pep brocal
Amalia contra el ladrón de almas

Amalia, nombre griego con dos significados, mujer frágil y trabajadora. Y éste es el nombre que también ha escogido el historietista Pep Brocal para llamar a la protagonista de «Inframundo», el cómic en el que plantea una «situación habitual»: la necesidad de salir de la zona de confort.
Frustrada tras sufrir un desengaño amoroso, Amalia decide ocupar el puesto de trabajo de su fallecida madre, la portería de un aparentemente normal edificio, donde contará con la ayuda del actor Bruce Lee para solucionar un problema con su gato, un animal que bien podría personificar esa lucha por salir adelante y superar situaciones de cómodo, pero negativo, estancamiento.
«He buscado una persona cualquiera, normal, pero alguien que viene de una especie de decepción vital en la que ha ido viendo paulatinamente expectativas frustradas. Cada uno acaba hablando de cosas que le importan y no pretendo que sea una situación original, sino habitual, y que pueda reconocerse mucha gente en ella», cuenta Brocal sobre la protagonista de este cómic publicado por Astiberri.
Y para que Amalia logre salir de su infierno personal ha construido una suerte de «13 rue del Percebe», el edificio donde ejerce las labores de portera tras el fallecimiento de su madre, una fanática de Bruce Lee. Un actor que fluye por toda la obra como si de un «coach» se tratara, ya que a través de míticas frases -como «pon tu mente a volar y observa dónde se posa»- irá subiendo los escalones de su particular escalera vital.
«Está ahí en la portería como paso transitorio, pero eso conlleva un peligro y es que se adapte a esa situación, la dé por buena y se acomode porque el mundo es hostil y no siempre es como querríamos que fuera. Por eso puedes bajar a esa portería buscando una especie de refugio», explica el actor catalán (Terrasa, 1967).
Una zona de confort que se verá afectada con la aparición de un extraño personaje que tiene como misión llevarse en su maleta a las personas que están solas en la vida, como el vecino del ático que cuando está a punto de ser llevado en ascensor hacia ese submundo de almas en pena se encuentra con Amalia por pura casualidad, ya que ésta está buscando a su gato.
Llena de curiosidad por ese ser fantasmagórico y su actividad, Amalia decide seguir sus pasos y subirse a ese ascensor que la llevará al inicio de un periplo por emociones, sensaciones y cambios vitales a través de los mundos paralelos que Brocal ha dibujado con maestría e imaginación.
«‘Inframundo’ viene de la misma base de pensamientos existenciales que mis anteriores novelas, pero quería intentar ir más allá y no quedarme en lo mismo, en mi ombligo, e intentar hacer un esfuerzo para intentar salir de esa órbita», reconoce el autor.
En este sentido, y como anécdota que casi se convierte en drama, Brocal confiesa que la novela no nació en su mente con una protagonista femenina, sino con uno masculino, algo que resultó complicado porque tuvo que «reescribir».
«No es mujer por pura estética, sino porque es un actor de sus actos y por eso pienso que ha sido un trabajo para mi, para aprender muchas cosas de la narrativa y del por qué de los resortes de guión o lo que sea, he aprendido mucho», concluye.