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Locos diferentes en ‘un mundo feliz’

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El psiquiatra norteamericano Allen Frances nos presenta un mundo sanitario en el que las empresas farmacéuticas han jugado con la difusa línea de la normalidad para expandir los diagnósticos y convertir a la mayoría de la población en enfermos mentales; en este planteamiento, pide a los pacientes que jueguen un papel más activo
El psiquiatra norteamericano Allen Frances nos presenta un mundo sanitario en el que las empresas farmacéuticas han jugado con la difusa línea de la normalidad para expandir los diagnósticos y convertir a la mayoría de la población en enfermos mentales; en este planteamiento, pide a los pacientes que jueguen un papel más activo

Allen Frances, catedrático emérito en Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Durham, Carolina del Norte, revela en su  libro “¿Somos todos enfermos mentales? Manifiesto contra los abusos de la psiquiatría” (Ed. Ariel) un complejo panorama de la salud caracterizado por lo que denomina inflación diagnóstica, donde lo diferente significa estar enfermo.

“El problema es que no hay una definición de normal. La normalidad es una construcción social”, señala.

Desde su actividad como presidente del grupo de trabajo del DSM IV (Manual Diagnóstico y Estadístico), donde se clasifican los trastornos mentales, ha podido observar como los límites de la enfermedad mental se han expandido. Ello hace que “mucha gente reciba medicación psiquiátrica que no necesita y gente que la necesita, no tiene acceso a ella”, afirma.

Esta sobrevaloración del paciente no diagnosticado frente al que ha sido definido de forma errónea es fruto de un contexto en el que el poder de las compañías farmacéuticas determina la relación entre médico y paciente.

Las personas son más fuertes de lo que creen

Cada día los ciudadanos se enfrentan a problemas propios de la vida diaria, a los que se suma un entorno de crisis económica, que pueden generar una sensación natural de desmoralización.

Este aspecto no es nuevo, lo innovador es la conversión de los problemas sociales del día a día en trastornos mentales duraderos mediante el marketing realizado por las empresas farmacéuticas.

“Es muy importante que la gente tome conciencia y se informe antes de aceptar un diagnóstico y tomar una pastilla psiquiátrica”, afirma.

Los componentes químicos de una pastilla, si bien son recomendables para enfermos graves con síntomas persistentes, en el resto de personas supone un autoengaño. Si se experimenta una mejora tras tomar una pastilla, se considera que los beneficios son fruto del medicamento, olvidando la importancia de la resistencia humana, el tiempo y el apoyo familiar en la mejoría física y psíquica.

Como señala el psiquiátra Allen Frances, la prueba de ello es que “el rango de respuesta del placebo para los problemas más ligeros es más del 50% y con la medicación la respuesta es de un poco más, sólo un 65%”.

“Un paciente informado es la mejor protección contra la medicina comercializada, no sólo en la psiquiatría sino en toda la medicina”, destaca.

En la configuración del paciente informado, internet cumple un papel importante debido a la cantidad y el acceso a la información, pero a la vez limitado debido a que “esa información está controlada por las empresas farmacéuticas”.

Por tanto, según señala el catedrático Allen Frances, el compromiso de un paciente activo con su propio estado de salud debe considerar la fuente de la información, crear un juicio sobre la enfermedad, hacerse preguntas y trasladas a su médico esperando respuestas “claras y de sentido común”.

El médico, mucha responsabilidad y poco tiempo

Más allá de la profesionalidad de los médicos, el principal problema está en la despersonalización de la medicina, en la que el poco tiempo que pasa el paciente con el doctor impide conocer al primero como persona, convirtiendo la receta de una pastilla en “la forma más fácil para que el paciente salga de la consulta”.

“Hipócrates, el padre de la medicina, dijo hace 2500 años que es más importante conocer al paciente que tiene la enfermedad que la enfermedad que tiene el paciente”, explica.

