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Steinbeck, el cronista de la miseria

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Es curioso que, siendo un gran escritor, como se le reconoció mundialmente con el Premio Nobel de Literatura, Steinbeck nunca cayera simpático a una buena parte de sus conciudadanos, y la publicación de Las uvas de la ira lo convirtió en un proscrito social. «Los insultos de los terratenientes y los banqueros son bastante graves y empieza a asustarme el poder de todo esto», escribió en aquel momento. «La histeria sobre el libro sigue creciendo», dirá más adelante
Es curioso que, siendo un gran escritor, como se le reconoció mundialmente con el Premio Nobel de Literatura, Steinbeck nunca cayera simpático a una buena parte de sus conciudadanos, y la publicación de Las uvas de la ira lo convirtió en un proscrito social. «Los insultos de los terratenientes y los banqueros son bastante graves y empieza a asustarme el poder de todo esto», escribió en aquel momento. «La histeria sobre el libro sigue creciendo», dirá más adelante

La editorial Nórdica recupera la última novela de John Steinbeck, «El invierno de mi desazón», que el escritor estadounidense escribió en 1961, un año antes de ganar el Premio Nobel de Literatura. Casualmente, la editorial El Aleph la publicó por primera vez en español en 2002 también con motivo de otro aniversario redondo, el centenario de su nacimiento. En esta novela, que toma el título de un verso del Ricardo III de Shakespeare, el autor regresó al realismo social que caracterizó algunas de sus obras más célebres, como «De ratones y hombres» y «Las uvas de la ira», ambas adaptadas en varias ocasiones al cine y al teatro.

Steinbeck tuvo una de las vidas más errantes y poco convencionales de los grandes escritores del siglo XX, dedicándose a todo tipo de oficios -de pescador a constructor de maniquíes- mientras trataba de sacar adelante su carrera literaria. Nieto de inmigrantes alemanes, se crió en la localidad californiana de Salinas, donde llevó un estilo de vida rural durante la infancia y la adolescencia. Pasó varios veranos trabajando en granjas, por lo que tuvo contacto con las precarias condiciones de vida de los inmigrantes del sector agrícola, lo que le sirvió para retratar la miseria asociada a la Gran Depresión en sus novelas más importantes. Sin embargo, en «El invierno de mi desazón» Steinbeck pone el foco en el ciudadano estadounidense de clase media y construye una alegoría sobre el papel del dinero en la corrupción de los valores morales en la sociedad moderna.

La narración está protagonizada por Ethan Allen Hawley, empleado y antiguo propietario de una tienda de comestibles que perteneció a su familia y que se ha visto obligado a vender a Marullo, un inmigrante italiano que se ha convertido en su jefe. La novela relata el súbito cambio de valores del protagonista, que se ve tentado por unos proveedores que tratan de sobornarle; por un banquero que quiere convencerle para invertir la herencia de su mujer; y por una de las jóvenes más atractivas del pueblo, que trata de seducirlo.

Retratista de la América de la desigualdad

John Steinbeck nació en Salinas, California, el 27 de febrero de 1902, en el seno de una familia pobre, logró superarse e incluso logró ingresar a la Universidad de Stanford, aunque nuca se graduó.

En 1925, John intentó establecerse en Nueva York y trabajó como escritor “free-lance”, sin embargo fracasó y decidió regresar a California, aunque después de publicar algunas novelas y cuentos, llegó a ser ampliamente conocido por su libro Tortilla Flat (1935).

Desde muy joven John Steinbeck trabajó duramente como albañil, jornalero rural, agrimensor y como empleado de tienda. En la década de 1930, describió la pobreza que acompañó a la depresión económica.

Su primer reconocimiento crítico, lo obtiene con su primera novela en 1935 y su estilo, heredero del naturalismo y cercano al periodismo, estuvo sustentado por una gran emotividad que se veía reflejado a lo largo de sus argumentos y en el simbolismo de las situaciones y personajes que creaba.

Posterior a su primer éxito, John se trasladó a la ficción más grave, que rayaba en lo agresivo por su crítica social, tal y como lo hizo en Lucha incierta (1936), que trata sobre las huelgas de los recogedores de fruta migratorias en las plantaciones de California.

Más tarde, publicó De ratones y hombres (1937), la historia de Lennie, un imbécil gigante, obra que fue llevada a la pantalla grande, y por otra parte, aparecieron una serie de admirables cuentos recogidos en el volumen titulado El Valle Largo (1938).

En 1939, salió a la luz lo que se considera su mejor obra «Las uvas de la ira», una historia que se desarrolla en Oklahoma y habla de unos arrendatarios quienes, incapaces de ganarse la vida de la tierra, se mudan a California donde se convirtieron en trabajadores migratorios.

Steinbeck logra escribir «Las uvas de la ira», a partir de sus artículos periodísticos que escribió acerca de las nuevas oleadas de trabajadores que llegaban a California, hecho que desató polémicas en el ámbito político y en la crítica, donde fue acusado de socialista y perturbador.

El argumento de esta novela narra la migración de familias de Texas y Oklahoma que huían de la sequía y la miseria, en busca de la californiana Tierra Prometida, lo que da cuenta del fuerte componente alegórico y espiritual e interés del autor por los desfavorecidos.

A pesar de haber sido clasificado como sentimentalista, ha sido considerado dentro del realismo naturalista. Otros críticos le adjudicaron el mote de «novelista proletario», por exaltar su postura socialista al hablar de las poblaciones de inmigrantes y los problemas de la clase obrera.

No obstante, las ideas socialistas de Steinbeck estaban vinculadas con la revolución reformista evangélica del siglo XIX más que del marxismo, pues en su prosa no sólo incluyó mensajes humanistas, que eran identificados con el realismo socialista, que ya asomaba en esa época.

De sus últimos años de vida se cuentan obras como East of Eden (1952), El invierno de nuestro descontento (1961), y Viajes con Charley (1962). Aunado a estos libros, Steinbeck redactó un diario de viaje en la que describió sus impresiones durante una gira de tres meses en un camión. John había recorrido cerca de 40 estados de la Unión Americana en 1962.