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El inglés para gringos pone pies en polvorosa

“Dos naciones divididas por un idioma común”, fue como George Bernard Shaw (o cualquier otra persona a la que se le ha atribuido esta cita) describió a Gran Bretaña y EE.UU. Culturalmente, los dos países son más distantes de lo que podría creerse, pero ¿qué tan similares son el inglés británico y el inglés americano?
Si bien es cierto que hay muchas diferencias entre el inglés hablado en el Reino Unido y el hablado en EE.UU., lo primero que debemos destacar es que los británicos y los estadounidenses pueden entenderse perfectamente bien entre sí.
Anecdóticamente, algunos estadounidenses encuentran ciertos dialectos británicos más difíciles de entender, mientras que los británicos están más acostumbrados al inglés americano (AmE como los lingüistas lo abrevian) debido a la exposición a través de películas, música e incontables repeticiones de la serie How I Met Your Mother.
Hay muchos ejemplos de palabras que son diferentes en el inglés de EE.UU. y el inglés de Gran Bretaña; y resulta interesante ver el origen de estas diferencias. Algunas palabras se volvieron necesarias mucho tiempo después de que EE.UU. se independizara, y ya no acudiera a Londres para recibir orientación.
Existen varias diferencias entre la ortografía británica y la estadounidense. En América, por ejemplo, es raro que una palabra termine con –re, mientras que esto es común es Gran Bretaña. Algunos ejemplos incluyen center/centre (centro) y el meter/metre (metro). El inglés americano también elimina la u en palabras británicas como colour (color) y flavour (flavor). Así como la l en traveller (traveler) y reveller (reveler).
Uno de los principales responsables de estas diferencias fue Noah Webster, cuyo nombre aún se encuentra en la parte frontal de los diccionarios más populares de Estados Unidos. Él quería simplificar la ortografía inglesa y vio los beneficios políticos de un nuevo país con su propio lenguaje.
Algunas terminaciones de verbos irregulares son utilizadas en el inglés británico, pero no en el inglés americano. Por ejemplo, burnt (burned en AME), learnt (learned), smelt (smelled)… sin embargo, es poco probable apreciar la diferencia en una conversación.
Pronunciación y dialectos
El inglés americano es mucho más homogéneo que el inglés británico, lo cual significa que a menudo es difícil distinguir de dónde proviene una persona en EE.UU. con solo escuchar su acento.
Los lingüistas han identificado entre 6 y 25 dialectos americanos. Aunque las mayores divisiones se dan entre los dialectos del norte, el centro y el sur del país, que son más o menos agrupados.
Americanización al acecho
Del imperio británico se decía a finales del siglo XIX lo que ya se comentó antes del español: que en él nunca se ponía el sol. Desde Australia a Canadá, pasando por la India, Egipto, Sudáfrica o el Caribe, el territorio británico se extendió por los cinco continentes. Herencia de este extenso imperio es el puesto indiscutible del inglés como lengua internacional en política, ciencia, comercio e incluso cultura.
Sin embargo, el ascenso de los Estados Unidos como potencia mundial durante el siglo XX ha conducido a un cambio en el uso del inglés oral y escrito a lo ancho del mundo, dando lugar a un proceso de americanización del inglés.
Se trata de un proceso similar a vivido por el klingon, el lenguaje inventado para el universo de Star Trek, que hacía tiempo que había perdido su nexo de unión con sus creadores. Eran los hablantes de esta lengua los que habían hecho que evolucionase, y lo mismo ocurría con vocablos inventados por Tolkien.
Hacia el siglo XV Reino Unido, junto con Portugal o España, tenían el monopolio del mundo. Fueron tiempos de expansión y conquista, y estos tres idiomas acabaron diseminados por el mundo con bastante predominancia del inglés.
Llama la atención que una de sus derivaciones, el inglés americano, lleve ganando tracción sobre el idioma “original” (o la evolución británica del inglés, para ser más precisos).
En distintos ámbitos se adirma que la americanización del inglés global es uno de los principales procesos contemporáneos de cambio en el inglés”, y que la culpa principal la tiene que los Estados Unidos lideran distintos cambios. Por ejemplo, trabajan a la vanguardia científica, lideran el mundo de las aplicaciones, etc.
Más allá de que ingleses y estadounidenses tengan palabras diferentes para nombrar objetos (ascensor se dice lift en británico y elevator en inglés americano), una de las mayores escisiones vino de la mano de la normalización que Webster incluyó hace 150 años en el inglés británico.
A partir de ahí, los dos ingleses han ido bifurcándose a ritmos acelerados, pero también a influirse los unos a los otros y con otros idiomas. Por ejemplo, el español de América es uno de los idiomas del que más se ha fusionado el inglés americano.
Esto último es particularmente interesante porque a menudo consideramos que el inglés no invade con palabras como paper (artículo científico publicado en una revista especializada) o abstract (breve reseña del mismo). Y lo mismo ocurre en la dirección opuesta.