literatura
Kenneth Anger, el cronista del alquitrán

Kenneth Anger es el autor de la biblia del cotilleo cinematográfico. Hollywood Babilonia es una obra maestra literaria de injusta mala fama llena de actores y actrices adictos a algo más que la fama; suicidas, drogadictos, alcohólicos… ¿les suena de algo?
Según cuenta el apasionante blog «Gente a la que no invitarías a cenar», la primera parte de este crudo pandemonio de una ciudad llamada Tinseltown y luego rebautizada con el nombre de Hollywood se editó en Francia en 1959, contando con incontables dificultades para su edición y distribución pero convertiéndose con el tiempo en la maravilla literaria que es. Y Anger destilaba veneno y mala baba en cada palabra, demostrando ser una maravillosa víbora capaz de destripar al mayor de los mitos sin despeinarse.
La segunda parte, tan apasionante como la primera, se editaba en 1984. Anger había madurado y había visto sus peores pesadillas convertidas en realidad, cuando de la fábrica de sueños surgió la mayor pesadilla posible: Ronald Reagan. La guerra fría y sus terribles consecuencias empequeñecían cualquier vicio posible de los venerables tinseltonianos.
No es extraño que Anger hablara de los siniestros habitantes de la meca del cine, ya que él provenía también de ese mundo. Aunque de la parte más oscura y alternativa, del cine más experimental, adelantado en muchos aspectos a cualquier cosa que se hiciera en aquella era. Por ejemplo su corto Fireworks, del año 1947, trata sobre un joven que sueña que es violado por un grupo de marinos, un tema inaudito para la época. De hecho se considera a Fireworks como la primera obra maestra de cine gay.
No es extraño que Anger reflejara una de sus mayores obsesiones en sus cortos, ya que él mismo era homosexual. Desde su papel de nigromante del cine y provocador nato transmitió una serie de impactantes imágenes en sus cortos (ninguna productora estaba lo suficientemente loca como para apoyar económicamente un largometraje filmado por Anger). Desde 1941 hace cortos, con temática muy diversa, desde un estudio del mimo al arte de las fuentes.
El cineasta francés Jean Cocteau, apasionado de la obra de Anger, le invita a Francia, donde podrá editar su Hollywood Babilonia. Anger seguirá relizando cortos, alcanzando su obra maestra en 1963 con Scorpio Rising, una maravilla rompedora llena de motoristas nazis homosexuales mimando sus motos y participando en orgías masoquistas. En un magnífico ejercicio de provocación Anger muestra los torsos desnudos de sus atléticos y apolíneos motoristas, enfundados en cuero y rebosando sexualidad, a la vez que alterna imágnes de Brando, Hitler y Jesucristo, todo envuelto por la música de Phil Spector, Elvis y Ricky Nelson. Kenneth Anger fue el primer director en utilizar canciones pop en vez de una banda sonora original en una película. Y muchos de sus cortos son precursores de los video-clips musicales.
La otra obsesión de Anger era el satanismo. Maravillado por la figura del brujo ocultista Aleister Crowley, realizó varios cortos en su honor. Tras hacer un corto de 3 minutos con siniestras iniciales: Kustom Kar Kommandos (1965), realiza su primera obra satánica: Invocation of My Demon Brother (Invocación de mi demonio guardian, 1969), cuya banda sonora compuso otro apasionado de Crowley: Mick Jagger. Para el papel de Satán Anger contó con Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satán.
Lucifer Rising, realizada en los 70 y finalizada en 1981 es una pieza de psicodelia delirante donde se muestra la llegada de un Satán Glam en medio de siniestros rituales de druidas. El guitarrista de Led Zeppelin Jimmy Page, otro apasionado satanista, iba a realizar la banda sonora, pero al final tras los múltiples retrasos de Page fue despedido por Anger, quien contó con Bobby Beausoleil, un asociado de la peligrosa familia Manson (responsables del asesinato de la mujer de Roman Polanski, Sharon Tate) que estaba encarcelado por asesinato en la época en que compuso la música de Lucifer Rising. Beausoleil contó con un permiso penitenciario para poder componer la banda sonora.
En cuanto a Anger tras Lucifer Rising se dedicó a la segunda parte de Hollywood Babilonia. La impresionante imaginería de su obra visual ha sido desde entonces reconocida por directores de la talla de Martin Scorsese, Gus Van Sant, Rainer Werner Fassbinder y David Lynch, así como por la cultura del vídeo musical, de la que es padre fundador. Recientemente ha realizado un corto sobre cuadros de Aleister Crowley y amenaza con una tercera parte de Hollywood Babilonia.
Los viajes de Kerouac

