escrita a Ober en agosto de 1939, Fitzgerald dice que se siente tan ignorado que envió por sí mismo «Temperature» a publicaciones. El «Post» lo rechazó.

«Enviar un cuento directamente podría ser una mala política, pero uno no considera eso cuando vive del dinero de un Ford empeñado», le dijo a Ober. «No tengo que explicar eso, a pesar de que cuando un hombre ha evitado que otro se ahogue y se niega a dar su brazo por segunda vez, la víctima tiene que actuar rápida y desesperadamente para salvarse».

Curnutt estaba maravillado al saber que todavía existe una copia de «Temperature» y dijo que es un «gran» descubrimiento. Los biógrafos de Fitzgerald catalogan el cuento (a veces descrito como «The Women in the House») como inédito, y en el libro especializado «Critical Companion» de 2007 es descrito como «perdido: mencionado en correspondencia, pero sin una transcripción o manuscrito que haya sobrevivido».

Fitzgerald calificaba a Hollywood como una «ciudad horrorosa», pero también como «la historia de toda la aspiración». Fue el escenario literario del autor para el resto de sus días. A comienzos de 1940 presentó sus autocríticos cuentos «Pat Hobby», despachos sobre un guionista fracasado que fueron publicados en «Esquire». También trabajó en una novela sobre Hollywood que dejó inconclusa, «The Love of the Last Tycoon», publicada póstumamente como «El último magnate». Fitzgerald murió en diciembre de 1940 a los 44 años.

Adiós a Saza: Sus 10 películas inolvidables

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Saza, sus 10 peliculas inolvidables
Saza, sus 10 peliculas inolvidables

Adiós a Saza: Sus 10 películas inolvidables.

Se fue Saza, se fue uno de los rostros más legendarios y quieridos del cine español.

JoséSazatornilBuendía falleció a los 89 años dejando tras de sí un imponente legado que abarca más de un centenar de títulos a las órdenes de algunos de los cineastas más destacados de nuestro cine.

‘Saza’ se subió a un escenario por primera vez con seis años, pero fue a los 13 cuando empezó a hacer teatro de aficionados en su Barcelona natal, compaginando su pasión con un trabajo en la tienda de ropa que regentaba su padre.

Se hizo profesional a los 20, en 1946, con la compañía de María Vila y Pío Cid. De esta pasó a la de Paco Martínez Soria, con quien además debutó en el cine, en 1953, con la comedia ‘Fantasía española’, de Javier Setó. Desde entonces, compaginó las tablas -‘Filomena Marturano’, ‘Los habitantes de la casa deshabitada’, ‘La venganza de Don Mendo’, ‘Pecados conyugales’, ‘Golfus de Roma’ y ‘El violinista en el tejado’- con la gran y pequeña pantalla.

Rodó a las órdenes de José Luis Sáenz de Heredia (‘Los gallos de la madrugada’), Rafael Gil (‘Sangre en el ruedo’) José Antonio Nieves Conde (‘Las señoritas de mala compañía’), Jaime de Armiñán (‘Carola de día, Carola de noche’), Pedro Lazaga (‘Las secretarias’, ‘La ciudad no es para mí’), Fernando Fernán-Gómez (‘Cómo casarse en siete días’, ‘Cinco tenedores’), Mariano Ozores (‘Si fulano fuese mengano’, ‘Venta por pisos’) o Angelino Fons (‘Mi hijo no es lo que parece’).

También trabajó en películas de Mario Camus (‘La colmena’), Francesc Betriu (‘Una pareja perfecta’), Antonio Mercero (‘Espérame en el Cielo’, ‘Don Juan’, mi querido fantasma’), Fernando Trueba (‘El año de las luces’) y José Luis Cuerda (‘Amanece, que no es poco’), entre otros muchos directores.

En todas estas cintas el actor, propietario de uno de los bigotes más característicos del cine español, encarnó todo un abanico de personajes, entre los que destacó el de Jaume Canivell, el empresario catalán de ‘La escopeta nacional’, de Luis García Berlanga, con el que colaboró en ‘El verdugo’ y repitió en ‘Todos a la cárcel’.

