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Más allá de «El Resplandor»

Arrepentido de no haber rodado ‘El exorcista’, y tras haber rechazado rodar la segunda parte de dicho filme, Stanley Kubrick se decidió a hacer a toda costa una película de terror. Por eso cuando la Warner le envió la novela de un prometedor escritor llamado Stephen King, quién con su primera novela adaptada, Carrie, había tenido muy buena crítica, aceptó el proyecto de llevar «El resplandor» a la pantalla grande (cuando leyó la obra por vez primera, aún no se encontraba a la venta).
Es curioso que tanto Stanley Kubrick como Jack Nicholson pudieron haber trabajado juntos en un anterior filme de terror; pues a ambos le ofrecieron participar en el proyecto de «El exorcista».
Stephen King tenía los derechos para escribir el mismo el guión de la película, pero tras conversar con varias personas que habían trabajado con Kubrick, y escuchar las terroríficas historias acerca de las excentricidades y exigencias del director, declinó la idea.
Según el autor de la novela Stephen King, el título de su obra está inspirado en el estribillo We all shine on de la canción «Instant Karma» (escrita por John Lennon) que canta The Plastic Ono Band.
La Warner y Stanley Kubrick habían elegido casi antes de existir el proyecto de esta película a Jack Nicholson para el papel de Jack Torrance, ya que les habían gustado mucho sus interpretaciones en Alguien voló sobre el nido del cuco y «Chinatown». Además, Kubrick le seguía los pasos desde que le vio en «Easy Rider».
Aunque Jack Nicholson fue la primera elección de Stanley Kubrick para el papel de Jack Torrance, otros grandes nombres como Robert De Niro o Harrison Ford también recibieron una copia del guión. De Niro comentaría tiempo después que tuvo pesadillas durante semanas después de leerlo.
Los actores preferidos de Stephen King para el papel de Jack eran Jack Palance, Mike Moriarty, Martin Sheen o Jon Voight. Trató de convencer a la Warner y a Kubrick para que no contrataran a Jack Nicholson, pero ellos ya lo tenían decidido desde un principio. Stephen King argumentaba que Nicholson no daba la impresión de que gradualmente se estuviera volviendo loco, pues su mirada desde el comienzo de la película parecía la de un perturbado. Muchos fans de la novela compartían esta opinión.
Curiosidades de la película
- Cada vez que a Kubrick le asaltaba una duda con el guión de «El resplandor» llamaba a Stephen King, fuese la hora que fuese, en una ocasión le despertó a las 3 de la mañana para preguntarle si creía en Dios.
- Las vistas exteriores del «Hotel Overlook» corresponden en realidad al Timberline Lodge, un lujoso hotel de montaña de Oregón. El lugar ha sido escenario de otras películas desde entonces. En uno de aquellos rodajes, el director Boris Sagal sufrió un terrible accidente cuando las palas de un helicóptero le decapitaron. El helicóptero era el mismo que un año antes había sido alquilado por la Warner Bros. para rodar las escenas aéreas del inicio de «El resplandor». El siniestro incidente fue rápidamente relacionado con la película de Stanley Kubrick, y desde entonces el hotel tiene fama de «embrujado».
- Katharina Kubrick, hija del director Stanley Kubrick, fue una de las encargadas en encontrar los lugares para rodar las escenas exteriores.
La película «El Resplandor» sigue despertando gran interés y tiene una legión de seguidores de todas las edades.
- Mientras Stanley Kubrick estaba rodando el filme, su hija Vivian Kubrick le grabó para hacer un documental sobre él. Dicho documental se puede ver en la versión DVD de «El resplandor».
- Stanley Kubrick consiguió grabar la escena en donde sale un montón de sangre del ascensor en sólo tres tomas. Estuvo 9 días completos preparando el efecto y, cada vez que la puerta se abría, la sangre se vertía. Los responsables de efectos estuvieron durante un año entero estudiando y ensayando la escena.
- En una escena Danny (Danny Lloyd) lleva puesto un suéter con el dibujo de un cohete y pone «Apollo 11», una referencia a la película de Stanley Kubrick 2001: Una odisea del espacio.
- Existen dos versiones diferentes de esta misma película, la de USA que dura 146 minutos, y la internacional que dura 119 minutos, esto es debido a una decisión que tomó el director Stanley Kubrick.
- En esta película el personaje del anterior vigilante, el Sr. Grady, perdió la razón, mató a su familia y luego se disparó con una escopeta en la boca. Este hecho recuerda mucho a otro filme de Stanley Kubrick: La Chaqueta Metálica, en donde el recluta patoso se vuelve loco, mata a su sargento y se suicida al dispararse con una ametralladora en la boca.
- Tanto Stanley Kubrick como Jack Nicholson pudieron haber trabajado juntos en un anterior filme de terror; pues a ambos le ofrecieron participar en el proyecto de «El exorcista».
- El hacer que en todo los folios apareciera la misma frase, fue obra de Stanley Kubrick, quién poseía una de las primeras máquinas de escribir con memoria, con lo qué la programó para imprimir 500 folios.
- Aunque Jack Nicholson fue la primera elección de Stanley Kubrick para el papel de Jack Torrance, otros grandes nombres como Robert De Niro o Harrison Ford también recibieron una copia del guión. De Niro comentaría tiempo después que tuvo pesadillas durante semanas después de leerlo.
- La manía compulsiva de Stanley Kubrick por repetir en un elevado número una misma escena, llegó a exasperar a todos los actores.
- Stanley Kubrick ordenó repetir 120 veces la escena dónde aparece el resplandor en la habitación de Scatman Crothers.
- Para el joven actor Danny Lloyd ésta era su primera película y, como Stanley Kubrick estaba a favor de la protección de los niños; consiguió que Danny no supiera que estaba trabajando en una película de terror hasta después de terminarla.
La Luna, vista como una película en 3D
Aunque últimamente la misión de la NASA de la que más se habla es la misión Curiosity, la agencia espacial estadounidense, a pesar de las restricciones económicas, mantiene otros programas de exploración que siguen dando sus frutos. Uno de los programas que lleva tiempo generando espectaculares imágenes es el LRO, es decir, la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter que desde el año 2009 se mueve en una órbita alrededor de la Luna para fotografiar la superficie de nuestro satélite y caracterizar su superficie (localización de agua, realizar estudios cartográficos y geológicos, etc). Gracias a esta misión hemos podido rememorar la travesía del primer rover lunar que se usó en la misión Apolo 15 (viendo imágenes de los surcos que dejó sobre el terreno) o viajar en un paseo virtual alrededor la Luna y, hoy mismo, si disponemos de unas gafas 3D (o nos fabricamos unas) podremos disfrutar de una colección de imágenes en 3D de la superficie lunar.
La sonda LRO, entre sus 100 kilogramos de equipo, dispone de una cámara de alta resolución con la que se están obteniendo imágenes de la superficie lunar y que está a cargo de la Universidad de Arizona y la Universidad Estatal de Arizona. Gracias a estas fotografías, que tienen una resolución en la que cada píxel equivale a dos metros de terreno e, incluso, se han obtenido imágenes donde cada píxel equivale a 0,5 metros de terreno; el equipo decidió dar un punto de vista distinto y aprovechar toda esta información para ofrecer modelos 3D de nuestro satélite.
Realizando capturas esteroscópicas, el equipo está procesando las fotografías para ofrecer imágenes 3D que puedan verse usando unas gafas convencionales (las que llevan lentes azules y rojas) y que permitan al usuario apreciar la orografía del terreno. ¿Y cómo realizan estas fotos? El equipo de Arizona realiza dos capturas distintas para cada fotografía 3D y, para ello, de cada porción de terreno sacan un par de imágenes con la LROC (Lunar Reconnaissance Orbiter Camera), eso sí cada imagen se toma desde una órbita e inclinación distinta para, posteriormente, procesarlas y casar los datos para obtener la imagen 3D.
La iniciativa es muy interesante porque nos permite apreciar la orografía de la superficie lunar sin necesidad de recurrir a complejos modelos de simulación por ordenador, solamente tenemos que acceder a la web del proyecto y ponernos unas gafas que podemos hacernos nosotros mismos (abriendo así el apasionante mundo de la exploración espacial a todos los aficionados o los centros educativos).
El Ser Humano porfía con moscas para ser Matusalén

