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«El hombre que fue jueves», la sátira hecha cómic

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Portada de "El hombre que fue Jueves"
Portada de «El hombre que fue Jueves»

La «inconsciencia» ha sido la culpable de que la ilustradora madrileña Marta Gómez-Pintado se haya atrevido a adaptar al cómic la novela El hombre que fue jueves, la obra de G.K Chesterton que en la edición hecha por Nórdica se convierte en un clásico accesible para todos los lectores.
«Decidí hacer esta novela gráfica porque soy una inconsciente, y creo que es verdad. Me di cuenta de que lo era cuando ya estaba metida en faena, pero es mi manera de funcionar, no medir demasiado la dificultad y el tiempo que va a llevar el proyecto», ha contado a Efe la autora sobre esta adaptación, la primera que ha hecho en su vida.
Y no midió el tiempo, y al final fueron dos años los que se dedicó en cuerpo y alma a esta adaptación que «le atrapó» hasta el punto de que, una vez editada, aún «no ha podido aterrizar».
En este sentido, Gómez-Pintado (Madrid, 1967) ha confesado que han sido más de 15 veces las que ha leído la obra de Chesterton, unas lecturas de las que saca en claro el «sentido del humor» y la «descripción» que el autor británico imprimió en «El hombre que fue jueves», así como reconoce que se trata de una obra «difícil».
Aunque el rasgo que más le «ayudó» para hacer su adaptación fue «lo visual» que es el texto original: «Fue relativamente sencillo inventarme los personajes. Me he basado en sus descripciones, pero me ceñí más a la parte de la trama pensando en los factores de ritmo».
Tratándose de su primer trabajo como guionista y dibujante, Gómez-Pintado ha confesado que tardó «seis o siete meses» en «tener la historia», pero ha matizado que todo ha sido «cuestión de síntesis» a la hora de adaptar el guión.
Respecto a las ilustraciones, todas hechas en tinta y acuarela, la autora ha elegido el blanco y negro como trasfondo y sólo aplica el color en los trajes de los diferentes personajes, aunque en el primer borrador todo lo imaginó en «grises y sepias».
«Cuando terminé el borrador vino Diego (el editor de Nórdica) a leerlo y me dijo que lo veía en color. Yo me quedé alucinada, fue un choque, y tuve que estar varios meses haciendo pruebas hasta que comprendí que asociar cada persona a un color iba a facilitar la lectura. Ahí le vi el sentido», ha matizado.
La ilustradora madrileña, licenciada en Bellas Artes, aún con el recuerdo de «lo bien» que se lo ha pasado haciendo «El hombre que fue jueves» ha destacado que espera que «muchos» se animen con el libro y que, incluso, su obra pueda hacer que luego se atrevan con el texto original de Chesterton.