country
Desamparados en compañía de la perdición

Después de más de una decena de discos de estudio, el cantautor estadounidense Steve Earle debuta como escritor con una novela sobre «redención» que suena a Hank Williams y que está escrita a partir de momentos vividos en primera persona, como la visita de JFK a San Antonio una semana antes de morir.
«No saldré vivo de este mundo» (El Aleph) está protagonizada por un médico desamparado, sin licencia y drogadicto, de nombre Doc Ebersole, cuyo sustrato moral y biográfico bebe profundamente también de un personaje real, el propio Earle, según confiesa. «Él soy básicamente yo», comenta.
Para darle forma, el músico se inspiró en un personaje entre mítico e histórico que siempre había atraído su atención: Horace Raphol «Toby» Marshall, un exconvicto y falso médico que trató hasta su muerte a uno de sus referentes musicales, el famoso autor de música country Hank Williams, fallecido en 1953.
En la acción, que se desarrolla diez años después, el fantasma del propio Williams se convierte en un personaje más de la ficción, un mecanismo que Earle atribuye a la influencia que en su vida ha tenido el «realismo mágico» de la literatura en castellano.
El que fuera intérprete de «I’m so lonesome I could cry» se comporta durante los cuelgues de Ebersole como una especie de serpiente del paraíso, tentando al protagonista hacia el lado oscuro y arrastrándolo hacia el desamparo, en el que habita al inicio de la novela.
«Desamparo, que no soledad», apunta Earle en estas páginas. La precisión con la que distingue esa sensación de deshaucio social y personal no es fortuita. También en este caso responde que él mismo experimentó en carne esa emoción en los inicios de su carrera.
De la misma forma, de primera mano, vivió la visita de John Fitzgerald Kennedy y su aún más carismática mujer, Jackie, a San Antonio, la ciudad natal del autor y lugar donde, en sus coordenadas más inhóspitas, se desarrolla «No saldré vivo de este mundo».
«Todas las mujeres del público presenciaron esto y hasta la última de ellas quedó convencida de ser la destinataria de la sonrisa, y todos su corazones se fundieron en uno solo», relata Earle sobre el impacto que provocó en sus habitantes la visita de Jacqueline Kennedy y de su marido, el malogrado presidente estadounidense, que murió asesinado una semana después en Dallas.
«No saldré vivo de este mundo» se abre paso también a través del infierno de las drogas, del drama de la inmigración ilegal y de la crisis perpetua en que se convierte la vida de una larga colección de personajes marginales que «un día habían levantado la vista y habían vislumbrado el destello de algo reluciente que no se podían permitir».
Pero, sobre todo, trata sobre el poder de la «redención, no sobre el remordimiento», precisa Earle, quien pergeñó «I’ll Never Get Out of This World Alive» (2011), álbum del mismo título que esta novela y que la famosa canción de Hank Williams.
Y es que su obra, que es inevitablemente musical de la misma forma que su música posee eso que Patti Smith llama «energía cinematográfica», no puede evitar salpicarlo todo de reflexiones de melómano.
«A Hank no le importa ir en coche cuando no le duele la espalda: los enormes neumáticos tragando millas y los latigazos de los limpiaparabrisas. De ahí vinieron precisamente sus mejores canciones, de ese ritmo de la carretera», escribe en la obra.
«Sí, mis mejores temas también vienen de ahí y ahora viajo mucho en autobús», concluye Earle.
The Band, raíces y honestidad

Cuando a principios de los años sesenta Ronnie Hawkins Ilega a Toronto, Canadá, está firmemente decidido a bajar a Elvis Presley del trono del rey del rock’n’roll. No lo consigue, a causa de su desmedida pasión por el whisky, pero tiene la suerte de topar con Robbie Robertson, un joven guitarrista competidor de Lonnie Mack y de James Burton, el legendario «apoyo» de Ricky Nelson, quien reúne a un grupo de amigos canadienses y excelentes instrumentistas como eran el pianista Richard Manuel, el teclista Garth Hudson, el bajista Rick Danko, procedentes de grupos desconocidos como The Robots y Paul London & The Trombones. El batería del grupo Arkansas, Levon Helm, completó el grupo que fue bautizado como Ronnie Hawkins & The Hawks.
