bilinguismo
Colecciones educativas para el bilingüismo

Una nueva selección de libros para niños en formato bilingüe les deleitará mientras refuerzan los conocimientos del lenguaje adquiridos en la escuela y en el hogar. En las historias figuran personajes latinos que reafirman la herencia cultural de sus pequeños lectores.
Publicados por las editoriales Arte Público de Houston y Lee & Low de Nueva York, estos libros para niños representan los retos y regocijos de crecer entre dos culturas.
«Mamá la extraterrestre» (Lee & Low), del salvadoreño René Colato Laínez, relata una tierna historia de inmigración con humor y delicadeza. La pequeña Sofía descubre en la cartera de su mamá una tarjeta de identificación con la palabra «Alien» en grandes letras azules.
Para la niña, esto solo podía significar que su querida madre era «¡una extraterrestre!» Sofía se pregunta si de noche su madre se transforma y sale a pasear en un platillo volador para visitar otros planetas.
Cuando su mamá anuncia que el gran día de su transformación se acerca, Sofía la descubre con una mascarilla verde en el rostro y rulos en la cabeza, confirmando sus terribles sospechas. Los padres le aclaran entre risas que el gran día que se acerca es cuando su madre dejará de ser extranjera residente para convertirse en ciudadana.
La historia fue ilustrada por la artista cubano-estadounidense Laura Lacámara, quien logra transmitir en sus coloridos dibujos la candidez de la niña y las sorpresas del malentendido.
En «Una vida con suerte» (Arte Público), de Gladys Barbieri, la pequeña Felicia acompaña a su madre a la enorme casa de los Fitzpatrick donde no debe tocar ni hacer nada mientras su mamá trabaja.
Cansada de colorear en un rincón, Felicia decide explorar la casa sin creer que alguien pueda vivir en un lugar tan grande y hermoso.
La dueña de la casa la sorprende y en lugar de reprenderle, le sirve una merienda y la invita a columpiarse en el patio. Allí le regala una pulsera de dijes de la suerte y le cuenta que hacía mucho tiempo, sus bisabuelos habían salido de Irlanda para venir a EE.UU. con el sueño de tener una vida mejor para su familia. «Eso es lo que tu mamá quiere para ti,» le dice.
Las ilustraciones de Lisa Fields destacan la emoción de la niña al escuchar el significado del regalo con un brillo en los ojos que sugiere lágrimas de alegría y agradecimiento.
La traducción al español de Carolina Alonso explica hábilmente el juego de palabras del título entre los dijes de la pulsera y una vida con suerte.
Otro título reciente es «El círculo de cuentos» (Arte Público) de Diane Gonzales Bertrand, en el que se celebra en breves palabras el poder de la imaginación.
La escuela de los chicos estuvo cerrada por inundaciones y cuando regresaron a sus salones, encontraron libreros nuevos, pero vacíos. La maestra los invita al círculo de cuentos y como no tienen libros, en lugar de leerles, les cuenta sobre un niño a quien le gustaba volar.
Uno a uno, los chicos, se unieron contando sus propios cuentos y poco a poco fueron llenando el librero con sus propias creaciones.
Además de libros ilustrados para primeros lectores, Arte Público tiene una creciente colección de libros para lectores intermedios y avanzados con el texto en inglés en una mitad del libro y en español en la otra.
Este formato ha resultado popular entre niños de 8 a 12 años, quienes suelen disfrutar las historias de misterios para resolver.
René Saldaña añadió recientemente el cuarto volumen a su colección «Mickey Rangel, Detective Privado» con «Un misterio más grande que grandísimo».
En este libro, el niño detective se dispone a resolver la misteriosa identidad de una estudiante nueva. La chica es un poco rara, anda siempre con prisa, y su ropa luce desgastada, lo cual la hace sospechosa ante sus compañeros.
Mickey contempla varias posibilidades sobre la identidad de la nueva chica, algunas de ellas un poco crueles.
Al ver que su investigación causa sufrimiento, el joven detective eventualmente se ve forzado a abandonar su investigación y hacer lo correcto, concluyendo que «algunos misterios es mejor dejarlos sin resolver».
Las personas bilingües toman mejores decisiones

