fe

Explicación desde Dios o desde la nada

Posted on

es probable que existan no sólo otros planetas, sino también otros universos, y si la intención de Dios era simplemente crear al hombre, esos otros universos serían perfectamente redundantes
La ciencia desarticula las cosas para ver cómo funcionan. La religión las junta para ver qué significan. Son dos empresas intelectuales distintas. Incluso ocupan diferentes hemisferios del cerebro

Stephen Hawking evidentemente no cree en Dios. En su libro ‘Magnífico Diseño’, el prestigioso astrofísico descarta que una deidad sea la creadora del Universo. A su juicio, el Universo se creó solo. Nació de la nada.

En ‘The Great Design’, Hawking defiende que Dios no fue el creador del Universo, que el Big Bang fue una «consecuencia inevitable» de las leyes de la Física y «se creó de la nada». El libro defiende que la existencia de la ley de la gravedad permite pensar que el Universo «puede y podría crearse por sí mismo de la nada».

«La creación espontánea es la razón por la que es redundante el papel de un creador del mismo», afirma Hawking. El libro está coautorizado por el físico norteamericano Leonard Mlodinow. ‘Magnífico Diseño’ enumera una nueva serie de teorías sobre la creación del Universo. «Porque existe una ley como la gravedad, el Universo puede y podría crearse por sí mismo de la nada», apunta.

Anteriormente a la publicación de este libro, Hawking había escrito que, de acuerdo con las leyes de la Física, no es muy difícil creer que Dios intervino en el Big Bang. «Si desciframos la teoría completa se descubrirá el último triunfo de la razón humana. Hasta entonces debemos tener en cuenta la importancia de Dios», puntualizaba.

En opinión del conocido astrofísico, es probable que existan no sólo otros planetas, sino también otros universos, y si la intención de Dios era simplemente crear al hombre, esos otros universos serían perfectamente redundantes.

Para Hawking, la teoría-M, proposición que unifica las distintas teorías de las supercuerdas, es la teoría unificada con que soñaba Einstein, capaz de reconciliar la teoría cuántica, que da cuenta del mundo subatómico, con la de la gravedad, que explica la interacción de los objetos a escala cósmica.

Críticas de los religiosos

Como no podía ser de otra forma, el cambio de opinión del astrofísico ha enfurecido a los religiosos. «Creer en Dios no consiste en como taponar un agujero y explicar cómo unas cosas se relacionan con otras en el Universo, sino que es la creencia de que hay un agente inteligente y vivo de cuya actividad depende en última instancia todo lo que existe», declara el arzobispo de Canterbury, Rowan William.

«La física por sí sola no resolverá la cuestión de por qué existe algo en lugar de nada», agrega Williams.

El rabino jefe, Jonathan Sacks, señala en un artículo publicado hoy por el mismo diario que «la ciencia trata de explicar y la religión, de interpretar. A la Biblia sencillamente no le interesa cómo se creó el Universo».

«La ciencia desarticula las cosas para ver cómo funcionan. La religión las junta para ver qué significan. Son dos empresas intelectuales distintas. Incluso ocupan diferentes hemisferios del cerebro», señala Sacks.

El arzobispo de Westminster y primado de la Iglesia católica de Inglaterra y Gales, Vincent Nichols, dice suscribir totalmente las palabras del rabino jefe sobre la relación entre religión y ciencia.

También el presidente del Consejo Islámico de Gran Bretaña, Ibrahim Mogra, ataca las tesis de Hawking y explica que «si uno mira el Universo, todo apunta a la existencia de un creador que le dio origen».

Golpe de gracia

En cambio, el biólogo y ateo militante Richard Dawkins, autor del libro «El Espejismo de Dios», declara que «el darwinismo expulsó a Dios de la biología, pero en la física persistió la incertidumbre. Ahora, sin embargo, Hawking le ha asestado el golpe de gracia».

Por el contrario, para el astrofísico y teólogo David Wilkinson, «el Dios en el que creen los cristianos es un Dios íntimamente involucrado en todo el momento de la historia del universo y no sólo en sus comienzos».

A su vez, el presidente de la Sociedad Internacional de la Ciencia y la Religión, George Ellis, rechaza el argumento expuesto por Hawking en su libro en el sentido de que la filosofía no tiene ya sentido al haber sido suplantada por la ciencia.

«La filosofía no está muerta. Todo punto de vista está imbuido de filosofía. ¿Por qué la misma ciencia merece la pena? La respuesta es filosófica y emocional. La ciencia no puede responder a la pregunta sobre sí misma», explica Ellis.

La digestión estética del principio y el fin

Posted on

Conceptos físicos y filosóficos se mezclan en "El Génesis y la muerte" con las ilustraciones del asturiano Alfredo González, quien fuera ilustrador de medios como La Codorniz, El Papus, El Jueves o El País
Conceptos físicos y filosóficos se mezclan en «El Génesis y la muerte» con las ilustraciones del asturiano Alfredo González, quien fuera ilustrador de medios como La Codorniz, El Papus, El Jueves o El País

La religión y la ciencia «dialogan» en «El Génesis y la muerte», «una explosión estética» en forma de libro en el que un poeta, Javier Salvago, un escritor, Juan Bonilla, un ilustrador, Alfredo González, y un científico, Manuel Lozano, indagan en «el origen de todo» y en su fin.

Este es el libro «más difícil» que el editor Pedro Tabernero (Sevilla, 1951) ha realizado en el medio siglo que lleva en el oficio, en el que combina las 180 ilustraciones de Alfredo González con los textos de Bonilla, Lozano y Salvago.

«No es cómic, ni novela gráfica, ni libro de ilustraciones, sino todo», explica el editor de «El Génesis y la muerte» (Colección Osimbo), en el que se desarrolla un mundo de dibujos que cuenta el génesis con una perspectiva «innovadora», desde la comparación del origen de la vida entre Eva y el hallazgo de Lucy al viaje de los reyes magos, la historia del Arca de Noé y otros relatos bíblicos.

Con un dios de cara «escéptica y amenazante» en portada, la obra continúa hasta abordar «la riqueza de la muerte», representada desde el punto de vista de culturas como la del antiguo Egipto, Roma, los aztecas, los mayas, los incas, los chinos, el hinduismo, el islam, el judaísmo, el budismo, los ghaneses o los aborígenes australianos.

Una publicación «atípica», para todos los públicos, en la que la novedad es el diálogo que se da entre ciencia y religión, destaca Tabernero.

El Génesis como un «relato de terror» lleno de violencia es lo que describe Bonilla, premio Mario Vargas Llosa de novela, en su texto; por su parte, sobre «el eterno dilema» de la muerte y su conexión con el Big Bang reflexiona Salvago.

La «guinda» la pone Lozano, que explica el universo desde el punto de vista cuántico, desde la explosión de luz inicial hasta el final de los tiempos, «que ya está calculado», comenta el editor.

Conceptos físicos y filosóficos se mezclan en «El Génesis y la muerte» con las ilustraciones del asturiano Alfredo González, quien fuera ilustrador de medios como La Codorniz, El Papus, El Jueves o El País.

Entre los dibujos más «complicados de abordar», recuerda Tabernero, estuvo la creación de la torre de Babel, que le llevó cerca de una treintena de pruebas.

Sus ilustraciones «cargadas de colores» le dan al volumen «una carga de violencia con un aspecto especialmente dulce», detalla Tabernero sobre el trabajo del ilustrador, que con lápiz y rotuladores de colores remata esta obra.