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Los demonios de Peter Pan

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En estaimagen de 1906 se ve a uno de los hermanos, el pequeño Michael, disfrazado de Peter Pan y al propio Barrie caracterizado como Garfio mientras ambos juegan en el jardín.
En esta imagen de 1906 se ve a uno de los hermanos, el pequeño Michael, disfrazado de Peter Pan y al propio Barrie caracterizado como Garfio mientras ambos juegan en el jardín.

Peter Llewelyn Davies, que fue la inspiración de la historia de Peter Pan, finalizó su vida, en Londres, despreciando el cuento. Sus últimos días se basaron entre adicciones al alcohol, las drogas y los antidepresivos.

El joven que inspiró a JM Barrie a escribir la legendaria historia, además sufrió abusos y explotaciones por parte del autor, aseguró su hijo, Ruthven Llewelyn Davies. «Desde que fui lo suficientemente adulto, supe que mi padre había sido abusado y explotado por Barrie y que por esa razón se volvió una persona muy rencorosa», señaló Ruthven .

Peter padre, tras años de adicción a las drogas, al alcohol y fuertes depresiones, terminó suicidándose en el metro de Londres en el año 1960. En la mañana del 5 de abril de 1960, descendió por las escaleras de la estación de Sloane Square, caminó lentamente por el andén y se arrojó bajo las ruedas del metro de Londres. “Peter Pan se suicida” – fue el titular de algunos de los diarios de aquel día –“Muere el niño que nunca quiso crecer”.

El día de su muerte, Peter Llewelyn-Davies tenía 63 años. Cincuenta años antes, junto a sus cuatro hermanos, Peter había sido el principal inspirador del personaje creado por James M. Barrie. Los más allegados aseguraron que en aquellos días había estado reordenando las fotos y recuerdos familiares a los que él se refería, irónicamente, como “La Morgue”. No le faltaba razón, pues desde la aparición de Barrie su familia había sido víctima de una especie de “maldición”.

Barrie creó el personaje de Peter Pan gracias a su relación con los hijos de Sylvia Llewelyn Davies. Una relación especial y un tanto enfermiza sobre la que siempre ha flotado (injustamente) el fantasma de la pedofilia. Pocos años después, tendría lugar la primera de una larga serie de desgracias: Sylvia fallecía de cáncer, y Barrie quedaba a cargo de los niños.

James Matthew fue el segundo de los diez hijos que engendró el victoriano matrimonio formado por el tejedor anglicano Alexander Barrie y la severa presbiteriana Margaret Ogilvy. Cuando James tenía seis años, su hermano mayor, David, murió en un accidente de patinaje poco antes de su decimocuarto cumpleaños. Su madre, que nunca superó aquella tragedia, ignoró desde entonces al que por fatalidad se había convertido en el hijo mayor y cuando se encontraba con él preguntaba de forma reiterada: «David, ¿eres tú, puedes ser tú?». Su reacción sistemática al comprobar que se trataba de James eran tan cruel hacia el niño como hacia sí misma, ya que se originaba en el denso infierno de una inatajable depresión: «Ah, sólo eres tú».

En cuanto al padre, no tenía el menor contacto con ninguno de sus hijos. Fue probablemente esta extrema desatención la que desencadenó en James un enanismo psicogénico: nunca alcanzó la pubertad y su crecimiento se detuvo en un metro cuarenta y siete. A pesar, o tal vez a causa, del desamor del que fue víctima por parte de su madre – víctima a su vez de su propio dolor -, siempre sintió hacia ésta una adoración sin límites, que quedó patente en «Margaret Ogilvy», la biografía que le dedicó y en la cual escribió: «Ningún sonido había en la habitación (se refería a la de su madre, a la que acudía para intentar, siempre en vano, consolarla) .Escuché un llanto y a mi madre moverse en la cama, y pensé que estaba oscuro y sabía que ella no me abrazaría». «Nada pasa, después de los doce años, que importe mucho». Reverenció asimismo, con una obsesión casi enfermiza, al hermano muerto, hasta tal extremo que ese niño que nunca acabó de crecer -muriendo por tanto en una absoluta perfección- , renació posteriormente en la figura de Peter Pan.

Hasta la misma mañana de su suicido, Peter Llewelyn-Davies había aborrecido la idea de que todo el mundo le asociara con Peter Pan; odiaba a Barrie y le culpaba del distanciamiento de sus padres y de todos los horribles acontecimientos que tuvieron lugar a continuación.

A finales del año 1914, con apenas 21 años, George Llewelyn-Davies, el mayor de los hermanos, moría en las trincheras del frente occidental en la Primera Guerra Mundial.

Siete años más tarde, en 1921, dos adolescentes eran encontrados ahogados en las piscinas de Sandford Lasher, en el río Támesis. Uno de ellos era Michael Llewelyn-Davies, el favorito de James Barrie; el otro era su amigo inseparable Rupert Errol. Solo entonces se supo que ambos muchachos mantenían una relación secreta y que se habían arrojado al agua como consecuencia de un pacto suicida. Cuando los cadáveres fueron recuperados del río, sus cuerpos estaban estrechamente entrelazados. El pequeño Michael ni siquiera sabía nadar.