Frente a este sistema de atención médica, Allen Frances propone la realización de un “diagnóstico escalonado” formado hasta por seis visitas previas a un diagnóstico definitivo, aceptando “la incertidumbre antes que apresurarse y emitir un juicio erróneo”:

Junto a este sistema de evaluación, Allen Frances considera que la salvaguarda de la calidad del sistema sanitario pasa por un control a los profesionales médicos, de tal manera que los que receten medicamentos narcóticos en exceso sean “educados y disciplinados”.

“En Estados Unidos tenemos más muertes por los medicamentos recetados que por las drogas que están en la calle”, señala.

Las farmacéuticas, empresas de salud

Las empresas farmacéuticas son compañías que se deben a sus inversores, cuyo interés se encuentra en generar beneficios. El problema llega cuando un negocio se sitúa en el ámbito de la salud, donde la obtención de más clientes pasa por expandir los diagnósticos de los trastornos mentales.

La búsqueda del beneficio económico a través del marketing y la inflación diagnóstica ha provocado que las empresas farmacéuticas “hayan ido demasiado lejos”, perdiendo la legitimidad de tener entre sus bases la salud de los pacientes.

“Un ejemplo es el medicamento de la hepatitis C, ya que el mismo tratamiento que cuesta en Estados Unidos 84.000 dólares, vale 900 en Egipto”, afirma.

Ante el enorme beneficio de estas empresas, fruto de precios marcados dentro de un monopolio, Allen Frances muestra su esperanza de que esta forma de actuar lleve a un mayor control mediante acciones como controles sobre profesionales que recetan medicamentos narcóticos en exceso, un sistema informático entre farmacias para evitar la venta repetida de medicamentos narcóticos a un mismo paciente, una política social que proteja a grupos de riesgos frente a una medicación excesiva y no convierta los problemas sociales en problemas médicos, un aumento de la crítica periodística sobre los abusos de la práctica farmacéutica y la implicación de las asociaciones profesionales a través de programas como “elegir sabiamente”, que determina que tratamientos se están aplicando de forma inapropiada.

Como señala el propio Allen Frances, el objetivo es huir de la sociedad distópica del libro “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, en la que todos se toman una pastilla de la felicidad cada día, olvidando que “no podemos solucionar cada problema en la vida con un medicamento”.

En las montañas de la locura

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Aunque los resultados sean esperanzadores, queda la duda de por qué otras investigaciones recientes niegan la regeneración de neuronas en cerebros adultos
Aunque los resultados sean esperanzadores, queda la duda de por qué otras investigaciones recientes niegan la regeneración de neuronas en cerebros adultos

La mayoría de las neuronas ya se encuentran en el cerebro en el momento del nacimiento. No obstante, la formación de nuevas neuronas en el órgano adulto puede ocurrir en ciertas regiones, como el hipocampo. Aunque trabajos anteriores han establecido que este fenómeno ocurre en roedores y otras especies de vertebrados, este proceso en los humanos ha sido cuestionado por investigaciones recientes, como las de José Manuel García Verdugo, de la Universidad de Valencia.

Ahora, un estudio liderado por María Llorens-Martín, científica del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC), muestra que una región del cerebro humano –conocida como giro dentado– produce nuevas neuronas hasta la novena década de vida. Los resultados han sido publicados en Nature Medicine.

Los investigadores analizaron muestras de tejido cerebral de 58 participantes humanos y encontraron que la neurogénesis en el hipocampo del cerebro humano adulto puede observarse a lo largo de toda la vida, al menos hasta los 87 años de edad, con cierto declive asociado a la edad. Sin embargo, disminuye drásticamente en pacientes con enfermedad de Alzheimer.

Según los autores de este estudio, las discrepancias entre sus nuevos resultados y las investigaciones anteriores, que no detectaron la neurogénesis en humanos adultos, pueden deberse a diferencias en las metodologías o en la calidad de las muestras de tejido examinadas.

“La manera en que se procesa el tejido cerebral afecta a la detección de las neuronas inmaduras en el hipocampo humano”, explica a Sinc Llorens-Martín. “Quedan muchísimas cosas por saber, pero esperamos contribuir al avance del conocimiento sobre este proceso”.