Alargar la vida y retrasar, o incluso detener, el envejecimiento es un objetivo de las ciencias desde que aparecieron en la cultura humana. Ahora un equipo de científicos ha dado otro paso en ese camino, y de una manera muy interesante. Han conseguido crear una “mosca Matusalén”, eligiendo las células sanas y descartando las dañadas.
Como siempre en estos casos, hay que explicar que antes de ponerse a probar cualquier técnica en humanos hace falta demostrar su viabilidad en otros animales. Y también que el método empleado no resulta agresivo y peligroso. Las moscas nos permiten hacer eso, y además con muy poco coste.
Entrando en el artículo, hay dos puntos fundamentales que explicar. El primero es por qué el enfoque es novedoso e interesante. Y en segundo lugar, cómo lo han llevado a cabo.
Empezando por el enfoque, hay que reconocer que la idea es al mismo tiempo simple y elegante, y bien basada científicamente. Nuestros cuerpos – el de los humanos, y el de moscas y ratones – está formado por miles de millones de células. Eligiendo cuáles sobreviven y cuáles son prescindibles, retrasamos el envejecimiento.
Simple y elegante de decir. Pero ¿cómo se hace? Pues aprovechando la propia maquinaria de nuestro cuerpo. A fin de cuentas, cada día nuestro organismo se enfrenta a cientos de daños, y necesita de recursos para auto-repararse.
Entre las muchas formas en que los animales llevamos a cabo estos procesos, los investigadores eligieron uno en concreto. Hay un gen, al que han llamado azot – en honor a una criatura mitológica azteca – que se encarga de marcar las células dañadas para que el cuerpo se ocupe de ellas.
De manera natural cada célula tiene dos copias de dicho gen, uno en cada cromosoma. Que se activan cuando han sufrido daños. Y si dos cumplen la función, tres lo harán mejor, ¿no?
En realidad, no tendría por qué ser así. Como siempre ocurre en Biología, el equilibrio es muy importante. Pero en este caso concreto sí ocurre. Tres copias del gen azot dan mejores resultados que dos.
Con la copia extra se consigue que el cuerpo “se limpie” de células dañadas de manera más eficiente. Y así se evitan problemas relacionados con el envejecimiento, malgastar energía en mantener células dañadas, y se trata de un mecanismo prometedor contra el cáncer – que, en el fondo, no deja de ser un crecimiento anormal de estos componentes dañados.
El resultado final es que las moscas vivieron entre un 50-60% más que las que no habían sido tratadas. En estos insectos la “ampliación” se traduce en unos días, pero en otros organismos puede suponer un gran avance.
Por ejemplo, en humanos. Porque nosotros conservamos el gen azot, está en nuestro cuerpo y totalmente funcional. Así que, en unos años, estos tratamientos pueden estar a nuestro alcance. Si esto es una buena noticia o no, ya sería cuestión de otro debate muy distinto.
El origen de los guateques