El repertorio de las primeras giras está constituido por rockabilly y Rhythm and blues, mezcla que contribuye a crear en torno al grupo una sólida reputación en los clubes y en las salas de baile del Canadá y de los Estados Unidos. El grupo, sin embargo, graba muy poco con Hawkins: durante una de estas grabaciones, exactamente ‘Mojo man’ (1964), Levon Helm toma el micrófono para entonar un clásico del rock’n’roll, demostrando al resto de los componentes que es el momento oportuno para separarse del cantante y continuar por si solos. La formación adopta en primer lugar el nombre de The Canadians y despues el de Levon & The Hawks. Graban algunos singles para pequeñas compañías independientes, y, mas tarde, acompañan en tres discos al cantante John Hammond Jr. (hijo del gran John Hammond). Helm daba voz a la nueva imagen del grupo: batería de gran impacto, era un cantante con voz modulada e inconfundible, y, sin escribir canciones, llega a convertirse en el líder del grupo, sostenido vocalmente por Rick Danko y Richard Manuel. El largo camino les estaba transformando en instrumentistas de gran valía de tal modo que podían cambiarse los instrumentos en cualquier momento.
De 1965 es una colaboración del grupo con el cantante de blues Sonny Boy Williamson, interrumpida violentamente por la imprevista muerte del cantante; a continuación Levon & The Hawks, ya muy populares en la Costa Este, fueron contratados por Bob Dylan (aconsejado por Hammond) que estaba preparando su gira mundial de 1966. Dylan comprendió que ese era el grupo que le servia para completar sin problemas su dificil transición del folk al rock. La primera grabación que llevan a cabo juntos es el single ‘Can you please crawl out of your window’. Despues, Robertson participará en la grabación de ‘Blonde on blonde’ y The Hawks se uniran a Bob en la controvertida gira electrica de 1965/1966.
Por aquella epoca, Levon Helm, perdido el liderazgo del grupo, abandona temporalmente la formación, siendo sustituido por Mickey Jones. Aunque el público estaba desconcertado por la transformación de Dylan, por lo que no siempre tenia una buena acogida, The Hawks eran protagonistas de un fenómeno único en el mundo del pop. El fin de la gira les permite preguntarse qué es lo que quieren hacer exactamente, en la misma época del famoso accidente de moto que tuvo Dylan.
Al contrario de la mayoría de grupos de la escena musical americana de aquella época, The Hawks, nombre que nunca figuró en los carteles de la gira, no estaban politizados, ni se hallaban ligados a grupos de protesta; sin duda el ser canadienses les hacía indiferentes al envoltorio político que otros utilizaban de manera oportunista.
Más tarde decidieron retirarse a una granja cerca de Woodstock, llamada Big Pink, para reflexionar después de haber pasado seis años en la carretera. Garth Hudson declaró: «El ser capaces de cortar leña, de hacer las cosas de la casa y vivir esas sencillas experiencias eran parte de un estilo de vida que nos gustaba. Comprendimos que musicalmente podíamos crear cosas interesantes sin la compañía de otros artistas».

Asumido definitivamente el sencillo nombre de The Band —que era el que aparecía en los carteles de la gira de Dylan— el grupo se pone a trabajar. El resultado de su etapa en Woodstock es el disco ‘Music from Big Pink’, publicado en 1968 y considerado por muchos como uno de los mejores discos de la historia del rock. Tambien graban con Dylan las canciones que veran la luz en 1975, en el doble álbum titulado ‘The basement tapes’. ‘Music from Big Pink’ obtiene un éxito inmediato, gracias a la popularidad conseguida por The Band como grupo de Bob Dylan, también creador de Ia portada del disco. La crítica americana define la música de The Band como ‘white soul’, ‘soul blanco’, y el periodista Greil Marcus escribe en su libro Mistery train: «The Band representa una continuidad de las generaciones; en contra de las tendencias de los sesenta, ellos innovaban Ia tradición pero también querían perdurar; en contra de Ia música pop Ilevada a cabo de modo efímero, se aprovecharon de su posición, pues era un grupo con años de rodaje a, sus espaldas, un grupo que quería durar».