El nacimiento de nuevas neuronas en el cerebro humano adulto posee una gran importancia para la medicina moderna, ya que este tipo especial de neuronas generado en el hipocampo participa en la adquisición de nuevos recuerdos y en el aprendizaje en ratones. “Nuestro estudio aporta datos desconocidos hasta el momento sobre cómo maduran estas células en el giro dentado humano”, añade la investigadora española.

“Aún queda mucho camino por recorrer para aplicar estos resultados al tratamiento de seres humanos, pero los resultados obtenidos son esperanzadores ya que muestran la existencia de una población dinámica de células que en otras especies de mamíferos han mostrado ser importantes para la regulación de la memoria”, subraya Llorens-Martín.

Aplicación en alzhéimer

El estudio también analiza de manera comparada el proceso de neurogénesis hipocampal adulta en un grupo de 13 individuos sanos y 45 pacientes con enfermedad de Alzheimer.

El número de nuevas neuronas disminuye de manera drástica en los estadios iniciales de la enfermedad para continuar decreciendo progresivamente a medida que avanza la dolencia. Además, estas células encuentran problemas en distintas etapas del proceso madurativo de las neuronas. Como consecuencia de este bloqueo, el número de neuronas generadas que finalmente alcanza la maduración total es mucho menor en los pacientes de alzhéimer.

“Estos hallazgos poseen una gran importancia en las enfermedades neurodegenerativas. La detección precoz de una disminución en la generación de nuevas neuronas podría ser un marcador temprano de la enfermedad de alzhéimer”, apunta.

Además, si se confirman los resultados y realmente hay neurogénesis adulta, esto abriría la puerta a posibles terapias para frenar el alzhéimer. “Si fuera posible incrementar el nacimiento y maduración de las nuevas neuronas de una manera similar a como se hace en los ratones de laboratorio, podrían abrirse nuevas posibilidades terapéuticas que podrían ser útiles para paliar o ralentizar el avance de esta enfermedad”, concluye Llorens-Martín.

Divergencias con otras investigaciones

Aunque los resultados sean esperanzadores, queda la duda de por qué otras investigaciones recientes, publicadas por grupos de investigación expertos en revistas de alto impacto, han negado la regeneración de neuronas en cerebros adultos. El estudio analiza las posibles causas de estos resultados contradictorios sobre la neurogénesis.

Según los autores, la razón puede residir en que los tratamientos químicos a los que se someten las muestras de tejido cerebral humano para estudiarlo afectan a la detección de las neuronas inmaduras. Tras aplicar distintos tratamientos químicos a muestras obtenidas de los mismos sujetos, los autores observaron números de células muy diferentes. Además, cuando dichos tratamientos eran más agresivos o prolongados en el tiempo, la señal emitida por las nuevas neuronas desaparecía completamente.

La madre del cordero trastornado

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Millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas podrían ser factores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos
Millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas podrían ser factores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos

Los diferentes trastornos psiquiátricos comparten un gran número de genes de susceptibilidad, mientras que en las patologías neurológicas no psiquiátricas —como el alzhéimer o el párkinson— la genética es mucho más específica, según un artículo publicado en la revista Science.

En la nueva investigación —la más extensa y ambiciosa sobre factores genéticos compartidos en patologías del cerebro— participan Bru Cormand y Raquel Rabionet, del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB), el Centro de investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD), entre más de quinientos expertos de países de todo el mundo.

El trabajo recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas —entre pacientes y voluntarios sanos— que podrían ser factores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos (esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa, TDAH, migraña, alzhéimer, etc.).

Además, abre nuevas fronteras a la investigación sobre las patologías que afectan al cerebro. Por primera vez, se perfila la base genética compartida entre trastornos psiquiátricos y enfermedades neurológicas no psiquiátricas (alzhéimer, párkinson, migraña, etc.), y amplía el foco de interés a rasgos de personalidad que no se consideran trastornos clínicos (inestabilidad emocional, por ejemplo) y a parámetros cognitivos (como el rendimiento escolar).

Los expertos se han centrado en el análisis de variantes genéticas que son frecuentes en la población general —presentes en más del 1% de los individuos—, pero que pueden dar lugar a patologías psiquiátricas o neurológicas en determinadas combinaciones. Las variantes estudiadas son las que afectan a cambios en un único nucleótido del ADN (SNP), que es el más abundante en el genoma humano.

