pili y mili

La sustancia de las Pilares

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Mientras en Francia tenían a François Hardy, aquí en España se disfrutaba del estilo yeyé con Pili y Mili, fabuloso dúo de hermanas gemelas que eran puro pop y hasta psicodelia
Mientras en Francia tenían a François Hardy, aquí en España se disfrutaba del estilo yeyé con Pili y Mili, fabuloso dúo de hermanas gemelas que eran puro pop y hasta psicodelia

El cine español fue «bautizado» en la misa de doce del Pilar de Zaragoza en 1896, pero desde entonces han sido muchos las Pilares sobre las que se ha levantado el séptimo arte de España, desde Pili, la de Pili y Mili, a Pilar Bardem y Pilar López de Ayala o el filme «¿Qué te juegas, Mari Pili?», de Ventura Pons.

«Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza», con solo un minuto de duración, fue rodada el 11 de octubre de hace ahora 116 años por Eduardo Jimeno Peromata y su hijo Eduardo Jimeno Correas, conocidos como «Los Jimeno».

Supuso entonces lo que la llegada del tren de los hermanos Lumière al cine universal: el estreno de lo que todavía no era un arte sino una técnica, casi un truco de prestidigitación. Y tras ese Pilar fundacional, muchas otras han ejercido de «pilares de contención» del cine español o incluso del cine internacional.

Las más populares han sido tres actrices: Pilar Bayona, más conocida como la Pili de Pili y Mili, Pilar Bardem, miembro de una de las sagas más ilustres del cine español, Pilar López de Ayala, la estrella más reciente con este nombre, y la director Pilar Miró.

La primera de ellas había nacido, precisamente, en Zaragoza, el mismo día que su hermana gemela Aurora, con la que debutó en el cine de los sesenta con el elocuente título «Como dos gotas de agua», de Luis César Amadori.

El talento simétrico de ambas para la comedia, la canción y el baile las convirtió en estrellas juveniles del cine autárquico en esa época del franquismo gracias a otros títulos como «Un novio para dos hermanas» o «Princesa y vagabunda». Cuando Aurora se casó, Pili recuperó su nombre de Pilar Bayona y emprendió una carrera en solitario menos afortunada.

Pilar Bardem, aunque no tenía hermana gemela, sí tenía una familia de genes cinematográficos dominantes. Su hermano, Juan Antonio Bardem, fue uno de los maestros del cine español de todos los tiempos, responsable de clásicos como «Calle Mayor» o «Muerte de un ciclista».

Su hijo Javier, fue el primer actor español en ganar el Óscar por «No es país para viejos», de los hermanos Coen, y la saga la siguen Carlos y Mónica Bardem.

Pero ella tiene una carrera autónoma si no tan deslumbrante, sí notabilísima, recompensada con el premio Goya por su impactante papel en «Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto».

Otra Pilar con Goya es Pilar López de Ayala, surgida de la serie juvenil «Al salir de clase», pero pronto fichada para la gran pantalla, donde brilló especialmente como «Juana la Loca», en la versión de Vicente Aranda. Sofisticada y etérea, ha trabajado con José Luis Guerín, Juan Carlos Fresnadillo, Montxo Armendáriz o Gustavo Taretto.

Y otra más es Pilar Miró, que lo obtuvo, en 1997, por «El perro del hortelano» el mismo año en el que la que fuera controvertida directora general de RTVE y autora de cintas que son ya parte de la historia del cine español, como «El crimen de Cuenca» o «Beltenebros», murió de un ataque al corazón.

Y aunque todo el mundo la conozca por su nombre artístico, Ana Belén se llama en realidad María Pilar Cuesta. Su campo más productivo es el de la canción, pero como actriz ha protagonizado títulos tan relevantes como «Zampo yo», en sus inicios, «La colmena» en los años ochenta y ya en la madurez «La pasión turca».

Curiosamente, Pilar se llamaba su personaje en «Libertarias», de Vicente Aranda, pero no es la única Pilar ficticia que ha llamado la atención. De hecho, la única Pilar que tiene un Óscar no fue una actriz sino un personaje: el que encarnaba la griega Katine Paxinou en la adaptación de Sam Wood hizo en 1943 del inmortal título de Ernest Hemingway «¿Por quién doblan las campanas?», con Ingrid Bergman y Gary Cooper.

Otra Pilar que ganaría un Óscar en el marco de esa contienda y ya con el nombre en la partida de nacimiento, fue Pilar Revuelta por los decorados de «El laberinto del fauno», de Guillermo del Toro.

Su trabajo, más allá del reconocimiento de Hollywood, ha sido fundamental para el cine español del siglo XXI, desde «Los abrazos rotos» a «Lo imposible», ahora en cines, pasando por «La gran aventura de Mortadelo y Filemón».

También se llamaba Pilar el hilarante personaje de María Esteve en «El otro lado de la cama», aficionada a las enumeraciones, como también tenía ese nombre el completamente trágico, maltratado y premiadísimo rol de Laia Marull en «Te doy mis ojos», de Icíar Bollaín.

Sin embargo, las únicas que consiguieron que las Pilares pasaran a título un filme español fueron Maria Antonieta del Real, en el título mudo «Pilar Guerra», de 1925 y Mercè Lliexà en la cinta de Ventura Pons «¿Qué te juegas, Mari Pili?», comedia en la barcelona preolímpica. Aunque también Portugal llegó a presentar para los Óscar «José y Pilar», el documental sobre José Saramago y su mujer, Pilar del Río.