Para el diccionario, guateque es un baile bullicioso y también una fiesta en una casa en la que se come y se «mueve el esqueleto» (éste es su uso actual). La palabra procede de la Cuba española, donde se usaba en el siglo XIX en el sentido de jolgorio y de baile alegre. En Ecuador, el guateque era sólo de negros. Desde América regresó a España por Andalucía con el significado de comilona y, luego, de convite en una casa, acepción hoy generalizada.
De América lo trajeron aquellos ‘indianos’ que se habían marchado unas décadas atrás para ‘hacer las Américas’ y solían volver con un buen capital.
Pero, como es habitual en esos casos, no solo traían dinero de su estancia en América, sino que las costumbres y palabras autóctonas le acompañaban habiéndolas integrado en su lenguaje coloquial. Guateque fue uno de esos casos.
El carácter familiar de ese tipo de celebraciones es lo que hizo que cuando la palabra viajó hasta nuestro país se utilizase en un ámbito más íntimo y casero, designándose así a aquellas fiestas privadas que se celebraban en la intimidad de casa con un puñado de amigos y familiares.
En un principio en nuestro país se uso la palabra ‘guateque’ para llamar así a aquellos festejos con comilona incluida, después pasó al ámbito más íntimo de las fiestas familiares que se realizaban en casa, para acabar convirtiéndose a mediados del siglo XX en la típica fiesta juvenil que se celebraba con amigos y donde se bailaba las canciones de moda y se tomaban unos refrescos y canapés.
No hay un origen determinado de la etimología, aunque algunas fuentes apuntan a que el término ‘guateque’ procede del mukuchi, una lengua extinguida que hablaban los indígenas de la región de Mérida en Venezuela y que de ahí pasó a otros países del Caribe, para después llegar hasta nosotros.
El olivo milenario pelea por su supervivencia

