historia
Cuando la guadaña vive en un círculo

El cementerio de Sayalonga (Málaga), el único con forma redonda de España, responde a la simbología masónica y fue construido siguiendo patrones de la masonería, según una investigación del historiador local Valentín Fernández, que ha estudiado las peculiaridades del camposanto.
El denominado cementerio redondo de Sayalonga posee en realidad planta octogonal y fue construido hacia 1840 a raíz de la pragmática real que obligaba a trasladar los lugares de enterramiento desde el centro de las ciudades a las afueras por motivos de higiene y salubridad.
Fernández ha manifestado que la teoría romántica para explicar la forma redonda del cementerio es que sus constructores pretendían que las personas allí enterradas no se diesen la espalda.
Sin embargo, este investigador defendía que la tesis que cobraba más importancia era que desde el cementerio se ve la torre de la iglesia de Santa Catalina, que es de planta octogonal, y el camposanto «se habría construido imitando esta estructura, ya que pudieron ser ejecutados por la misma persona».
Tras un año de búsqueda en diferentes archivos y de ponerse en contacto con descendientes de algunas de las personas enterradas, Fernández ha podido concretar que el constructor del cementerio fue Pedro Gordillo, maestro albañil de la catedral de Málaga, «que probablemente era masón».
«Por ello, ejecutó el cementerio con estructura octogonal, con una clara intencionalidad, ya que el octógono representa para los masones el equilibrio e indica la idea de una obra perfecta y acabada», ha añadido.
Según Fernández, la presencia de la masonería en Sayalonga se confirma en los estatutos de la sociedad La Iniciación, una logia creada en 1920, «y durante gran parte del siglo XIX y principios del XX, hubo masones que dejaron su huella en el cementerio».
En este sentido, en las tumbas ha encontrado símbolos propios de esta doctrina como las columnas, que representan la sabiduría, la fuerza y la belleza; el triángulo, que se atribuye a la perfección y la armonía; y las pirámides truncadas, que simbolizan la elevación de los pensamientos humanos.

Además, existen tumbas con los tres escalones, que representan el camino de perfección que debe seguir el masón a lo largo de su vida, y Fernández ha localizado también el sol, un símbolo de marcada importancia para los masones.
Para este investigador, el cementerio, la torre de la iglesia y su suelo ajedrezado, una chimenea de una casa que también es octogonal y la existencia desde el siglo XIX de escuela de niños y niñas son pruebas de la implantación de la masonería en Sayalonga, un municipio de unos 1.600 habitantes ubicado en el interior de la Axarquía malagueña.
Otra de las peculiaridades del cementerio redondo, que suele recibir unos 3.000 visitantes al año, es que sus nichos se construyeron de forma abovedada y uno encima de otro, de manera que se asemejan a un «blanco panal de abejas».
Desde la década de los ochenta del pasado siglo no se utiliza este cementerio, que dispone en su centro de varias filas de nichos de estructura cuadrada y similares a los de otros camposantos, que fueron realizados hacia 1950.
El recuerdo de Seveso y el veneno químico

La fabricación y utilización de sustancias organocloradas supone un riesgo humano y ambiental, según advierten varios expertos con motivo del cuarenta aniversario del accidente en la localidad italiana de Seveso, donde un escape originó una nube tóxica que afectó a miles de personas.
El 10 de julio de 1976 y debido a un fallo humano en la planta de de ICMESA, se liberaron 2 kilogramos de la sustancia “TCDD” de la familia de dioxinas, lo que afectó a más de 37.000 personas, 15 kilómetros cuadrados, costó el sacrificio de más de 75.000 animales y aumentaron a corto plazo las malformaciones de los recién nacidos.
La liberación de este tipo de sustancias en el medio ambiente conlleva efectos tóxicos sobre la biodiversidad y debido a su consistencia presenta un nivel lento de degradación que “tiende a persistir durante mucho tiempo”, ha indicado la responsable de campaña de contaminación de Greenpeace Sara del Río.
En el caso del impacto sobre la salud pública, la especialista advierte que su característica “bioacumulativa” en los tejidos grasos y órganos humanos que puede conllevar al desarrollo de cáncer y afectar directamente al sistema hormonal.
