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Tragedia en el trono del pop

Algunos músicos tienen el dudoso (y a la par, iconográfico) privilegio de estar en la alineación de un grupo de celebridades del rock fallecidas a los 27 años del que forman parte leyendas como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones y Kurt Cobain, pero de todos sus socios es el galés Pete Ham, fundador de Badfinger, quien tuvo una historia más triste.
Las numerosas reediciones de los álbumes que su grupo publicó en el sello Apple -creado por los Beatles- y el número uno mundial alcanzado por Harry Nilsson con «Without You», la canción más célebre de las firmadas por Ham, sirven para reivindicar el legado de este malogrado músico.
Además, en vídeos rescatados de antiguas actuaciones se le puede ver tocando la guitarra acústica junto a George Harrison en las imágenes que recuerdan el día en que se celebró el primer macroconcierto benéfico de la historia, organizado por el guitarrista de los Beatles en Nueva York, en favor de la población de Bangladesh.
Pete Ham dejó muestras de su talento antes de ahorcarse en el garaje de su casa el 24 de abril de 1975, tres días antes de cumplir 28 años. Los momentos de gloria de Badfinger fueron efímeros, pero hubo quien a principios de los setenta se atrevió a proponerlos como posibles sucesores de los Beatles, grupo al que estuvieron ligados desde sus comienzos.
La banda comenzó como The Iveys a mediados de la década de 1960 y fue descubierta por Mal Evans, el roadie de los Beatles. Sus maquetas convencieron a los ‘Fab Four’ de hacer del grupo de Ham los primeros espadas de Apple Records.
Fue Paul McCartney quien les proporcionó su primer éxito mundial, «Come and Get It», una composición suya que produjo para el grupo en 1970, y que fue incluido en el primer álbum de la banda, «Magic Christian Music».
El empujón de McCartney puso en el mapa a un grupo que contaba con dos compositores solventes, el propio Ham y el bajista Tom Evans. Juntos compusieron «Without You», un tema incluido en el segundo álbum de Badfinger, ·No Dice·, editado a finales de 1970.
Pero el tema estrella de aquel disco fue «No Matter What», una chispeante composición de Ham que alcanzó los primeros puestos de las listas mundiales. Poco después, el cantante Harry Nilsson escuchó «Without You» en una fiesta y pensó que era de los Beatles. Alguien le sacó de su error y decidió grabar una versión de la balada para su nuevo trabajo
La canción fue número uno, se convirtió en un clásico y de forma recurrente ha sido versionada por decenas de artistas, entre los que figuran superestrellas como Mariah Carey. Badfinger continuaba en estado de gracia cuando en 1971 publicó su álbum más celebrado, «Straight Up», que contenía «Day After Day», una canción de Ham que despertó la admiración de George Harrison, quien se unió como productor a las sesiones de grabación y dejó su sello tocando la guitarra slide.
Tras eso, las cosas se torcieron. El último álbum con Apple, «Ass», sufrió retrasos en su publicación derivados de los problemas de grabación. Ham y sus compañeros se mudaron a Warner Bross de la mano de Stan Polley y el nivel creativo disminuyó a medida que aumentaban las disputas entre los miembros del grupo y sus representantes.
Durante los siguientes años, la banda comenzó a dividirse. Polley los había firmado para un contrato ruinoso que lo dejó con la mayor parte de las ganancias, lo que desató una serie de disputas legales.
La desesperación llevó a Pete Ham a quitarse la vida cuando solo faltaba un mes para el nacimiento de su hija. Su muerte pasó prácticamente desapercibida entre el público. Ocho años después, Tom Evans siguió el mismo camino y se ahorcó en el jardín de su casa tras una fuerte discusión con otro miembro de la banda, el guitarrista Joey Molland. Dejó una nota en la que le decía a su esposa embarazada y a su hijo que los amaba. “No se me permitirá amar y confiar en todos. Esto ha sido lo mejor. Pete. Pos data: Stan Polley es un bastardo sin alma. Lo llevaré conmigo».
Después de años de olvido, los álbumes de Badfinger están disponibles en lustrosas reediciones con sonido remasterizado, que permite apreciar la brillante contribución que Ham y los suyos hicieron en aquellos días felices.
Corazones rotos por canciones afiladas

Las canciones épicas y melancólicas, la banda sonora de viajes eternos por la carretera y la música de atardeceres con sabor a victorias y derrotas convirtieron al carismático Tom Petty en un memorable guardián de las esencias del mejor rock estadounidense.
De la mano de su fiel banda de acompañamiento The Heartbreakers o junto a mitos como Bob Dylan, Roy Orbison y George Harrison en el «supergrupo» The Travelling Wilburys, la trayectoria de Petty figura entre las páginas más brillantes del rock estadounidense gracias a inolvidables canciones como «American Girl», «Free Fallin'», «Wildflowers» o «I Won’t Back Down».
Petty nació el 20 de octubre de 1950 en Gainesville (Florida, EEUU) y de niño sufrió los abusos de su padre antes de dejar el instituto como adolescente para dedicarse a la música, convencido de que ése era su destino tras conocer en persona y cuando aún era un chaval al rey del rock Elvis Presley.
Sus primeros pasos, sin demasiado éxito, los dio junto al grupo Mudcrutch, en donde ya tocaban Mike Campbell y Benmont Tench, que también estarían en The Heartbreakers, la famosa banda que ha acompañado a Petty durante décadas.
Debutó en 1976 con el disco Tom Petty and The Heartbreakers, con el que enseñó las claves de su irrenunciable estilo: rock emocionante y lírico inspirado en The Byrds y Bob Dylan, y que jugaba en la misma división que Bruce Springsteen o Neil Young.
Pese a que la irrupción de los guitarrazos rebeldes del punk o el posterior éxito de los sonidos electrónicos en los años 80 no encajaban para nada con su identidad, Petty fue un artista superventas que no renunció al rock de aroma clásico y que triunfó con discos como Damn the Torpedoes (1979).
El músico también se topó con el lado más turbio de la industria al enfrentarse en varias ocasiones a las discográficas, como en un recordado episodio en el que se plantó ante MCA porque la compañía quería vender su cuarto álbum al elevado precio de 9,98 dólares.
Petty amenazó entonces con emprender acciones legales y con titular el álbum 8,98 dólares, el precio habitual de los discos en esa época, pero finalmente lo nombró Hard Promises (1981) tras derrotar a la discográfica en este pulso.
Al margen de su trabajo firmado de manera conjunta con The Hearbreakers, Petty editó dos discos en solitario, Full Moon Fever (1989) y Wildflowers (1994), que destacan entre lo más sobresaliente de su legado.
Además, formó parte del grupo «all-star» del rock que fue The Travelling Wilburys, un breve pero imborrable sueño para los melómanos que incluía en su formación a Bob Dylan, Roy Orbison, George Harrison, Jeff Lynne y Petty.
Este «supergrupo» publicó en 1988 The Traveling Wilburys, Vol.1, pero la repentina muerte de Orbison ese mismo año arruinó un proyecto que sólo lanzaría un disco más, una grabación titulada extrañamente The Traveling Wilburys, Vol. 3 (1990).
Tom Petty y The Heartbreakers, cuyo último álbum fue «Hypnotic Eye» (2014), eran reconocidos por su apasionado directo, con el que recorrieron de cabo a rabo Estados Unidos pero que sólo se vio de manera muy esporádica en el extranjero.