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El creador al borde de la eternidad

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Harlan Ellison, flanqueado por Leonard Nimoy y William Shatner, en el rodaje de uno de los capítulos de la serie Star Trek
Harlan Ellison, flanqueado por Leonard Nimoy y William Shatner, en el rodaje de uno de los capítulos de la serie Star Trek

Harlan Ellison, nacido el 27 de mayo de 1934 en Cleveland (Ohio), publicó por primera vez en 1956 un relato titulado «Glowworm» (Luciérnaga) en la revista Infinity Science Fiction.

Tras colocar varios cuentos más, fue reclutado por el ejército de EE.UU. pero a su vuelta retomó la máquina de escribir y ya no la abandonó hasta que pudo sustituirla por los procesadores de texto con los que ha regado de ideas y personajes asombrosos el panorama del fantástico estadounidense durante los últimos decenios.

Lo fértil de su imaginación se demuestra en la abundancia de versiones sobre sus avatares vitales, con multitud de anécdotas que a menudo dejan al lector con la sensación de que le están tomando el pelo porque nunca llegaron a suceder de verdad.

Sus relatos más famosos, al menos en España, son «No tengo boca y debo gritar» y «¡Arrepiéntete, Arlequín!, dijo el señor Tic-tac».

El primero, que recibió un premio Hugo, es la historia de una inteligencia artificial llamada «AM» (procede del clásico “pienso luego existo” en inglés: “I think, therefore I AM”) que, tras llegar a la conclusión de la prescindibilidad de la raza humana, la destruye con un holocausto nuclear aunque salva a cinco personas para torturarles mientras vivan como venganza contra toda la humanidad por haber sido creada.

Ellison opinaba que la inteligencia artificial de la serie de «Terminator» que toma conciencia de sí misma y declara la guerra a los humanos liderando el ataque de las máquinas, está basada en su «AM».

Él mismo escribió el guión adaptado y prestó su propia voz a «AM» en el videojuego basado en su obra que fue desarrollado hace años.

El segundo relato, que obtuvo un premio Nébula además del correspondiente Hugo, nos sitúa en un futuro dictatorial donde toda la actividad está medida literalmente al segundo y controlada por el Maestro Custodio del Tiempo o Señor Tic-Tac quien, a través de cardioplacas personales, castiga a las personas que se retrasan en sus quehaceres restándoles el tiempo de vida equivalente al retraso que provocaron.

En este escenario aparece el Arlequín, un individuo ataviado como tal que boicotea el sistema provocando grandes retrasos con medidas tan originales como arrojar ciento cincuenta mil dólares en pastillas de goma sobre la maquinaria de las calles.

Otros textos suyos conocidos son «Un muchacho y su perro», «La bestia que gritaba amor en el corazón del universo» y «Jeffty tiene cinco años».

En 1962 se mudó a California y triunfó también en el mundo de la televisión escribiendo guiones o colaborando como consultor en auténticos clásicos de las series de ciencia ficción, desde «The Outer Limits» hasta «Babylon 5», pasando por los episodios originales de «Star Trek» o «La fuga de Logan».

Sin embargo, tal vez su aportación más popular sea como editor y antologista de una de las colecciones de relatos más conocidas del siglo XX: «Visiones peligrosas».

El objetivo de esta antología, publicada en 1967, era definir y lanzar el movimiento conocido como «New wave» (Nueva ola) con temas hasta entonces tabú para las revistas de la época, desde los límites sexuales a las relaciones interracionales.

En ella publicaron autores clave del género, como Philip K. Dick, Fritz Leiber, Philip José Farmer, Samuel R. Delany, Robert Silverberg, Theodore Sturgeon, Isaac Asimov…, y él mismo.

Pese a que la calidad de algunos cuentos no estuvo a la altura de sus firmantes, el gran éxito de la antología situó definitivamente a Ellison como uno de los grandes en la literatura de ciencia ficción tanto en EE.UU. como fuera de ellos y propició la aparición de secuelas.