La admiración del actor por Berlanga le llevaba, según ha contado el propio ‘Saza’, a aceptar cualquiera de las ofertas del cineasta valenciano sin ni siquiera leerse el guión.

Sólo rechazó un papel en ‘París-Tombuctú’, porque no podía compaginarlo con la obra de teatro en la que estaba ya trabajando.

Su mayor reconocimiento, el Goya al Mejor Actor de Reparto, llegó con ‘Espérame en el cielo’, pero también fue reconocido con el Fotogramas de Plata Homenaje, el Premio José Isbert de la Asociación Española de Amigos del Teatro y la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos de Honor 2012.

Su última aparición pública fue al recoger este último galardón, momento en el que se llevó una grandísima ovación como muestra del cariño y de la admiración a su persona.

La Academia del Cine destaca que era un «imprescindible» de la comedia española «que nunca tuvo problemas porque no se metía donde no le llamaban, obedecía y era respetuoso con todo el mundo».

Decía el veterano actor catalán que no había ningún mérito en su actitud, que él solo se dejaba llevar por su sino y hacía lo que tenía que hacer.

Mi librería

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Mi librería
Mi libreria

Mi librería, simpática e inteligente ilustración de Tom Gauld. No podríamos estar más de acuerdo con él.

¿Y vosotros?

Cuando los gatos se convierten en poetas

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"podria hacer pis aqui"
Cuando los gatos se convierten en poetas

La precocidad de Victoria hecha libro

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Portada del libro escrito por la Reina Victoria con solo 10 años
Portada del libro escrito por la Reina Victoria con solo 10 años

«Para mi querida mamá. Este, mi primer intento de composición, es cariñosa y obedientemente escrito por su cariñosa hija, Victoria». Antes de ser la reina británica con mayor cantidad de años -64, entre 1837 y 1901- en el trono, antes de tener nueve hijos, antes de sobrevivir a cinco intentos de asesinato, Victoria -la reina Victoria- fue una nena de unos diez años. Como su vida monárquica en el Palacio de Kensington la alejaba de las aulas, fue educada por institutrices. La baronesa Louise Lehzen fue quien le pidió que, como tarea para su clase de Lengua, escribiera un texto: se convirtió en Las aventuras de Alice Laselles. El 22 de junio, casi doscientos años después de haber sido redactada, esa historia será publicada como un libro.

El texto, que en la pre-venta de Amazon cuesta 17.06 dólares, cuenta cómo Alice -«una nena adorable de doce años», en palabras de Victoria- es mandada por su papá y su antipática madrastra a un colegio pupilo. No le sirve rogarle a su padre que cambie de opinión, y entonces Alice tiene que dejar instrucciones precisas para que alguien se ocupe de darle de comer a Frisk, su perro. Una vez en el instituto, la protagonista conoce a una huérfana francesa a la que la viruela le hizo perder un ojo, a la hija de un banquero que peca de un exceso de vanidad, y a una maestra que no le cae tan mal como pensaba antes de llegar. Pero el verdadero conflicto llega cuando alguien, misteriosamente y contra las reglas, hace entrar un gato a la escuela: el gato lleva un collar rojo que dice «Alice», así que la protagonista se vuelve sospechosa enseguida, pero finalmente logra demostrar su inocencia.

El libro, cuya tapa aparece firmada por «Alexandrina Victoria, de 10 años y tres cuartos», era conocido hasta hace poco por un grupo reducido del entorno real, y estaba custodiado en el archivo del Castillo de Windsor. Está no sólo escrito por Victoria: su institutriz dibujó los personajes que la futura reina imaginaba inspirada en su colección de muñecas, y ella los coloreaba.

Según un vocero de la familia real, aunque la composición está fechada, se estima que fue escrita entre 1829 y 1930: «Victoria amaba escribir. Llevó un diario desde los 13 años, y escribía todos los días», señaló. Probablemente se convierta en un best-seller.