pop californiano

Los cinco rutilantes años de las tortugas californianas

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The Turtles, mimetizados con el personaje de su canción "Surfer Dan"
The Turtles, mimetizados con el personaje de su canción «Surfer Dan»

A pesar de haber producido algunas de las mejores canciones pop de California durante la segunda mitad de los años sesenta y de haber tenido 16 hits en las listas de éxitos en el período de cinco años, Turtles nunca llegaron a ser estrellas del rock, al menos en el verdadero sentido de la palabra. El temperamento desmitificador del grupo lo hacía impermeable a las promesas del sistema; su imagen era extravagante, su estilo musical heterogéneo, generado por un cocktail de tendencias diversas como el surf, el folk-rock, ingredientes psicodélicos, country y pop, frecuentemente condimentados con una buena dosis de sátira.

El nacimiento de Turtles tiene lugar a principios de los sesenta, en el momento del boom del surf californiano, cuando Howard Kaylan y Al Nichol, estudiantes de Los Angeles, forman Nightriders y empiezan a frecuentar asiduamente los clubs. En 1963 se une a ellos un saxofonista, Mark Volman, y el grupo cambia de nombre: como Crossfires publican dos toscos singles instrumentales, ‘Fiberglass Jungle’ y ‘One potatoe two potatoe’, con pequeñas compañías locales. Bajo el nombre de Crosswind Singers se dan a conocer en los institutos y en los campus universitarios por sus interpretaciones folk, hasta que la llegada de The Byrds, en 1965, los convence para volver hacia un sonido más eléctrico.

Una cinta de versiones de temas de Bob Dylan, a la manera de The Byrds, aseguró a The Crosswind Singers un contrato con White Whale Records, la cual pidió al grupo un nuevo cambio de nombre. Kaylan y Volman habrían querido llamarse «Tyrtles» con una evidente referencia satírica a The Byrds, pero el humor no es apreciado por los responsables de la compañía discográfica, y al final el nombre definitivo queda en The Turtles.

Con Kaylan y Volman como cantantes, están Al Nichol y Jim Tucker en la guitarra, Chuck Portz en el bajo y Don Murray en la batería; su estilo se moldea sobre el de The Byrds pero, con la anglofilia que serpentea en la escena musical americana, encuentran oportuno hacerse pasar por una formación británica.

El primer single para la nueva compañía es una áspera versión de la dylaniana ‘It ain’t me babe’; publicado en el verano de 1965, consigue en seguida llegar al Top 10 en USA. El cuarto single, ‘Grim reaper of love’, firmado por Portz y Nichol, es una original mezcla de raga-rock (vertiente psicodélica influida por la música hindú) y ritmos dispares: demasiado aventurero para un público aún conservador, fue ignorado por las listas de éxitos, igual que el siguiente, ‘Outside chance’, firmado por Warren Zevon y publicado en 1966, que ni siquiera se colocó entre los cien primeros. Don Murray y Chuck Portz ven en estos fracasos el fin prematuro de The Turtles y dejan el grupo.

En sus puestos entran el batería John Barbata (procedente de The Sentinels), y el bajista de The Leaves, Jim Pons. The Turtles se mueven para encontrar un tema que les pueda relanzar y descubren ‘Happy together’, una composición firmada por Gary Bonner y Alan Gordon; el single conquista el primer puesto de las listas de éxitos americanas en el verano de 1967.

Bonner y Gordon componen otros tres éxitos más para The Turtles, ‘She’d rather be with me’, ‘You know what I mean’ y ‘She’s my girl’, pero ninguno de éstos iguala a ‘Happy together’ y The Turtles empiezan a pensar en firmar sus propias piezas. ‘Sound asleep’ es un single tan singular que su llegada al puesto número 57 fue tomado como un inesperado reconocimiento.

El siguiente álbum, ‘The Turtles present the battle of the bands’, está concebido como una «recopilación» de temas ejecutados por once formaciones diferentes de nombres y estilos dudosos (de hecho siempre tocaban The Turtles): ahí estaban los hippies Atomic Enchilada y los country & western Quad City Wranglers, en una mezcla de géneros más o menos «contemporáneos». El resultado es satírico, irónico, anárquico y caótico, y el tema más comercial, ‘Eleonore’ (para la crónica, ejecutado por «Howie, Mark, Johnny, Jim and Al»), consigue sorprendentemente la cima de las listas de éxitos americanas y se impone en Gran Bretaña, donde The Turtles ya habían tenido éxito con ‘Happy together’ y ‘She’d rather be with me’.

En 1969, la formación del grupo cambia de nuevo. Jim Tucker se marcha pero en el puesto de segunda guitarra no entra nadie para reemplazarlo. Después de ‘The battle of the bands’ también se separa Barbata, para empezar una carrera como músico de estudio (se le puede recordar en ‘Manassas’ de Stephen Stills y también como batería de CSN&Y). Tras su última aparición en ‘Turtle soup’, la batería será ocupada por John Seiter, que había estado con Spanky and Our Gang.