“Con la aparición de Dean Moriarty empezó la parte de mi vida que podría llamarse mi vida en la carretera”. Ésta es una de las primeras frases escritas por Kerouac o, mejor dicho, por su alter ego en la novela, Sal Paradise, para dar comienzo a un viaje que resumía los anhelos y representaciones artísticas de toda una generación.
El “rollo”, como se conoce al primer borrador de la novela, escrita a máquina por Kerouac en solo tres semanas y en una misma tira de papel, se convierte así en una guía de viajes única para recorrer Estados Unidos de costa a costa, al tiempo que constituye toda una declaración de intenciones para la vida.
Comenzamos el recorrido en Nueva York, punto de origen del viaje y lugar en el que Kerouac escribió su novela más reconocida. El tunel Lincoln y su “extraño vacío fosforescente” es una de las primeras referencias que se hacen en la novela a la ciudad de los rascacielos. Pero no es la única. No en vano, fue en esta ciudad donde se gestó la llamada Generación Beat.
Bob Dylan, Dylan Thomas y el propio Kerouac eran transeúntes habituales del Greenwich Village, un barrio residencial en el que el espíritu bohemio y el aliento artístico de sus más célebres habitantes ha dejado huella en las cafeterías (Caffe Reggio y Café Figaro, por citar algunas) y bares cercanos a la zona de Washington Square. El arco que preside el parque, las callejuelas que circundan la zona y la peculiaridad de sus visitantes habituales -videntes, patinadores, estudiantes de la Universidad de Nueva York, jugadores de ajedrez…- otorgan un encanto especial a este barrio de Manhattan al que se puede llegar a pie desde la Quinta Avenida.
Chicago y su arquitectura

Y de Nueva York a Chicago. Con 50 dólares en el bolsillo y en autobús salía Sal Paradise camino a esta ciudad. Una de las primeras percepciones que expresa el protagonista tras su llegada a Chicago se refiere a la “brisa matutina” procedente del Lago Michigan. En la actualidad, la oferta de barcos que navegan por la orilla del lago mostrando al visitante los secretos de la arquitectura que conforma su skyline es bastante amplia, por lo que resultará sencillo encontrar una opción que se adapte a los horarios e inquietudes del visitante.
Otra alternativa para apreciar la riqueza artística de los edificios que forman parte de Chicago es hacerlo a vista de pájaro. A una altura de casi 400 metros se encuentra suspendida The Ledge, una estructura de cristal que cuelga de las Torres Willis y que compite con el Observatorio John Hancock por ofrecer las mejores vistas de la ciudad.
Y no hay lugar mejor para acercarse a la arquitectura funcional de Frank Lloyd Wright. La Robie House, uno de los máximos exponentes de la arquitectura norteamericana, la Gressner House, diseñada por Wright en su juventud, o la casa estudio del arquitecto, cerca de Oak Park, son algunos de los puntos de interés que transmitirán al visitante la belleza y sencillez de los diseños de Wright.
Historia norteamericana en Denver
En Denver nos acercamos al barrio de Five Points, considerado el “Harlem del Oeste”, la mayoría de sus habitantes son, y lo eran en la época en la que Kerouac pasó por allí, de origen afroamericano. En la actualidad, los bloques de edificios de estilo victoriano se mezclan con apartamentos de lujo de nueva construcción. Sin embargo, un pedazo importante de la Historia de los Estados Unidos permanece perenne en sus calles.
El jazz de Billie Holiday, Duke Ellington o Miles Davis sirve de banda sonora a esta barriada con clubes tan conocidos como Rossonian o la Rainbow Room. Quizá por la fuerte presencia del jazz en este área, Five Points es uno de los lugares más referenciados en la novela de Kerouac.
La visita al centro cultural The Black American West Museum & Heritage Center, dedicado a la historia de la población afroamericana en el oeste del país, y a la página Denver Story Trek, que repasa la herencia cultural de Five Points, ofrecen un rápido vistazo al legado de esta ciudad.
Llegada a Frisco y final de la Ruta 66