La nueva película de Icíar Bollaín, «El olivo», que se estrenará el próximo mes de mayo, denuncia el expolio de este árbol, uno de los seres vivos más longevos del planeta, por culpa de la crisis económica y el abandono del medio rural en España.
El largometraje explica la especulación del patrimonio arbóreo y apoya la lucha por su conservación, según ha detallado César Javier Palacios, director del proyecto europeo Life+ EnArbolar de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, destinado a la conservación del arbolado singular y los bosques viejos de la Red Natura 2000.
Palacios ha puesto en marcha una petición a través del portal Change.org, “Acabemos con el expolio de los viejos olivos y otros árboles centenarios”, con el objetivo de proteger los árboles europeos centenarios, prohibiendo su arranque y comercio.
La solicitud, dirigida al Parlamento Europeo, ha alcanzado casi 145.000 rúbricas aunque Palacios confía superar las 150.000, con el apoyo de Alemania o Reino Unido, movilizando a la ciudadanía hacia una “acción global” frente a este tipo de comercialización abusiva.
“Portugal y Grecia también se lucran con estas especies, al considerarlas ‘obras de arte’ que pueden ser vendidas y transportadas a lugares tan remotos como California o Abu Dabi”, un proceso en el curso del cual muchos ejemplares sufren daños e incluso mueren, por lo que este experto insta a la paralización del mercado internacional de estos árboles monumentales.
Olivos podados como bonsáis
Tras ser arrancados de la tierra, sufren una poda similar a las practicadas sobre bonsáis para facilitar su transporte y son almacenados en viveros a la espera de los próximos compradores.
Pese a que este patrimonio natural está muy presente en las costumbres, el paisaje o las raíces culturales españolas, Palacios denuncia que hoy se ha convertido en “mero mobiliario urbano”, por el cual se muestra poco respeto.
Oleoturismo
El especialista denuncia también la ignorancia de los beneficios que ofrece la manutención de estos árboles, a través del oleoturismo o rutas del aceite, con el alojamiento en casas rurales y la adquisición del “oro verde”, entre otras posibilidades.
Es el caso del Maestrazgo (Castellón), que atesora más de 4.000 veteranos ejemplares, lo que constituye la mayor concentración de olivos milenarios del mundo y el mantenimiento de un paisaje tradicional donde el olivo sigue pasando en buena medida de generación en generación.
Ley del Patrimonio Arbóreo Monumental
En 2006 la Comunidad Valenciana estableció la Ley del Patrimonio Arbóreo Monumental precisamente para prohibir arrancar los olivos y otros árboles singulares con más de 350 años, siempre que el ejemplar supere los 6 metros de diámetro del tronco, los 30 metros de altura o los 25 metros de diámetro de copa.
Palacios espera que la película de Bollaín ayude a “detener la sin razón” del comercio de esta especie, que destruye el paisaje y modifica negativamente la percepción medioambiental de la sociedad.
Apoyo ONG
Algunas ong como Greenpeace también apoyan la iniciativa de Change.org, pues cuando una zona sufre la extracción de sus olivos “hay una pérdida monumental de su patrimonio”, ha afirmado Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques de esta organización ecologista.
El olivo “es uno de los elementos de la trilogía mediterránea junto al trigo y la vid, por lo que sin él no podemos entender nuestra civilización”, advierte Soto.
Los viajes de Kerouac