Otra consecuencia para las personas, aunque no exista una exposición directa a la fuente de alimentación industrial, es la entrada de este compuesto químico en la cadena alimentaria o en el agua por ser este tipo de dioxinas “uno de los más peligrosos”.
Así, desde esta organización recuerdan el riesgo de la fabricación y uso de estas sustancias e instan a un mayor control en la industria y no solo “las evaluaciones de riesgo” y proponen eliminarlas cuando existan evidencia de su peligrosidad para sustituirlas por alternativas “más seguras”.
A raíz de este acontecimiento, la comunidad europea aprobó en 1982 la directiva “Seveso” con el objetivo de prevenir los accidentes y limitar las consecuencias a través de planes de emergencia tanto interior y exterior de las instalaciones con riesgo de accidentes mayores.
Falta de información
Para el portavoz de la campaña de contaminantes de Ecologistas en Acción Paco Ramos, esta directiva supone “un gran avance” aunque señala como principal problema la falta de información que tiene la sociedad acerca de las amenazas que conllevan este tipo de contaminantes.
Desde la organización demandan acuerdos sinérgicos de todas las plantas para establecer un mayor control debido a la gran diversidad del sector y el respeto de las distancias “seguras” de las instalaciones sobre la población.
En el contexto industrial actual, Ramos recuerda que existen investigaciones científicas sobre los efectos de sustancias químicas así como controles de seguridad que “avanzan cada vez más” con medidas como simulacros de emergencia.
Actividad industrial en España
En el caso de España, el problema de las actividades industriales reside en su envejecimiento y las amenazas en la seguridad laboral desde las empresas a los trabajadores por lo que desde la organización proponen a la Administración “escuchar la presión social que rechaza determinadas actividades contaminantes”.
La Organización Mundial para la Salud recuerda que la exposición a las dioxinas puede causar lesiones cutáneas o alteraciones funcionales hepáticas y el contacto prolongado está vinculado con alteraciones inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo, de la función reproductora y del sistema endocrino.
El funcionamiento electoral durante la España de la Restauración
El documento consiste en una tabla de contenido estadístico referido al número de escaños al Congreso obtenidos por una serie de grupos y partidos políticos españoles durante el período 1876-1886. Pertenece al libro «Elecciones y partidos políticos de España», escrito por M.M. Cuadrado; por tanto es un documento de fuente secundaria y de temática político-electoral.
En la tabla estadística existen varias variables; en primer lugar 4 grupos políticos: conservadores, liberales, republicanos y otros. Seguidamente se observa la evolución del número de escaños que cada uno de estos partidos políticos obtienen en las 5 elecciones que se producen desde 1876 hasta 1886. Los republicanos representan un grupo minoritario en el Congreso, sacando pocos escaños en todas las elecciones, siendo sus mejores resultados en 1881 con 32 diputados; el grupo de Otros le ocurre algo similar: obtienen escasos escaños en el Congreso, llegando el máximo a los 26 en 1879. Por contra, tanto los liberales como los conservadores son los partidos que obtienen mayor número de diputados, aunque con enormes diferencias de unos años a otros. Así, los liberales conseguirán mayoría absoluta en las elecciones de 1881 (297 escaños) y 1886 (288 escaños). Por contra sufrirán una severa derrota en 1876 (32 diputados), 1879 (63 escaños) y 1884 (67 diputados); lo contrario le ocurre al partido conservador: en los años 1876, 1879 y 1884 obtienen mayorías absolutas, con 333, 293 y 318 escaños respectivamente, mientras que sufren severas derrotas en 1881 y 1886, con 39 y 67 diputados respectivamente.
Este cuadro representa claramente los resultados del funcionamiento del sistema canovista de la Restauración. El triunfo casi alternativo de los dos partidos dinásticos (el conservador y el liberal) en las sucesivas elecciones se debía al falseamiento electoral tipico de la Restauración. El acuerdo entre el rey y los líderes de los 2 partidos liberales para turnarse en el poder utilizando prácticas caciquiles antidemocráticas hizo que fuese imposible al resto de partidos no solo conseguir el poder sino incluso obtener un elevado número de diputados.