‘Turtle soup’, producido por Ray Davies, la «mente» de The Kinks, muestra más que ningún otro disco anterior la solidez de The Turtles como intérpretes; todas las canciones son composiciones originales firmadas por el grupo, con pequeñas obras maestras como ‘John and Julie’ y ‘Hot little hands’. Pero White Whale hace escasísima promoción y el álbum resulta ser un fracaso desde el punto de vista comercial. Los singles ‘You don’t have to walk in the rain’ y ‘Love in the city’ despiertan un escaso interés, lo que para The Turtles señala su fin.

The Turtles se separan en 1971, tras un último álbum para White Whale que lleva por título ‘Wooden Head’. Seiter y Nichol se convertirán en músicos de estudio, mientras qué Kaylan y Volman, inseparables, darán vida junto a Jim Pons a The Phlorescent Leech and Eddie, más conocidos, por brevedad, como Flo and Eddie; también formaron parte durante un breve período de tiempo del grupo de Frank Zappa en calidad de fogosos vocalistas. En el otoño de 1980, Kaylan y Volman volvieron a formar The Turtles para llevar sus viejos éxitos a los clubs de USA.

Un surfero de parranda con el loco Manson

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Dennis Wilson coqueteó con la familia Manson y quedó estigmatizado por ello hasta su muerte
Dennis Wilson coqueteó con la Familia Manson y quedó estigmatizado por ello hasta su muerte

Más de 47 años después de ocurridos, los macabros crímenes de Charles Manson y su secta continúan siendo motivo de investigación y de confesiones en los Estados Unidos. Esta vez, la revelación viene de la mano de uno de los miembros de la banda norteamericana Beach Boys.

Mike Love, uno de los integrantes del grupo formado en 1961, ha escrito un libro en el cual cuenta detalles de los años en que formó parte del popular conjunto de California. En Good Vibrations, my life as a Beach Boy, Love explica la relación que tuvo otro miembro de la banda, Dennis Wilson, con Manson.

Ex compañero de habitación de Manson, la vida del baterista Wilson se convirtió en un infierno interior luego de los múltiples crímenes ocurridos en el verano de 1969 en Los Ángeles, donde siete personas fueron asesinadas. «Ni Dennis, ni yo, ni nadie asociado con los Beach Boys tenía idea de que Manson estuviera involucrado en estos asesinatos», revela el artista en su nuevo libro.

Pero cuando Wilson descubrió quién estaba detrás de los asesinatos de Sharon Tate, embaraza y esposa del reconocido director de cine Roman Polanski, y de otras seis víctimas, quedó devastado. «La culpa fue devastadora. Dennis quedó conmovido hasta el núcleo», describe su ex compañero Love.

Wilson mantuvo una relación intensa con la Familia Manson. Participaba en algunas de sus reuniones desde mediados de 1968. Incluso, existe una historia que indica que ambos llegaron a grabar canciones juntos, algo que fue negado constantemente por la banda.

La relación entre ambos se inició de manera fortuita. Fue durante un viaje en automóvil que el músico de los Beach Boys realizó en Sunset Strip, California. Allí, Wilson recogió a dos mochileras, que le hablaron durante todo el trayecto sobre su gurú, un tal Charles Manson.

La Familia Manson les ofreció a él y a la banda una orgía de mujeres y drogas. Ambas, debilidades del baterista, según recuerda en su nuevo libro Love. Las mujeres y Manson comenzaron a mudarse a su mansión, lentamente.

La ruptura de la relación entre ambos llegó cuando Wilson vio cómo Manson mataba a un hombre en Spahn Ranch. Pero nunca quiso decir nada al respecto a las autoridades. Temía de forma extrema al «gurú». «Acabo de ver a Charlie tomar su M16 y volar a ese gato negro (hombre) a la mitad y ponerlo en un pozo», le habría dicho Wilson a Love. «Dennis estaba demasiado atemorizado para ir a la policía. Creo que sólo deseaba que Manson y su familia desaparecieran», añadió.

«Nunca habló a las autoridades acerca de la muerte de ese ‘gato negro’ en Spahn Ranch, y ciertamente no podría haber testificado ante la corte, donde él tendría que haber mirado a los ojos a Manson», concluye. Ese homicidio nunca fue reportado. El fiscal de Los Ángeles desmintió que ese hecho hubiera ocurrido: «Nunca escuché nada sobre esa historia antes».

A partir de entonces, el baterista de The Beach Boys padeció «una gran carga» por los crímenes. De hecho fue él quien le presentó a Manson a Terry Melcher, el productor musical al que el jefe de la banda quiso matar. Al no encontrarlo —el empresario alquilaba su casa a los Polanski— masacró al resto de los miembros. «Dennis cargó con esa culpa los últimos 14 años de su vida», concluye Love.