Tiene evidentes beneficios culturales y sociales, y también algún insignificante coste como, por ejemplo, no manejar a la perfección una de las dos lenguas, pero las personas bilingües desarrollan algo más que varias herramientas de comunicación oral: una efectiva gimnasia para el cerebro que les ayuda en el control ejecutivo, en la toma de decisiones.
Las personas bilingües utilizan, para controlar sus dos lenguas, los mismos recursos cerebrales y cognitivos que están implicados en el control atencional.
El control atencional es un grupo de procesos que se encargan de mantener un objetivo en nuestra mente, focalizar nuestro sistema en dicho objetivo y a la vez ignorar información irrelevante que pueda ser conflictiva con ese objetivo.
Cuanto más se practiquen las dos lenguas más se contribuye al desarrollo de actividades de control ejecutivo y de control atencional. No sólo no existe patología alguna asociada al bilingüismo sino que además del beneficio cultural existe alguna ventaja funcional del individuo bilingüe sobre el monolingüe.
“Conducir puede ser un buen ejemplo. El control de dos lenguas implica esos mismos procesos de control ejecutivo. Bajo esta hipótesis, podríamos decir que los bilingües tendrían mayor eficacia que los monolingües en ese control atencional”, afirma Albert Costa, psicólogo y profesor investigador ICREA del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universitat Pompeu Fabra.
La resonancia magnética muestra los circuitos cerebrales que se encargan de realizar determinadas tareas.
“Algunos estudios apuntan que podría ser que el hecho de hablar dos lenguas creara diferentes circuitos cerebrales a la hora de solventar problemas de control atencional generales, que no implican al lenguaje. La otra posibilidad es que haya efectos estructurales en el cerebro, es decir que el tipo de densidad de las neuronas sea diferente debido al bilingüismo”, señala Costa.
El lenguaje abarca un gran número de aspectos: sonidos, palabras, sintaxis… Los periodos críticos para el dominio del lenguaje en cada uno de estos aspectos son diferentes.
“Para los sonidos, cuanto antes, antes de los dos años. Es muy importante para tener un buen acento pero para el vocabulario tenemos toda la vida. Pasa con nuestra propia lengua. Para la gramática no está claro”, indica este experto.
¿Qué es más sencillo ser bilingüe español-catalán, español-inglés, catalán-chino? En principio parecería ser más sencillo ser bilingüe español – catalán que español – inglés.
“Una cosa es aprender vocabulario y otra aprender cómo se habla una lengua. Hay palabras muy similares pero a veces esa similitud puede crear más interferencias entre las dos lenguas a nivel de vocabulario. En cuanto a fonología cuanto más parecidas sean las lenguas, mejor, para que suenes como un nativo”, opina Costa.
Las lenguas asiáticas son tonales, es decir, utilizan tonos para diferenciar palabras de la misma manera que nosotros usamos el acento.
“Para nosotros es muy difícil de aprender. El español que quiere aprender chino va a tener más dificultad porque tiene que aprender un repertorio de sonidos distintos con normas muy diferentes. Para ello siempre es mejor aprender una lengua entre los 0 y los 3 años que después”, afirma el psicólogo.
Una regla fundamental para aprender una 2º lengua es aprender a controlar esa lengua.
“Una persona que estudie inglés durante años puede entender un libro o incluso una película pero si tiene que entablar una conversación, las palabras no le vienen a la boca. Es necesario saber focalizar la atención en esa lengua y que no me interfiera la otra lengua”, explica.
Cuatro meses y medio
Los bebés, al poco tiempo de nacer, ya pueden distinguir muchas lenguas. “Por el hecho de ser mamíferos nuestro sistema auditivo nos permite notar que escuchamos lenguas distintas”. Así lo afirma Nuria Sebastián, catedrática en Psicología en la Universidad Pompéu Fabra y miembro del Comité Científico del Consejo Europeo de Investigación (ERC).
“Tanto los bebés monolingües y los bilingües, a los cuatro meses y medio de vida, son capaces de discriminar lenguas tan parecidas como el holandés y el inglés, que se parecen un montón, o el español y el catalán que también tienen mucha similitud”, expone Cornellá.
Es en ese momento de desarrollo del bebé cuando son capaces de realizar esas distinciones pero sin embargo algunos sonidos les pueden llevar a equívoco.
«Con esa edad, cuatro meses y medio, los bebés notan que el catalán y el español suenan distintos pero sin embargo, el español y el italiano les parece lo mismo. La hipótesis es que esta situación se produce por las vocales”.
“El catalán tiene un fenómeno: la reducción vocálica. En una sílaba no acentuada ocurren ciertas vocales y en una sílaba acentuada otras; esto hace que suene de una manera concreta y el español y el italiano no tiene esta característica por lo que la distribución de las vocales se parece más en español e italiano. Eso, creemos que es lo que permite a los bebes notar las diferencias”, dice esta psicóloga.
Gimnasia cerebral: bilingüismo y videojuegos
Si hablamos de jóvenes o adultos, el método social es el mejor para aprender una segunda lengua. Un método que sea percibido como útil.

“Lo mejor, es buscarse una novia o un novio. Una forma de socializarnos. Si hablamos de niños, la mejor manera sería que no hubiera oportunidad de que pudieran ver dibujos animados en castellano y cada vez que hubiera dibujos los vieran en inglés”, asegura Albert Costa.
“Mucha gente cuya primera lengua es el catalán, y hablan todo el día en catalán, cuando van al cine prefieren ver la película en castellano. Afirman que se encuentran mejor así y es porque ven todas las películas de la tele en castellano. Si podemos conseguir eso con el inglés… es un hábito”, dice este experto.
“Desarrolla una capacidad de atención visual y de capacidad de distribución de tu atención en una escena visual con diferentes focos. La gracia del bilingüismo a este respecto es que es una actividad que utilizamos muy a menudo. Me ayuda también jugar al squash pero lo hago dos veces por semana. El lenguaje lo utilizo constantemente”.
“Debemos mirarlos con lupa pero la idea es que el continuo entrenamiento que conlleva el bilingüismo ayuda a desarrollar la reserva cognitiva. La actividad ayuda a mantener el sistema cognitivo activo y cuando llega la enfermedad pueden aparecer los síntomas más tarde debido a esta causa”, afirma Costa.