El funcionamiento era muy simple. El rey encargaba la formación de gobierno a uno de los líderes de los partidos dinásticos; éste convocaba elecciones generales que eran ganadas con claridad por el partido en el poder amañando los resultados mediante variadas prácticas (compra de votos, manipulación del censo, voto de difuntos, etc). De esta manera el gobierno siempre tenía el respaldo de la mayoría de la Cámara. El otro partido dinástico se comprometía a esperar su turno para gobernar, por lo que no denunciaba las irregularidades electorales.
El triunfo del partido conservador en las elecciones de 1876 y 1879 se debió a que aún no estaba perfectamente consolidado el otro partido del turno, a saber, el partido liberal de Sagasta; pero a partir de 1881 y tras el acuerdo de Cánovas y Sagasta respaldado por Alfonso XII el turnismo es perfecto: en 1881 ganan las elecciones los liberales, para perderlas en 1884 y volverlas a ganar en 1886; así hasta la descomposición del sistema de la Restauración en 1921. Los republicanos eran entonces el principal grupo opositor al sistema, pero el falseamiento electoral y la enorme división dentro del republicanismo español (existían 4 facciones diferentes) provocaron sus decepcionantes resultados electorales. Sólo cuando en las elecciones de 1881 fueron unidos consiguieron un número de escaños digno. El resto de la oposición se engloba en el nombre de Otros, y habría que incluir además de algunos diputados independientes, sobre todo a los carlistas del pretendiente don Carlos de Borbón, que solo mostraban fuerza en Navarra, País Vasco y Cataluña, siendo su influencia escasa en el resto del país. Y también destacar en este grupo heterogéneo a la Unión Católica, liderada por Alejandro Pidal, que se trataba de un partido conservador y católico aunque crítico con el partido de Cánovas, al que acusaba de excesivo liberalismo en sus planteamientos.
Catalunya, en el punto de mira de la Historia

Dentro de los argumentos a favor y en contra de la independencia de Cataluña, la discusión sobre el pasado de este territorio es un elemento recurrente. El pasado 11 de septiembre -día nacional de Cataluña- se celebró con una multitudinaria marcha a favor del referendo soberanista el 300° aniversario de la caída de Barcelona en 1714, durante la Guerra de Sucesión. La rendición a las tropas borbónicas -apoyadas por Castilla- marca el momento en que se esfumaron las instituciones de autogobierno de Cataluña.
Con motivo del tricentenario, el Ayuntamiento de Barcelona reivindicó la fecha como «un símbolo de la voluntad catalana de seguir existiendo como entidad nacional».
La relevancia de los argumentos históricos sobre la independencia se encaja en la batalla jurídico-política que libran las autoridades catalanas con las del Estado central en Madrid.
Sin embargo, políticamente, son a menudo un arma arrojadiza entre quienes defienden la unidad de España y quienes abogan por la independencia de Cataluña
Desde el independentismo, muchos simpatizan con la idea de que sí lo fue. Citan la Cataluña de la Edad Media y los pronunciamientos que declararon la república catalana en el siglo XIX y el primer tercio del XX.
Entre los que se oponen a la secesión catalana, hay quienes aseguran que esos episodios «independentistas» no llegan a la consideración siquiera de intentos fallidos y los llegan a calificar de «mitología inventada».
Sobre el asunto, no sólo los políticos, también los historiadores están divididos.
En 1640, 1873, 1931 y 1934 se pueden indentificar diferentes episodios para discutir si derivaron siquiera momentáneamente en la independencia de Cataluña. Pero los historiadores ven en esos eventos más un producto de la tensión izquierda-derecha o monarquía-república que de una verdadera aspiración independentista.
Es sobre todo en la Edad Media donde se centra la discusión: en si se puede hablar de que los catalanes fueron una entidad soberana entre el siglo X y el fin de la Guerra de Sucesión (1701-1715). La respuesta para Josep María Fradera, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Pompeu Fabra, es «No». Para Joan Cullá, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona, es «Sí». Eso sí, ambos coinciden en que no se debería hablar ni de «independencia» ni de «Estado» en el sentido moderno y lo más adecuado sería debatir alrededor del concepto de «soberanía».