“Con la aparición de Dean Moriarty empezó la parte de mi vida que podría llamarse mi vida en la carretera”. Ésta es una de las primeras frases escritas por Kerouac o, mejor dicho, por su alter ego en la novela, Sal Paradise, para dar comienzo a un viaje que resumía los anhelos y representaciones artísticas de toda una generación.
El “rollo”, como se conoce al primer borrador de la novela, escrita a máquina por Kerouac en solo tres semanas y en una misma tira de papel, se convierte así en una guía de viajes única para recorrer Estados Unidos de costa a costa, al tiempo que constituye toda una declaración de intenciones para la vida.
Comenzamos el recorrido en Nueva York, punto de origen del viaje y lugar en el que Kerouac escribió su novela más reconocida. El tunel Lincoln y su “extraño vacío fosforescente” es una de las primeras referencias que se hacen en la novela a la ciudad de los rascacielos. Pero no es la única. No en vano, fue en esta ciudad donde se gestó la llamada Generación Beat.
Bob Dylan, Dylan Thomas y el propio Kerouac eran transeúntes habituales del Greenwich Village, un barrio residencial en el que el espíritu bohemio y el aliento artístico de sus más célebres habitantes ha dejado huella en las cafeterías (Caffe Reggio y Café Figaro, por citar algunas) y bares cercanos a la zona de Washington Square. El arco que preside el parque, las callejuelas que circundan la zona y la peculiaridad de sus visitantes habituales -videntes, patinadores, estudiantes de la Universidad de Nueva York, jugadores de ajedrez…- otorgan un encanto especial a este barrio de Manhattan al que se puede llegar a pie desde la Quinta Avenida.
Chicago y su arquitectura

Y de Nueva York a Chicago. Con 50 dólares en el bolsillo y en autobús salía Sal Paradise camino a esta ciudad. Una de las primeras percepciones que expresa el protagonista tras su llegada a Chicago se refiere a la “brisa matutina” procedente del Lago Michigan. En la actualidad, la oferta de barcos que navegan por la orilla del lago mostrando al visitante los secretos de la arquitectura que conforma su skyline es bastante amplia, por lo que resultará sencillo encontrar una opción que se adapte a los horarios e inquietudes del visitante.
Otra alternativa para apreciar la riqueza artística de los edificios que forman parte de Chicago es hacerlo a vista de pájaro. A una altura de casi 400 metros se encuentra suspendida The Ledge, una estructura de cristal que cuelga de las Torres Willis y que compite con el Observatorio John Hancock por ofrecer las mejores vistas de la ciudad.
Y no hay lugar mejor para acercarse a la arquitectura funcional de Frank Lloyd Wright. La Robie House, uno de los máximos exponentes de la arquitectura norteamericana, la Gressner House, diseñada por Wright en su juventud, o la casa estudio del arquitecto, cerca de Oak Park, son algunos de los puntos de interés que transmitirán al visitante la belleza y sencillez de los diseños de Wright.
Historia norteamericana en Denver
En Denver nos acercamos al barrio de Five Points, considerado el “Harlem del Oeste”, la mayoría de sus habitantes son, y lo eran en la época en la que Kerouac pasó por allí, de origen afroamericano. En la actualidad, los bloques de edificios de estilo victoriano se mezclan con apartamentos de lujo de nueva construcción. Sin embargo, un pedazo importante de la Historia de los Estados Unidos permanece perenne en sus calles.
El jazz de Billie Holiday, Duke Ellington o Miles Davis sirve de banda sonora a esta barriada con clubes tan conocidos como Rossonian o la Rainbow Room. Quizá por la fuerte presencia del jazz en este área, Five Points es uno de los lugares más referenciados en la novela de Kerouac.
La visita al centro cultural The Black American West Museum & Heritage Center, dedicado a la historia de la población afroamericana en el oeste del país, y a la página Denver Story Trek, que repasa la herencia cultural de Five Points, ofrecen un rápido vistazo al legado de esta ciudad.
Llegada a Frisco y final de la Ruta 66

La bahía de San Francisco (o Frisco, como se le llama en la novela) es testigo de la llegada de Paradise. La novela está salpicada de retazos de la ciudad, pero la propia San Francisco también encuentra atractivos en los relatos del libro de Kerouac. En Russell Street se puede llegar hasta la casa de Neal Cassady (Dean Moriarty en el libro), en la que Kerouac se alojó durante un tiempo allá por 1949.
Por si la novela no fuera suficiente excusa para visitar San Francisco, Alcatraz, el Golden Gate, las casas de Alamo Square o el Palacio de Bellas Artes convierten a Frisco en una de las ciudades más hermosas y con mayor encanto de los Estados Unidos.
El final de esta primera etapa del viaje -nosotros concluimos aquí, Paradise vuelve a Nueva York pasando por Texas e Indianápolis entre otras ciudades y, después, protagoniza otros dos viajes- puede establecerse en Los Ángeles, en concreto, en Santa Mónica, donde llega a su fin la Ruta 66.
La playa de Santa Mónica, lejos de invitar al relax tras este largo viaje, anima a continuar la aventura con actividades que van del surf a las rutas en bicicleta. En su Pier, los puestos de feria y otras atracciones se mezclan con los escaparates que rinden tributo a la Ruta 66 y, sin alejarse de la playa, se pueden encontrar originales propuestas gastronómicas para reponer fuerzas y, al fin, descansar sabiéndose protagonista de un viaje digno de novela.
Gafas de cine

