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Cine dibujado, de Charlot a Satanás

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El niño actor Ginés Carvajal, conocido como «Ginesito» o «Satanás», protagonizó un cómic durante la posguerra española
El niño actor Ginés Carvajal, conocido como «Ginesito» o «Satanás», protagonizó un cómic durante la posguerra española

Si en los últimos años es el cine el que bebe del cómic, en España, durante muchos años, fue el séptimo arte el que influyó en la viñeta dando lugar a títulos como «Charlot» o «Ginesito», obras que ahora recupera el libro «Tebeos de Cine. La influencia cinematográfica en el tebeo clásico español, 1900-1970».

Con más de 650 documentos, muchos de ellos inéditos, el fotógrafo, publicista y experto en la cultura popular de la primera mitad del S.XX, Paco Baena, propone un libro en el que la concepción que muchos tienen del cómic español cambiará. Porque sí, en España el noveno arte tuvo vida, y mucha, antes de grandes series como «Roberto Alcázar y Pedrín» (1939).

Hablamos de otros títulos como «Charlot» (1916), el primer tebeo inspirado en el cine que, según cuenta Baena, se convirtió en algo «inaudito» porque fue la primera revista protagonizada por un personaje del celuloide. Editada por la editorial Navarrete, «Charlot» dio paso un año más tarde a las revistas «Charlotín», dirigida al público más infantil.

«El libro es el trabajo de muchos años, es casi una labor de arqueología porque algunas de las imágenes que aparecen son prácticamente inéditas. La parte más importante es descubrir la riqueza iconográfica del tebeo desde 1900 a 1970 porque en la Guerra Civil se destruyó prácticamente todo el papel que había en las casas», cuenta sobre el contenido de esta publicación.

«A mi me apetecía poner de manifiesto -añade el autor de esta obra publicada pro Trilita Ediciones- un pasado que alimentó de sueños a muchas generaciones, y sacarlo a la luz porque me parecía que era importante recuperarlo».

Según destaca el experto, tras «Charlot» también aparecieron otros títulos dedicados a estrellas del cine norteamericano como «Mery Osborne y su negrito»; una cabecera basada en esta actriz estadounidense que nació de la editorial Magín Piñol en 1925, y que sólo alcanzó diez títulos.

«Este es uno de los documentos inéditos (de los que se muestran en la publicación) que encontré de casualidad. Para poder llegar a hacer un libro de estos tienes que tener los años que yo tengo y el interés que yo tengo, hay algunos de esos documentos que han caído en mis manos que difícilmente podrán caer en manos de otras personas», destaca.

Aunque también hay que recordar la que se dedicó a la inolvidable Shirley Temple, una publicación que supuso un «terremoto» en el sector editorial (1922); o la basada en las historias de «Cantinflas» o «Laurel y Hardy».

Pero en «Tebeos de Cine. La influencia cinematográfica en el tebeo clásico español, 1900-1970» hay una historia «muy bonita», según matiza Baena (Granada, 1947): el cómic que protagonizó el niño actor Ginés Carvajal, conocido como «Ginesito» o «Satanás», y que gozó de gran popularidad durante la posguerra española (1944).

«Trabajó en el cine español en los años 40, nunca fue un niño protagonista pero se le conoció como el Mickey Rooney español por ser muy pelirrojo», rememora acerca de este niño que se convirtió en el único actor español que tuvo un cómic propio de la mano del estudio de López Rubio.

Un cómic que arrancó bajo el nombre de «Satanás», el mote de Ginés, y que tras la llamada de atención del Ministerio de Información de la época, pasó a llamarse «Ginesito».

«Joselito no tubo colección -añade- pero Marisol sí la tuvo en los años 60, aunque generó una revista que no era puramente de historietas».

Y así, con otros ejemplos como los cómics basado en cintas cinematográficas como «A mi la legión» (1942) o los de la «Colección Idilio» -basados en guiones de películas protagonizadas por Gary Grant o Fred Asteire («Tu y yo» o «Papa piernas largas», respectivamente)- la obra que propone Baena es un elogio a esos cómics olvidados que formaron parte de la vida de toda una generación.

Tebeos que ponen de manifiesto cómo en España, cuando aún las historietas originales estaban por llegar, el cine fue su mejor aliado.