Además, Robertson explica: «Quiero escribir sobre cosas con las que puedo estar directamente relacionado: me puedo proyectar mejor en los campesinos que se unieron en sindicatos durante Ia Depresión que en el que va a San Francisco para ponerse flores en el pelo». Todas las canciones de ‘Big Pink’, tanto las escritas por Robertson solo como las realizadas en colaboración con Dylan, Danko y Manuel, evocan esta América perdida y el deseo de recuperarla; ‘Tears of rage’, ‘To kingdom come’, ‘We can talk about it now’, ‘The weight’, ‘Chestfever’ son inspirados retratos de la América rural, de la soledad y la desesperación que nacieron a causa de las emigraciones; forman una gran metáfora de una América ideal propuesta como un nuevo «mito de la frontera». Los arreglos musicales de estas canciones incluían una gran variedad de instrumentos, consiguiendo una grandeza interpretativa jamás vista, en un fecundo conflicto entre lo acústico y lo eléctrico, con intervenciones de órgano, piano y violín de una forma muy original e inédita.
En 1969, terminado el trabajo en colaboración con Dylan, The Band publica un segundo álbum, ‘The Band’, que confirma Ia fuerza y la madurez conseguida por el grupo, sobre todo gracias a las composiciones de Robertson. Desde la balada sobre la guerra civil, ‘The night they drove Old Dixie down’, hasta el seco humor de ‘Up on Cripple Creek’, todas las canciones están escritas desde el punto de vista de las clases populares y de la gente simple; son pequeñas joyas musicales adornadas con fantasiosos arreglos. Este álbum es la consagración de The Band como una de las mas grandes realidades del rock, aunque al tratar aspectos típicamente americanos ponga un cierto limite a su exportación.
Del año siguiente es el álbum experimental ‘Stage fright’, escrito y grabado en dos semanas de conciertos en directo – aunque sin público – en el Teatro de VVoodstock. Este LP, al igual que ‘Cahoots’ (1971), no tiene el mismo éxito que los primeros álbumes, anticipando los desiguales éxitos de The Band en los años setenta.
El doble en directo ‘Rock of ages’, grabado la noche del 31 de diciembre de 1971 en la Academia de Música de New York, es un extraordinario reflejo de la historia y de las vicisitudes de The Band; y el sexto LP, ‘Moondog matinee’, es un homenaje a los clásicos del rock’n’roll.
Un nuevo brote de popularidad tendrá lugar gracias a su participación en otra gira de Bob Dylan, la del histórico doble álbum en directo ‘Before the flood’, justamente atribuido a Bob Dylan/The Band, ya que el grupo interviene tanto que llega a invadir las grabaciones con su típico sonido. Pero en 1975 el álbum ‘Northern lights/ Southern cross’ recibe una indiferente acogida por parte de la critica y del público, y tras dieciséis años The Band empieza a pensar en una separación. El día de Acción de Gracias de 1976 el legendario Winterland de San Francisco está rebosante de un público entusiasmado, consciente de que va a ser algo memorable. Bill Graham ofrece a todos pavo y pan ácimo, creando una atmósfera casi religiosa.
Cuando se alza el telón, los quinientos fans ven por última vez tocar juntos a The Band, mientras la cámara de Martin Scorsese lo filma todo. ‘The last waltz (El Ultimo vals)’, triple álbum y película, documenta una memorable noche en la historia del rock. En el escenario, junto a The Band, se alternaron personalidades que habían colaborado con el grupo durante su larga carrera: Ronnie Hawkins, Neil Young, Joni Mitchell, Dr. John, Van Morrison, Muddy Waters y -por supuesto- Bob Dylan. El disco fue publicado en 1978.
Tras publicar el album ‘Island’ en 1977, el adiós fue ya definitivo y cada uno siguió su propio camino. Todos los miembros de The Band continuaron carreras en algún grado relacionadas con la música, aunque fue Robertson quien se consagró con la trayectoria más exitosa. Él se convirtió en productor musical y escribió bandas sonoras (trabajando como asistente musical para varias películas de Scorsese) antes de su alabado regreso con disco solista, llamado ‘Robbie Robertson’, producido por Daniel Lanois y con la compañía de U2 en dos canciones.
Helm recibió buenas críticas por su debut en la película ‘Coal Miner’s Daughter’, biografía de la cantante de country Loretta Lynn, y por su narración y papel secundario junto a Sam Shepard en ‘The Right Stuff’ (1983).