Las gafas de sol permiten disimular rubores o incluso arrugas -véase el caso de Karl Lagerfeld-, y en algunas películas han sido más que un simple complemento. ¿Quién no recuerda a Audrey Hepburn mirando con deseo el escaparate de Tiffany’s a través de sus gafas de sol en “Desayuno con diamantes”?
Las monturas “cat eyes” que lució la protagonista del “film” de Blake Edwards, unas Oliver Goldsmith, sedujeron a divas de Hollywood como Ava Gardner, Rita Hayworth, Liz Taylor, Sofía Loren o Grace Kelly (sus gafas las diseñaba François Pinton).
“Estas gafas evocaban sensualidad y realzaban la mirada de las artistas” explica Raquel Ferri, directora de estilo de Visionlab.
Después de ellas, Michelle Pfeiffer en “Scarface” (1983), donde destacó por sus gafas “cat eyes” en un marrón degradado, o Madonna en “Buscando a Sara desesperadamente” (1985) dieron un aire nuevo a este estilo de gafas que ha vuelto como tendencia esta temporada.
Más que un accesorio

Sin gafas de sol, el guapo de la película es menos atractivo, el villano resulta menos inquietante y la mujer de corazón insondable más accesible; probablemente, estos cinematográficos estereotipos no se hubieran definido con la misma exactitud sin esos complementos que envilecen la cara del más inocente o acentúan la inocencia nada inocente de personajes como la “Lolita” de Stanley Kubrick.
“Las gafas son un elemento fundamental para comprender muchas películas y a muchos artistas”, un complemento que forma parte de la evolución de los personajes, explica uno de los fundadores de GafaVintage, Jorge Portela.
Cindy Crawford y sus Thierry Mugler, Madonna y sus Ray-Ban o las legendarias Styl Rite de Woody Allen son solo algunos ejemplos de tándems geniales entre persona y personaje a través de las gafas de sol.
Porque las gafas pueden parecer un simple accesorio, pero también funcionar como una parte más de la trama, como en el caso de las famosas gafas negras de “Matrix” (1999).
En los años 90, la monja más famosa del cine, Woopi Goldberg, complementó su vestimenta con las clásicas lentes ligeras redondeadas en “Sister Act” (1992), “aunque ya las vimos antes de la mano de Diane Keaton en ‘Annie Hall’ (1977)”, afirma Raquel Ferri.
Tendencia dentro y fuera de la pantalla

Inolvidables son también las gafas ahumadas, tendencia de la época, que acompañaban a Sandra Bullock y Nicole Kidman en sus fechorías en “Prácticamente magia” (1998). Mucho tiempo después, Sarah Jessica Parker rescataría este modelo y alguno más en “Sexo en Nueva York”, donde llevó monturas XXL o gafas estilo aviador.
Las gafas de sol se comportaron casi como un objeto fetiche en cintas como “El diablo se viste de Prada” (2006), “Men in black” (1997), “Miedo y asco en las Vegas” (1998), “Reservoir dogs” (1992), “Terminator” (1984) o la española “Torrente” (1998).
Misterio, moda, seducción o indiferencia, este complemento, nuestros segundos ojos, dice mucho de lo que somos (o de lo que escondemos). Si diseñadores, actores y cantantes (¿es posible imaginarse a John Lennon sin sus gafas de sol circulares?) las han elevado al séptimo cielo de los complementos es por algún motivo.
El idioma más pequeño del mundo