Para entender la discusión hay que recapitular: a grandes rasgos, tras la fragmentación del Imperio Romano, en la Península Ibérica se expandieron los árabes. Este dominio comienza a retroceder a partir del siglo VII en un lento proceso que dura ocho siglos -y suele donominarse «Reconquista»- en el que los cristianos hacen replegarse a los árabes hacia el sur.
Cataluña milenaria
En los territorios de lo que es Cataluña en la actualidad, los cristianos crean unos «condados» que se sitúan como satélites del Imperio Carolingio, que ocupó territorios de la actual Francia hasta entrado el siglo VIII.
El profesor Cullá argumenta que ese fue un momento clave en el que el Imperio Carolingio les reconoció a los condados catalanes su soberanía. «A partir de ese momento, un poco antes del año 1000 en adelante, Cataluña es un país soberano», asegura Cullá.
«Una soberanía clarísima, con la particularidad de que no tenía un monarca propio. Pero Canadá, tampoco. Australia o Nueva Zelanda jamás han tenido un monarca propio y a nadie se le ocurre pensar que todavía es una colonia británica por el hecho de que su jefe de Estado sea la reina Isabel II», sostiene Cullá.
Para el profesor Fradera, sin embargo, una idea así «en el mundo medieval no tiene ningún sentido». «Las relaciones son de señor y vasallos, todo el mundo es vasallo de alguien excepto los reyes y los grandes modelos de entidad que se suponen herederos del Imperio Romano, como el de Carlomagno».
La «confederación» con Aragón
Un par de siglos después, en el siglo XII, se produce la unión dinástica con la Corona de Aragón. Para Cullá, se trata de una unión entre entidades que conservan su soberanía. «Pasan a tener el mismo monarca, pero siguen siendo dos países distintos, con diferentes instituciones, impuestos, leyes, etcétera». Esa situación dura hasta 1714 «cuando, entonces sí, Cataluña pasa a ser una provincia», según Cullá, y el territorio pierde su soberanía.
Fradera discrepa en su interpretación de la confederación catalana con los aragoneses y remite al concepto de «monarquías compuestas», es decir, uniones bajo un monarca de diferentes reinos y señoríos. El profesor no niega la existencia de tensiones territoriales y choques entre las instituciones catalanas y las del resto del Estado, pero, a diferencia de Cullá, descarta que Cataluña haya sido un ente «independiente» y unitario.
Diada: 300 años
Sin embargo, los historiadores coinciden en situar como clave el año 1714, cuando cayó Barcelona a manos de las tropas borbónicas en plena Guerra de Sucesión. En esa guerra, un conflicto internacional que devino en una disputa interna por el trono español, Felipe V derrotó al aspirante de la Casa de los Austria, el archiduque Carlos. Felipe V tenía su principal apoyo en Castilla, mientras en la Corona de Aragón (que incluía Cataluña) tenían su bastión los austracistas.
La victoria de las tropas borbónicas supuso la supresión de los fueros e instituciones catalanas. El nuevo rey impuso un modelo político centralista a imagen y semejanza del absolutismo francés.
Desde finales del siglo XIX, con la excepción de los 40 años del franquismo, cada 11 de septiembre la efeméride de la derrota barcelonesa se celebra como la fiesta nacional catalana, la Diada.
El año 2015, los partidarios de la consulta soberanista hicieron una demostración de fuerza al movilizar a miles de ciudadanos en las calles, en una reivindicación del derecho a la autodeterminación.
Una vista atrás a la enfermiza sexualidad del medievo

La Edad Media es un período de la Historia muy desconocido por su larga extensión, sobre el que todas las ideas negativas que tenemos, como la falta de higiene o el cinturón de castidad, son más propias del Renacimiento.
Entre ellas, la de los matrimonios precoces, puesto que los hombres medievales, a excepción de los reyes, se casaban tarde porque resultaba complicado reunir la dote necesaria para pagar la boda. La Iglesia consentía además ciertas prácticas sexuales ahora censuradas, como la prostitución femenina, porque se consideraba un oficio de salubridad pública y una importante actividad económica.
En la Edad Media, entre los siglos V y XV, hubo períodos más liberales de lo que se cree, en los que se cuestionaba el celibato eclesiástico y cerca de un 30% de los sacerdotes vivía en concubinato. Aunque es cierto que la doctrina religiosa no siempre fue permisiva y marcó reglas como la prohibición del sexo durante dos tercios del año por respeto al calendario católico, fue a raíz de la expansión del protestantismo de Martín Lutero, en el siglo XVI, cuando comenzó a imponer una doctrina más rígida para combatirla.
