independentismo

Destripando la historia a ambos lados del Ebro

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1 de febrero de 1976: tres meses después de la muerte del dictador Franco, la Asamblea de Cataluña (Asemblea de Catalunya) marchó en Barcelona bajo el lema "Libertat, Amnistía, Estatuto de Autonomía" ( Libertad, Amnistía, Autonomía). El gobierno de Madrid, entonces dirigido por Carlos Arias Navarro (11 de diciembre de 1908 - 27 de noviembre de 1989), respondió a las protestas con violentas cargas policiales
1 de febrero de 1976: tres meses después de la muerte del dictador Franco, la Asamblea de Cataluña (Asemblea de Catalunya) marchó en Barcelona bajo el lema «Libertat, Amnistía, Estatuto de Autonomía» ( Libertad, Amnistía, Autonomía). El gobierno de Madrid, entonces dirigido por Carlos Arias Navarro, respondió a las protestas con violentas cargas policiales

«Me convertí en historiador de España en gran parte por accidente», asegura John H. Elliott en el libro ‘Haciendo historia'(Taurus) en donde aúna sus reflexiones personales sobre su carrera como historiador con los cambios y novedades que se han producido en nuestro país.

«Me preocupa la deformación histórica», señala Elliott y advierte del «peligro» que supone que los jóvenes españoles de ahora solo conozcan la historia de su región hasta los límites del Ebro.

«Ya hay una nueva generación en la España oriental que corre el peligro de alcanzar la madurez bajo la impresión de que la historia de su territorio natal se detiene en las orillas del Ebro. Con tal enfoque inevitablemente se retrocede a la historia nacionalista estrecha y cerrada que historiadores de la talla de Vicens Vives se propusieron ante todo desacreditar», señala el autor en ‘Haciendo historia’.

«Esta es un una visión de estrechos horizontes». «El localismo es peligroso si no está relacionado con el conjunto más grande», subraya John H. Elliot, quien defiende la «interacción» en la historia de España de las diferentes Comunidades Autónomas.

«Yo he intentado durante mi vida desmitificar la historia tanto de Cataluña como de España y mucho me temo que no todos hayan aprendido la lección», subraya este historiador, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y Premio Balzan de Historia.

Entre los puntos que ha intentado desmitificar en su larga carrera centrada en la historia de la Península Ibérica, Elliott señala la «visión romántica y tradicional de la historia de Cataluña», que ya había denunciado Vicens Vives, quien quería «demostrar que los catalanes también tenían sus defectos y que la historia romántica era demasiado sentimental y muy reduccionista y simplificaba muchas cosas que eran complicadas», alega Elliott.

«El gran reto de un historiador es desmitificar y mostrar que la historia es algo más complicada», indica Elliott, quien considera «poco apropiado» opinar sobre el debate político que se está produciendo en estos momentos sobre la independencia de Cataluña.

En este sentido y en las páginas de ‘Haciendo historia’, Elliott recuerda cómo en 1953 vivió en Barcelona donde se enfrentó a un «nuevo reto», el lingüístico,. «Cuando vivía en Cataluña, me identifiqué con los catalanes y hablaba catalán mejor que castellano», reconoce este historiador quien asegura «comprender» sus reivindicaciones.

En esta misma línea, recuerda que en Cataluña ha visto «lo que es vivir sin libertad», y supo lo que es «vivir en una sociedad donde no se permitía utilizar el idioma en muchos casos».

«El nacionalismo, aunque relegado a la clandestinidad por la política represiva del régimen franquista, era un sentimiento poderoso en la Cataluña de los años cincuenta, como lo sigue siendo hoy», señala John H. Elliot en este libro, donde traslada al lector su «entusiasmo por la historia».

En este sentido, ‘Haciendo historia’ aúna experiencias personales con reflexiones sobre hechos históricos, desde que un día, hace más de cincuenta años, entusiasmado por un retrato del Conde Duque de Olivares que vio en el Museo del Prado, decidió centrarse en la historia de España y en la figura del valido del rey Felipe IV.

«Se me hizo evidente en el curso de mis investigaciones que la compleja naturaleza de las relaciones entre Cataluña y Castilla desde la unión de las coronas de Castilla y Aragón a finales del siglo XV constituía una clave fundamental para comprender no solo la historia de Cataluña, sino la de España en su conjunto», explica en el libro.

Preguntado por los defectos del Conde Duque de Olivares, Elliott asegura que son los de cualquier persona que está en el poder durante muchos años: la arrogancia y la falta de contacto con la realidad de lo que está pasando en su entorno.

Por otra parte, en el libro Johh H. Elliot recuerda su primera visita a España en 1950, cuando era un país «mísero» con «los niños por la calle pidiendo, sobre todo en Andalucía». «Pedían pan, una moneda o cualquier cosa», subraya el autor.

«Las nuevas generaciones no se dan cuenta de la trasformación fantástica que ha sufrido este país», concluye el autor, que ya prepara para el 2013 una nueve edición revisada de los dos volúmenes sobre la figura del Conde Duque de Olivares y un tercer tomo de correspondencia inédita, que publicará Marcial Pons.