Estudiar un idioma puede convertirse en una tarea larga, tediosa y frustrante.
En 2001, la lingüista canadiense Sonja Lang se propuso crear uno que pudiera aprenderse en un fin de semana.
Para ello, seleccionó 120 palabras procedentes del inglés, el finlandés, el croata, el alemán, el georgiano y el chino que fueran fáciles de pronunciar por hablantes de distintos países y que, combinadas, sirvieran para explicar prácticamente cualquier cosa.
Lang llamó a su neolengua toki pona –toki es ‘lengua’ y pona, ‘bueno’, ‘sencillo’–.
Lo cierto es que la selección de vocablos le confiere una exótica sonoridad infantil.
Valga un ejemplo: suno li suli li pona, que significa ‘el sol es grande y bueno’.
Por lo demás, la ausencia de mayúsculas, plurales o tiempos verbales facilita enormemente la construcción de frases.
El problema surge cuando queremos referirnos a objetos, ideas o acciones para las que no existe término específico.
Así, podríamos decir café con la expresión telo pimeja wawa, o sea, ‘líquido oscuro energizante’.
Tales rodeos exigen un talante creativo y metafórico.
También es curioso el caso de los colores, pues solo hay cinco: loje, ‘rojo’; laso, ‘azul’; jelo, ‘amarillo’; pimeja, ‘negro’, y walo, ‘blanco’.
Para referirnos al rosa, pongamos por caso, deberemos mezclar dos:loje walo.
Se desconoce el número de hablantes de toki pona en el mundo, pero sí hay abundantes webs y entradas que remiten a manuales y diccionarios para aprenderlo. O poba! –‘¡buena suerte!’– si te animas.
El familiar más extraño de las jirafas

Xenokeryx amidalae era un paleomerícido, un tipo de herbívoro del Mioceno que vivió en Europa y Asia hace entre 18 y 11 millones de años.
Los paleontólogos emparentaban a estos animales con los dromomerícidos, antepasados lejanos de los ciervos, pero un nuevo estudio de los fósiles encontrados a mediados de los 90 en el yacimiento de La Retama (Cuenca) ha dado un giro a esta asociación.
La combinación de los datos morfológicos de esos restos con los del ADN de rumiantes actuales ha permitido establecer que los paleomerícidos tienen más que ver con las Jirafas.
Uno de los autores de este trabajo, publicado en PLOS ONE, es Israel M. Sánchez, colaborador del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
En declaraciones a EFE, Sánchez ha explicado que “teníamos un grupo entero de rumiantes en el limbo filogenético, pero este hallazgo estaba tan bien conservado que puso todas las piezas del puzle en su sitio y nos permitió describir muchos caracteres importantes, algo que no se había hecho nunca.
Ahora sabemos que esta especie fue creciendo hasta convertirse en la primera filogenia de los paleomerícidos, que ahora ya sabemos que tienen dos linajes: uno relacionado con el género Ampelomeryx y otro con el nuevo Xenokeryx”.
Estos peculiares rumiantes tenían “dos tipos de cuernos: dos frontales similares a los de las jirafas y uno posterior, que arranca en la nuca”.
Los machos lucían largos colmillos y dos osiconos, un apéndice craneal cubierto de pelo y situado sobre los ojos, como sucede en las jirafas actuales.
La estructura ósea bifurcada que les sobresalía de la nuca tenía una función desconocida para los paleontólogos, que especulan que podría relacionarse con la defensa, el cortejo y las peleas por conseguir hembras.
Las “extravagancias” del Xenokeryx amidalae no se reducen a su anatomía.
Su nombre significa “cuerno extraño de Amidala”, y alude a la semejanza de su apéndice óseo posterior con uno de los peinados de la reina Amidala, personaje de las películas de Star Wars.
Aburrirse un poco es bueno para el cerebro

Aburrirse estimula la creatividad.
Y estar siempre «ocupados» la aniquila.
Es la conclusión de un estudio realizado recientemente por Teresa Belton y Esther Priyadharshini, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido).
Según concluyen las investigadoras, sobre todo durante los primeros años de la vida es imprescindible que permanezcamos «ociosos» durante un tiempo.
Esto nos permite desarrollar la imaginación y la creatividad, y aprender a «valernos por nosotros mismos?.
Lo malo es que en la sociedad actual los padres proporcionan a sus hijos actividad constante, gratificación instantánea yentretenimiento sofisticado, que son enemigos del potencial creativo y la libertad de pensamiento de los más pequeños.
Por eso, en la revista The Cambridge Journal of Education, Belton reclama «que elaburrimiento sea reconocido como una emoción humana legítima con un papel central en el aprendizaje y la creatividad».
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