Garth Hudson, con su habilidad para múltiples instrumentos, ha lanzado dos aclamados discos solistas: ‘The Sea To The North’, en 2001, y «Live at the Wolf» en 2005, ambos con su esposa Maud como vocalista, y también se ha mantenido ocupado como un solicitado músico de estudio. Los demás miembros han intercalado sesiones musicales con ocasionales discos solistas.
En 1983, The Band se reunió y volvió a las giras, aunque sin Robertson. Algunos seguidores y críticos han sugerido que se debió a disputas. Robertson, en cambio, ha dicho que tal respuesta era exagerada, y que les desea a sus antiguos compañeros la mejor de las suertes. Varios músicos fueron reclutados para reemplazar a Robertson y completar el grupo.

Mientras The Band continuaba la gira, el 4 de marzo de 1986, Richard Manuel se suicidó en su habitación de hotel en Florida, Estados Unidos. Luego se supo que sufrió durante muchos años de un alcoholismo crónico. Según la autobiografía de Helm, en las últimas etapas de su enfermedad, Manuel tomaba ocho botellas de licor Grand Marnier diarias.
El 16 de octubre de 1992, los miembros sobrevivientes de The Band participaron en el concierto homenaje a Bob Dylan celebrado en el Madison Square Garden (New York City), interpretando «When I Paint My Masterpiece», que más tarde (1993) se publicó en el disco «The 30th Anniversary Concert Celebration» del artista de Minnesota.
En 1993, The Band grabó el disco ‘Jericho’, en el que la mayoría de las composiciones fueron hechas por otros. En este mismo año, los componentes de The Band participaron el masivo concierto del ex-Pink Floyd, Roger Waters, de «The Wall» en Berlín.
El 10 de diciembre de 1999, The Band perdió a otro integrante, Rick Danko, quien murió a los 56 años, mientras dormía.
En las catacumbas de la música Country

La Familia Carter es un supergrupo de música country, formado por una veintena de miembros de la misma familia, que cambió la historia de la música popular norteamericana, compuso centenares de temas y vendió millones de discos.
Una familia de genios musicales con una historia apasionante que podemos descubrir gracias a la novela gráfica La Familia Carter, recuerda esta ibra (Impedimenta), ganadora del Premio Eisner a mejor obra no ficción.
Una biografía ilustrada de este grupo de country americano que entre 1927 y 1956 vendió millones de discos gracias a su revolucionaria visión sobre el mundo de la música popular. Y que creó centenares de canciones que influyeron a músicos como Pete Seeger o Johnny Cash.
Como apuntan los autores del cómic en el prefacio, Frank M. Young (guión) y David Lasky (dibujo), la familia Carter son los «cimientos» sobre los que se erige «toda la música country comercial» (y por extensión la música Rock). «Fueron los pioneros en abrir un camino que los artistas contemporáneos dan por sentado, contribuyendo a dar forma a la canción popular tal y como la conocemos hoy».
La familia Carter de dió a conocer en 1927 cuando protagonizó un acontecimiento que los historiadores denominan el «Big Band de la música country», una serie de sesiones de grabación que se celebraron en la localidad de Bristol durante una semana por la discográfica Victor Records. «Las seis sesiones grabaciones de los Carter -según Frank M. Young- constituyeron el comienzo de una carrera de quince años que los auparía a al vanguardia de la pujante escena de la música country».
La banda se separaría en 1943, porque no les atraía demasiado la fama, pero su influencia sigue estando presente en la música popular norteamericana.

Los autores de temas como «Wildwood Flower» o «Will you miss me when I’m gone», que influyeron a músicos como Woody Guthrie, Bob Dylan o Johnny Cash (con quien se casó un miembro de la familia, June Carter Cash»), se ven en esta obra a color desde su humilde origen como agricultores hasta su gran ascenso a lo más grande del panorama musical estadounidense.
Un camino en el que, como muestra la obra, tuvieron que librar batallas como la del impacto que sus melodías causaron en la música contemporánea de la época. Una historia llena de éxitos y fracasos, pero también de riqueza y pobreza, así como de racismo y tolerancia, de creatividad y de amor por la familia.
La obra ofrece un árbol genealógico de esta familia de casi dos decenas de miembros, así como una lista de los mayores éxitos de esta formación musical.
A su vez, el cómic es un homenaje a los grandes clásicos del cómic americano como Robert Crumb, otro gran cronista de la historia de la música popular en viñetas.