Sólo una postura permitida
La única posición sexual permitida era la «natural», en la que el esposo se extendía sobre su mujer con el único objetivo de procrear, y los clérigos tenían la obligación de instruirse en todas las posturas conocidas para poder imponer las penitencias.

El adulterio, aunque era un pecado reconocido, solo se condenaba cuando lo cometía una mujer, a las que se solía sancionar con el pago de una multa, mientras que sobre el hombre adúltero no caían reprimendas porque su error era visto como una falta «espiritual».
El reflejo ilustrado de esas costumbres se realizaba de forma recurrente a través de símbolos y metáforas, en las que abundan las representaciones de los atributos masculinos como pájaros o elementos de charcutería y de los senos femeninos con porciones de queso tierno y blanco. Estos símbolos son muy sutiles, pero al mismo tiempo muy directos, porque basculan entre los principios del etéreo amor cortés y representaciones mucho más directas y sorprendentes en las que se plasman los órganos sexuales.
El libro del siglo XIV Decamerón del italiano Giovanni Bocaccio narra algunas historias de adulterio femenino. Escenas como la de Ménage à trois, tomada de esta obra maestra medieval, en la que dos mujeres desnudas yacen en una cama junto a un hombre vestido y plasman que la realidad de la relación amorosa en la Edad Media distaba del púdico «amor cortés».
El Día del Juicio Final aconteció en Lisboa

El terremoto de Lisboa fue uno de los sucesos más importantes de la historia de Europa, de tal forma que cambió el mundo. El 1 de noviembre de 1755, mientras se celebraban misas con decenas de miles de fieles por el católico Día de Todos los Santos en las cuarenta iglesias, los noventa conventos y los 130 oratorios con que contaba entonces la ciudad, sobrevino un terremoto de al menos 8,5 grados en la escala de Richter. Según el periodista norteamericano Nicholas Shrady, autor del libro The Last Day, sobre esta hecatombe, “de todas las capitales, esta era la que más se asemejaba a una ciudad de Dios en la tierra, que parecía el último lugar sobre el que se podía desatar la ira divina” porque “era una ciudad rebosante de devoción”, cuya céntrica Plaza del Rossio servía para la quema de herejes por parte de la Inquisición.
A unos 250 kilómetros de la costa portuguesa, donde nadie esperaba seísmos de gran magnitud, se situó el epicentro, y dos placas tectónicas atlánticas chocaron furiosamente sobre las 9.30 de la mañana, provocando el mayor terremoto desde que hay registros en la historia de Europa. Miles de personas quedaron sepultadas bajo los escombros de los edificios que se derrumbaron por toda la ciudad media hora después, que fueron la mayoría, y según los testigos, era difícil caminar por las calles sin tropezar con cadáveres y graves heridos tras esta primera devastación.
Primera porque, tras el seísmo de seis minutos y a consecuencia de este, pues había desplazado billones de litros de agua marina, un terrible tsunami llegó a Lisboa hora y media más tarde, cuando miles de supervivientes se habían concentrado en la inquisitorial Plaza del Rossio, frente al río Tajo, entre ellos, sacerdotes que instaban al resto a arrepentirse de sus pecados porque, decían, Dios había enviado aquella calamidad por su causa. Una pared de agua de varios metros de altura se abalanzó sobre ellos, que no tuvieron tiempo de refugiarse ni de huir, y los arrastró hacia el mar, llevándose la vida de centenares de personas.
Pero toda esa agua no fue suficiente para apagar cientos de incendios que se habían desatado en la ciudad, pues una cantidad ingente de velas que se habían encendido para la festividad religiosa, y tras el terremoto, el fuego provocado por las velas caídas asolaba Lisboa. Y, cuando se levantó el viento con por la noche, los incendios se extendieron, uniéndose hasta formar una gigantesca columna de llamas que, en opinión del historiador estadounidense Mark Molesky, autor del libro This Gulf Of Fire, acerca de este concreto asunto, alcanzó sobre la medianoche la categoría de tormenta de fuego y superó los 1.000 grados centígrados.