Nuevo guiño a las luces de Charlie Chaplin

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Charlie Chaplin, un genio de vida azarosa
Charlie Chaplin, un genio de vida azarosa

Puede que nunca antes un libro haya merecido tanto el calificativo de «ladrillo». Con un peso de más de 6 kilos, «Los archivos de Charlie Chaplin» quizá sea la obra más exhaustiva jamás escrita sobre uno de los mayores artistas del siglo XX.

Este grueso volumen en inglés, publicado por ediciones Taschen, está dirigido por Paul Duncan, el gran historiador británico de la historia del cine, artífice de obras sobre Ingmar Bergman o Pedro Almodóvar.

El libro, de 560 páginas e ilustrado con más de 900 fotografías de una gran calidad, sigue paso a paso la vida y obra del cineasta.

El lector comienza asistiendo a su infancia miserable en Londres, para proseguir luego con sus primeros servicios en las salas de fiesta británicas y estadounidenses, sus cortometrajes, su consagración y su rechazo en Estados Unidos, un país obsesionado con «la caza de rojos», para acabar observando, impotente, el desastre de «La condesa de Hong Kong», su última película, de 1967.

«El principio de este libro es simple: mostrar cómo Chaplin hizo sus películas», explica Paul Duncan en su introducción.

El volumen contiene numerosas fotos inéditas de rodajes, documentos raros, entrevistas y hasta guiones de películas nunca realizadas. Una inmersión en el corazón de la creación artística.

El personaje de Charlot nació de casualidad. Cuando trabajaba para Keystone, en diciembre de 1913, Chaplin tuvo la idea de ponerse un pantalón del actor Roscoe Arbuckle, conocido por su papel de Fatty (el gordo). Tomó también una chaqueta demasiado pequeña de otro actor, se colocó un bombín que encontró en el camerino y se calzó con unos zapatos demasiado grandes para él.

«Quería que todo se contradijera: el pantalón demasiado grande, el abrigo, ajustado, el pequeño sombrero y los grandes zapatos», cuenta Chaplin, hablando del personaje que le catapultó a la fama y la riqueza.

«No tenía ninguna idea del personaje. Pero desde que me vestí, la ropa y el maquillaje me hicieron entrar en este individuo, empecé a conocerle y, en el momento en el que entré en escena, ya había nacido (…) Los gags y las ideas cómicas ardían en mi cabeza», prosigue el artista.

Todos los filmes de Chaplin se analizan en el libro, hasta el último, «La condesa de Hong Kong», en el que el artista dirigió, a sus 78 años, a Marlon Brando y Sophia Loren.

La película fue una catástrofe y la crítica fue feroz. La revista Time publicó: «Quizá sea la mejor película jamás hecha por un director de 77 años. Desgraciadamente, es también la peor película que jamás haya hecho Chaplin».

Recomendación a los lectores de Pamont: «Hollywood Babilonia»

En este libro Kenneth Anger (1927), cineasta maldito, vuelca, describe y cuenta, todas las miserias del sistema y de las estrellas que habitan ese mundo de artificio que es el cine de Hollywood. Y lo hace con toda la legítima mala leche que puede tener un artista rebelde e incomprendido. La fábrica de sueños no lo incluye en su maquinaria y Anger se desquita poniendo al descubierto toda la basura que se halla bajo la alfombra roja de Hollywood durante décadas.

Estos oscuros episodios son relatados de un modo atrapante, con cierto estilo periodístico que recuerda a Truman Capote por lo ameno de su lectura y la rigurosa verdad del contenido. Se suceden historias como la de Fatty Arbuckle, el obeso cómico que en un encuentro sexual asesina a una estrellita. Chaplin es presentado como un aficionado a las jovencitas, muy jovencitas. Errol Flynn, no solo se batía como pirata en el celuloide, llevaba a cabo otras batallas en su yate, tan peligrosas que fue acusado de estupro. Erich Von Stroheim organizaba las mejores orgías de Hollywood bajo la protección de la Universal , la Paramount y la Metro Goldwyn Mayer y nadie se escandalizaba. Frances Farmer, la hermosa y rebelde actriz, es reducida por el sistema judicial a la condición de orate por medio de una lobotomía. Entre Lana Turner y su hija se cargan al amante de la estrella, el mafioso Joe Stompanato y Lana produce la mejor actuación de su carrera. Estas son algunas de las muchas historias que contiene el libro. Se lee con avidez, como a la prensa amarilla, con la diferencia que estos acontecimientos están descritos por un verdadero artista.

En líneas inferiores, un extracto de «Hollywood Babilonia», en el que se menciona la afición de Charlie Chaplin por las menores de edad.

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