Águilas sin garras, vuelo plácido

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The Eagles llegaron en un momento propicio, cuando el movimiento hippie vivía horas bajas, y supieron además recoger y explotar el legado country-rock de grupos como The Byrds o The Flying Burrito Brothers
The Eagles (en la imagen, Glenn Frey) llegaron en un momento propicio, cuando el movimiento hippie vivía horas bajas, y supieron además recoger y explotar el legado country-rock de grupos como The Byrds o The Flying Burrito Brothers

Glenn Frey era de Detroit y su compañero de aventuras Don Henley nació en Texas, pero sus orígenes no importan porque los líderes de The Eagles exportaron a todo el mundo los aromas y ecos cálidos de California y reventaron las listas de ventas en los años 70 con su mezcla de rock y country.

«Siempre quise ir a California. Y fui y quedé sorprendido. La vegetación, yo nunca había visto palmeras… Era como un sueño hecho realidad», contó en el documental «History of The Eagles» Glenn Frey, guitarrista y cantante de The Eagles.

Nacido en Detroit en 1948 e hijo de un trabajador de la industria del automóvil, Frey comenzó de niño tocando el piano y como adolescente formó parte de bandas como The Mushrooms o The Subterraneans.

Pero frente al estilo Motown que arrasaba en la ciudad o el sonido sucio y visceral de grupos como MC5, Frey se interesó por los cruces entre rock y country y las perfectas armonías vocales de bandas californianas como The Byrds, Buffalo Springfield o The Beach Boys.

A finales de los años 60 se mudó a Los Ángeles, donde conoció a su posterior camarada, batería y vocalista en The Eagles, Don Henley, entró en contacto con artistas como Jackson Browne, y empezó a frecuentar el circuito musical que orbitaba en torno a la sala de conciertos Troubadour.

Junto a Henley, Frey formó parte de la banda de acompañamiento de la cantante de country Linda Ronstadt, con la cual mostraron sus mejores bazas: rock transparente y soleado, coros inmaculados y esencias de la música tradicional norteamericana.

Con el bajista Randy Meisner y el guitarrista Bernie Leadon dieron forma a la primera alineación de The Eagles, que publicó su disco debut homónimo en 1972.

The Eagles llegaron en un momento propicio, cuando el movimiento hippie vivía horas bajas, y supieron además recoger y explotar el legado country-rock de grupos como The Byrds o The Flying Burrito Brothers.

El grupo ganó una gran popularidad durante la primera mitad de los años 70 con los discos «Desperado» (1973), «On The Border» (1974) y «One of These Nights» (1975) y exitosas canciones como «Take It Easy», «Lyin’ Eyes», «Tequila Sunrise» o «Take It To The Limit».

También desplazó progresivamente su foco del country-rock hacia el soft-rock y sonidos de mayor acogida entre el público, un hecho que facilitó la salida de la formación de Randy Meisner y Bernie Leadon mientras que entraron en The Eagles los guitarristas Don Felder y Joe Walsh además del bajista Timothy B. Schmit.

El año 1976 marcó el gran pelotazo de la banda, que arrancó el año con «Their Greatest Hits 1971-1975», álbum recopilatorio que solo en Estados Unidos ha vendido 29 millones de copias, antes de que el disco «Hotel California» eclipsara todo lo que hubiera hecho antes The Eagles.

La canción que abría el álbum se convirtió en el gran éxito de la banda, todavía muy radiado cuarenta años después de su edición, y alimentó toda clase de leyendas e historias sobre el famoso hotel, desde que estaba situado en Baja California (México) hasta que se refería a un centro psiquiátrico de Los Ángeles.

La misteriosa letra de «Hotel California» se interpretó como una metáfora de los excesos de la vida de los artistas, también como una mirada crepuscular al sueño americano, pero hubo quien incluso señaló que incluía mensajes satánicos.

«Hotel California» marcaría el punto álgido de una banda de ventas astronómicas, y blanco perfecto a la vez de los jóvenes roqueros que les acusaban de vendidos o aburridos, pero que también comenzaba a desgastarse y que en 1979 lanzaría su último álbum «The Long Run» antes de separarse.

Glenn Frey lanzó entonces su carrera en solitario con el disco «No Fun Aloud», en 1982, y se mantuvo en el éxito gracias a temas tan populares como «The Heat Is On» (1985).

También tuvo tiempo para adentrarse en el mundo de la actuación, con papeles en la serie «Miami Vice» o la película «Jerry Maguire» (1996).

A Frey se le atribuyó la cita que afirmaba que The Eagles se reunirían «cuando el infierno se congelara», por lo que cuando el grupo volvió a la actividad en 1994 lo hizo con el álbum titulado «Hell Freezes Over».

En las dos décadas siguientes el grupo saldría a la carretera en varias ocasiones y publicaría su último trabajo en 2007, «Long Road Out of Eden».

«Nos propusimos convertirnos en la banda de nuestro tiempo. Pero a veces, si haces una tarea lo suficientemente bien, te conviertes en una banda para todas las épocas», dijo Frey en el documental «History of The Eagles».