Por si todo esto fuera poco, los criminales que habían escapado de las cárceles por las brechas abiertas en los muros debido al terremoto hicieron de las suyas en la ciudad, aprovechando el caos y la anarquía; centenares de ellos saquearon casas, palacios e iglesias, violaron a las mujeres y asesinaron a todo aquel que se les antojó. Y como el cataclismo había sido tal para Lisboa, la necesidad empujó a la población a recurrir incluso al canibalismo para sobrevivir después.
En 2004 se hallaron los restos de unas 3.000 personas de toda clase en una fosa común bajo el claustro de un antiguo convento lisboeta de la época, fallecidas durante el terremoto o en las horas siguientes, una pequeña cantidad de los muertos entonces, que fueron alrededor de 30.000, un 15% de la población total de Lisboa. Según el arqueólogo Miguel Antunes, entre esos restos encontraron pruebas de muertes por aplastamiento, por el fuego y por asesinato, y también del canibalismo.
De Carambolo a la mítica Tartessos

El tesoro de Carambolo son unos restos de incalculable valor hallados en el cerro El Carambolo, en la ciudad de Camas, Sevilla. La rehabilitación de las instalaciones de la Real Sociedad de Tiro de Pichón, favoreció el encuentro del gran tesoro.
De forma casual, uno de los obreros, D. Alonso Hinojos del Pino, dio con su azada en el preciado metal. Sorprendido del hallazgo, acudieron a su encuentro sus compañeros, y tras remover la tierra, apareció un recipiente de barro repleto de piezas de oro: brazaletes, placas, pectorales, collares de un oro de 324 quilates, con un peso total de 2.950 gr. Parece un sueño, pero es un hecho real ocurrido en 1958. Además en el yacimiento se han encontrado multitud de restos de huesos de animales domésticos.
La autoría de los mismos no se sabe con exactitud, hay quien dice que el collar tiene una procedencia foránea. Habría que estudiar las soldaduras de las joyas, para aclarar si están elaboradas por los tartesos, o por el contrario son los artesanos fenicios los autores.
Una vez recogido todos los elementos, la buena acción de estos hombres, hizo que llegaran a manos de D. Juan de Mata Carriazo, experto en arqueología tartéssica, quien continuó las excavaciones duraron varios años, hasta el 1961.
Tartessos es una ciudad que para muchos arqueólogos es pura ficción, sólo existe en las fuentes antiguas (Heródoto) y para otros es algo real. Este descubrimiento, puede avalar la idea de que Tartessos y su rey, Argantonio existieron.
Durante el período de esplendor de los Tartessos, es decir cuando más riqueza y poder tenía este pueblo gracias a la explotación del bronce, oro y plata, muchos fueron los pueblos que acudieron a la península Ibérica para mercadear. No podían ser otros que los fenicios, los grandes mercaderes, primero y posteriormente los griegos, quienes influyeron de forma decisiva en los tartessos en la elaboración de joyas, objetos decorativos, etc…, de ahí la dificultad que existe en la actualidad para decidir la autoría de muchos restos arqueológicos hallados de esa época.
Por esta interrelación entre Culturas durante varios siglos, es por lo que los arqueólogos y estudiosos del tema, dan una autoría fenicia al Tesoro de Carambolo, llegando incluso a decir que dicho esplendor es gracias a la influencia de los fenicios.
Yacimientos de puro carácter tartésico, se consideran a los de San Pedro en Huelva, el Gandúl y Carmona en Sevilla, la Colina de los Quemados en Córdoba, Medellín en Badajoz, La Aliseda en Cáceres, etc…
En la actualidad, y después de muchas vicisitudes de cómo y dónde exponer estas alhajas, y haber estado en una caja fuerte acorazada durante décadas, por fin se ha optado por rehabilitar una sala del Museo Arqueológico de Sevilla y hacer una exposición permanente.
Escapistas carcelarios de película

Gracias a un túnel de «alta tecnología» de un kilómetro y medio que incluía una motocicleta y una serie de focos que el «Chapo» Guzmán fue apagando para evitar que le siguiesen. Así es como escapó de la prisión de alta seguridad de «El Altiplano» el famoso narcotraficante mexicano. Una fuga digna de una película de Hollywood que, sin duda, quedará unida irremediablemente a otras tantas como la del cuatrero John Dillinger o a la que protagonizaron tres reos en la década de los 60 en Alcatraz.
