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Morir como perros a ritmo de rancheras

Según la Organización Mundial del Turismo, México es el principal destino turístico de América Latina y el octavo más visitado del mundo. Sin embargo, el país azteca también se ha convertido en el lugar elegido por los turistas extranjeros para terminar con sus vidas mediante un medicamento de uso veterinario.
Hasta el 1 de septiembre de 2017 se reportaron cuatros casos en Ciudad de México, las personas provenían de Rusia, Turquía, Italia y Dinamarca.
La sospecha es que a través de Internet, los extranjeros han logrado localizar en México a personas que de manera clandestina venden medicamentos controlados de uso veterinario que difícilmente pueden adquirir en sus países de origen.
El primer caso se registró en octubre de 2015, cuando en la habitación de un hotel de la turística Zona Rosa, en Ciudad de México, la policía encontró los cuerpos de dos personas: una mujer de origen ruso y un varón turco, quienes no mostraban huellas de violencia.
Según datos del departamento de Ciencias Forenses de la capital, revelados en su momento por la cadena ‘Televisa’, estos extranjeros fueron informados a través de correo electrónico que podían comprar dos frascos de este medicamento a un precio de 600 dólares, pero si querían tres tenían que pagar 800 dólares.
Del mismo modo, el 21 de marzo de 2017 las autoridades encontraron también en una habitación de hotel, se encontró el cuerpo del italiano Luca Athauda Mudinyanselage.
Al igual que la primera pareja, había abonado por adelantado varios días de la habitación, colocó el letrero de ‘no molestar’, y después de haber ingerido el anestésico se acostó en su cama a esperar la muerte.
Al día siguiente, se produjo el fallecimiento del danés Jonas Muller, en las mismas condiciones que los anteriores casos.
Los cuatro ciudadanos extranjeros habían ingerido el mismo medicamento, realizaron las mismas instrucciones y llegaron a México para morir.
Según un informe de 2017 de la Unión Nacional de Empresas de Farmacias (Unefarma), la venta ilegal de medicamentos en México registró en un año un crecimiento del 100%.
Además, según este organismo el 1,5% de la venta ilegal de medicamentos se realiza por Internet.
Heroínas en la cuneta de la historia

El proceso de independencia de Hispanoamérica de la Corona española contó con muchas mujeres como protagonistas que el tiempo dejó en el anonimato o en el olvido del reconocimiento y a las que el libro «Heroínas incómodas» quiere homenajear como conspiradoras y artífices de aquella transición.
«El protagonismo de la mujer es decisivo pero no se ha tenido suficientemente en cuenta» a la hora de coser las historias sobre la independencia de Hispanoamérica, sostiene el coordinador de «Heroínas incómodas» (Rubeo, 2012), Francisco Martínez Hoyos.
En estos momentos, explica, el alud bibliográfico se centra en las grandes figuras como Simón Bolívar o Francisco de Miranda, pero no se publican obras sobre el papel de la mujer.
Por ello, esta publicación habla de la independencia en femenino, del empoderamiento de género, de las mujeres y el exilio de los patriotas chilenos, de su visibilidad e invisibilidad, y de heroínas como Manuela Saenz, Juana Manuela Gorriti o Carmen Guzmán.
Unas fueron mujeres de clase alta, como las primeras, que tenían la posibilidad de convocar en sus domicilios reuniones para conspirar cómo independizar los diversos territorios de España, y otras eran de clase baja, como Carmen Guzmán, una tabernera que logró persuadir a la unidad de elite española Numancia de pasarse al bando patriota en Perú.
«La mujer de aquella época no es tenida en cuenta, no se fijan en ella, y eso las hace en especialmente aptas para recoger información, por ejemplo, sobre los movimientos de un ejército o los efectivos de un cuartel», relata Martínez Hoyos, doctor en Historia por la Universidad de Barcelona, al evocar el caso de una mujer analfabeta que contaba los soldados con semillas.
«Heroínas incómodas» engloba una visión general del papel de la mujer en el continente americano con estudios sobre Chile, Perú, Venezuela, Colombia o México.
Uno de los casos más «fascinantes», cuenta el escritor venezolano Juan Carlos Chirinos, es el de Manuela Saenz, compañera de Simón Bolívar, a la que la historia ha presentado de una manera «muy reduccionista» como la amante del Libertador y «parece que sólo exista en función de él».
Patriota de «claro» liderazgo y carácter fuerte, continúa, Manuela Saenz desempeñó un importante papel tanto en política como en acciones militares y, frente a quienes la definen como «una desviación de la naturaleza, la mujer-hombre», hay quienes la consideran la «Magdalena de la historia de América Latina».
«En la mentalidad de un liberal conservador de la época no se puede concebir que las mujeres sean heroínas», justifica Martínez Hoyos, lo que «dice muchas cosas sobre los prejuicios de la época».
Sin embargo, estas mujeres jugaron muchos papeles en la independencia de Hispanoamérica, tanto en el campo del espionaje, como de la promoción política o la logística sin temer el castigo que pudieran recibir, que solía ser su ingreso en prisión o en un convento, sostiene la profesora chilena Carolina Valenzuela.
«Actuaron de manera sistemática en hostigar a las autoridades y lo hicieron como verdaderas heroínas incómodas, incomodando al poder establecido para obtener la libertad de sus esposos, hermanos o hijos», dice en referencia al exilio de los patriotas chilenos en las islas Juan Fernández.
Valenzuela indica que a estas mujeres las caracterizaba y movía algo «muy humano» como el amor, la pasión, el compromiso con sus seres queridos y, sobre todo, el «convencimiento de estar actuando por algo en lo que ellas creían».
Incluso fueron incómodas en contra de la independencia de América, añade Chirinos al evocar el caso de la hermana de Bolívar, a la que exilió para acallarla, precisa.
La clase social y la raza diferencian a estas mujeres en un sentir compartido en la lucha por la independencia, añade el escritor venezolano, pero «esa actitud rebelde, levantisca, contraria a la autoridad ha existido desde la llegada de los españoles a América hasta hoy en día».
Desde entonces y hasta ahora, los autores coinciden en que el perfil de estas heroínas incómodas es que, «frente a los esquemas que las quieren reducir al ámbito privado, ellas reclaman esa participación pública en la lucha por la libertad».