La bahía de San Francisco (o Frisco, como se le llama en la novela) es testigo de la llegada de Paradise. La novela está salpicada de retazos de la ciudad, pero la propia San Francisco también encuentra atractivos en los relatos del libro de Kerouac. En Russell Street se puede llegar hasta la casa de Neal Cassady (Dean Moriarty en el libro), en la que Kerouac se alojó durante un tiempo allá por 1949.
Por si la novela no fuera suficiente excusa para visitar San Francisco, Alcatraz, el Golden Gate, las casas de Alamo Square o el Palacio de Bellas Artes convierten a Frisco en una de las ciudades más hermosas y con mayor encanto de los Estados Unidos.
El final de esta primera etapa del viaje -nosotros concluimos aquí, Paradise vuelve a Nueva York pasando por Texas e Indianápolis entre otras ciudades y, después, protagoniza otros dos viajes- puede establecerse en Los Ángeles, en concreto, en Santa Mónica, donde llega a su fin la Ruta 66.
La playa de Santa Mónica, lejos de invitar al relax tras este largo viaje, anima a continuar la aventura con actividades que van del surf a las rutas en bicicleta. En su Pier, los puestos de feria y otras atracciones se mezclan con los escaparates que rinden tributo a la Ruta 66 y, sin alejarse de la playa, se pueden encontrar originales propuestas gastronómicas para reponer fuerzas y, al fin, descansar sabiéndose protagonista de un viaje digno de novela.
Adiós a Umberto Eco

El escritor y filósofo italiano Umberto Eco, autor de ‘El nombre de la rosa’, entre otras obras, ha fallecido a los 84 años de edad en su propia habitación. Umberto Eco, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, publicó su primera novela en 1968. Este trabajo, titulado ‘La estructura ausente’ le llevó a la publicación de su obra más completa más completa sobre semiótica ‘Tratado de semiótica general’, publicada en 1975. Sin embargo, el escritor italiano nacido en 1932, no alcanzaría la verdadera fama ante el gran público hasta 1980 con la publicación de su más conocida novelas ‘El nombre de la rosa’, con la que obtuvo varios premios y que fue llevada al cine. Otra de sus obras más conocidas es ‘El péndulo de Foucault’ publicada en 1988.
Pero la carrera de Umberto Eco está plagada de premios y reconocimientos anteriores al Príncipe de Asturias. Eco es doctor en Filosofía por la Universidad de Turín y trabajó en programas culturales de la RAI desde 1954. Durante la década de los primeros años de la década de los años 60 trabajo como profesor agregado de Estética en las universidad de de Turín y Milán. Participó en el llamado ‘Grupo 63’ con la publicación de ensayos sobre arte contemporáneo, cultura de masas y medios de comunicación. Entre estos trabajos se encuentran el conocido ensayo ‘Apocalípticos e integrados’ en 1965 u ‘Opera aperta’. También ha sido durante años catedrático de Filosofía en la Universidad de Bolonia, en la que ha puesto en marcha la Escuela Superior de Estudios Humanísticos conocida como la ‘superescuela’. Esta iniciativa está destinada a difundir la cultura internacional y dirigida a licenciados con un alto nivel de conocimientos. También fue fundador y actual secretario de la Asociación Internacional de Semiótica.
En su curriculum, también figuran otras distinciones que le avalan como un prestigioso escritor y semiólogo. Así, es doctor honoris causa por cerca de una veintena de universidades de todo el mundo y posee prestigiosas condecoracionoes, como La Legión de Honor de Francia. En 1998 entró además a formar parte de la Academia Europea de Yuste y es miembro del Foro de Sabios de la Unesco. Además de sus obras más conocidas, Eco tiene publicados otros trabajos como ‘Segundo diario mínimo’ (1992), ‘Los límites de la interpretación’ (1992), ‘La isla del día antes’ (1994) y ‘Kant y el ornitorrinco’, entre otras. Sus obras más recientes son ‘Baudolino’, del año 2000; ‘La Misteriosa Llama de la Reina Loana’, del 2004; ‘El cementerio de Praga’, del año 2010; y ‘Número cero’, que fue publicada en 2015.
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