1-John Dillinger
John Herbert Dillinger (más conocido como John Dillinger) fue un norteamericano que, aunque en un principio contaba con una tienda de comestibles, decidió cambiar este oficio por el de ladrón de bancos. Así pues, entre 1933 y 1934 trajo de cabeza a la policía estadounidense, pues logró robar con su banda casi un millón de dólares en estados como Ohio e Indiana. Lo metódico que era a la hora de planear sus crímenes, unido a la cantidad sustraída, le hizo ganarse el apodo de «enemigo público número uno».
Sin embargo, en 1934 su temperamento le jugó una mala pasada cuando acabó con la vida de un agente de la ley que trataba de capturarle. Aquel crimen permitió que le capturasen y que, tras ser condenado a sentencia de muerte, fuese enviado a la cárcel de Crown Point. Allí, Dillinger protagonizo una de las fugas más famosas de la historia. Concretamente, la realizó tallando una pistola en un trozo de madera que luego tiñó de negro. Con ella amenazo a las guardias y logró escapar de la prisión. Curiosamente, la rocambolesca situación no acabó en ese punto, pues huyó en el coche del Sheriff.
A pesar de que la historia fue posteriormente desmentida (se ha dicho desde que el arma estaba fabricada con una patata hasta que era real), la fuga entró en los libros de historia como una de las más famosas de la época. Con todo, la alegría le duró poco, pues –a finales de 1934- este ratero fue asesinado por varios agentes del FBI cuando salía de ver una película en el cine.
2-La gran fuga de Alcatraz
Una de los grandes misterios de la Historia se relaciona, a su vez, con una fuga que se sucedió en la prisión de Alcatraz en 1962. Y es que, en aquel año se encontraban presos en la isla tres reos que pasarían a la historia. Estos eran Frank Lee Morris (un delincuente común) y los hermanos Clarence y John Anglin (entre rejas por robar unos 15.000 dólares).
Para llevar a cabo su plan, los tres presos cavaron durante meses un túnel en una de sus celfas utilizando tan solo cucharas. Aunque hay que señalar que se aprovecharon del hecho de que el hormigón estaba sumamente dañado por la humedad, lo cierto es que el trabajo debió ser arduo. Posteriormente, el 11 de junio, dejaron en sus respectivas camas una máscara humana realizada con periódicos, pintura y pelo que había sacado de la barbería e iniciaron su camino hacia la libertad.
Tras arrastrarse durante horas por el túnel lograron escapar de aquellos muros y llegar hasta la costa de Alcatraz. Allí construyeron una balsa con lo poco que encontraron (al parecer, varios chubasqueros y trozos de madera) y se lanzaron a la bahía. A día de hoy no se sabe que sucedió con ellos, pues no se les volvió a ver. Algunos afirman que lograron escapar, mientras que otros creen que se ahogaron debido a las corrientes.
3-Choi Gap-bok
Una de las últimas (y más llamativas) fugas fue protagonizada por un maestro de yoga. El reo no era otro que Choi Gap-bok, un asiático que había practicado este deporte durante 23 años y que fue encarcelado en la ciudad de Daegu el 12 de septiembre de 2012 por robo.
Tras ser encerrado en una celda de aislamiento durante cinco días, el 17 de ese mismo mes se untó pomada alrededor de la piel y, haciendo uso del yoga que tan aprendido tenía, se escapó por una pequeña ranura ubicada en al parte inferior de la puerta que daba al exterior (utilizada, normalmente, para servirle la bandeja con la comida).
La fuga duró apenas 34 segundos, tiempo en el que Choi se deslizó a través de un hueco de apenas 15 centímetros de alto y 45 de largo. La situación no pudo ser más similar a la de una película, pues huyó mientras los guardias estaban durmiendo. A su vez, para que no sospecharan que se había marchado, hizo un muñeco con almohadas que ubicó debajo de las sábanas. Sin duda, digno de un largometraje de cárceles clásico.
- ← Anterior
- 1
- …
- 10
- 11