Tal como explica Bru Cormand, “este trabajo nos ayuda a determinar el peso que tienen las variantes genéticas frecuentes en la etiología de las enfermedades del cerebro: es decir, a caracterizar la arquitectura genética de estos trastornos y separar la base genética compartida de las especificidades de cada trastorno”.

Genes y rasgos de la personalidad, a examen

El estudio confirma una fuerte correlación genética entre esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ahora bien, desvela igualmente que no existe un solapamiento importante entre los factores de riesgo genético de los trastornos psiquiátricos y los de las demás patologías neurológicas.

“Algunos trastornos neurológicos —apunta Cormand— como la epilepsia, el ictus, la esclerosis múltiple, el párkinson o el alzhéimer, tienen bases genéticas muy diferenciadas entre sí y también respecto a los trastornos psiquiátricos. La única excepción es la migraña, un trastorno neurológico que comparte genética con varios trastornos psiquiátricos (por ejemplo, el TDAH, la depresión severa o el síndrome de Tourette)”.

Otro de los elementos más innovadores es la correlación genética establecida entre algunos rasgos de la personalidad —como el neuroticismo, es decir, la inestabilidad emocional— con la mayoría de trastornos psiquiátricos y la migraña. En paralelo, también se han analizado distintas medidas cognitivas tomadas durante la infancia, “por ejemplo, los años de educación recibidos o el rendimiento escolar, que se relacionan positivamente con algunos trastornos psiquiátricos, como el trastorno bipolar o la anorexia, y negativamente con algunos trastornos neurológicos, como el alzhéimer o el ictus”, revela Raquel Rabionet.

Los genotipos se han generado mediante plataformas de análisis genético a gran escala —estudios de asociación del genoma completo (GWAS)— disponibles en España y muchos de los países implicados. “Los datos de partida son millones de genotipos de cientos de miles de individuos”, recuerda Cormand.

“En este tipo de trabajos tan integradores, la principal dificultad radica en la armonización de los datos, en generar un conjunto de datos homogéneo que facilite los análisis posteriores. Por lo tanto es esencial aplicar controles de calidad muy rigurosos”.

Trastorno psiquiátrico y neurológico: una frontera delicada

Durante años, la clasificación de las patologías psiquiátricas no siempre se ha basado en las causas reales de cada enfermedad, a causa del gran desconocimiento sobre la etiología de estos trastornos. Conocer los genes concretos que están implicados en una patología es un avance para mejorar la clasificación (nosología), el diagnóstico y las estrategias terapéuticas frente a la enfermedad.

Hace tiempo que los estudios de gemelos y familiares han permitido determinar que los trastornos psiquiátricos tienen una base genética importante, a menudo superior al 50%. Ahora, gracias a los datos genéticos masivos, es posible identificar genes concretos implicados en estas patologías —el paisaje genético— y abordar la cuantificación del riesgo genético a partir de datos moleculares. Además, la tecnología aplicada permite hacer comparaciones entre trastornos, como es el caso del trabajo publicado en Science.

Encontrar coincidencias genéticas entre diferentes trastornos psiquiátricos indica que, muy probablemente, las fronteras clínicas actuales no reflejan procesos fisiopatológicos diferenciados, al menos a nivel genético. “Esto puede tener un impacto en cuanto a tratamiento, pero aún es pronto para saber cómo podrá incidir todo ello en la práctica, en la elección de terapias. Sin embargo, sí podemos emplear los nuevos datos para clasificar los trastornos en nuevos compartimentos basados en la biología subyacente, lo que es probable que nos ayude a diseñar terapias más específicas y adecuadas”, apuntan Cormand y Rabionet.

“De momento —concluyen—, quizá sería preciso adecuar las clasificaciones diagnósticas actuales en el ámbito de la psiquiatría. Esto no sería necesario en los trastornos neurológicos; en este caso, las fronteras son mucho más claras, tanto entre los diferentes cuadros como respecto a los trastornos psiquiátricos”.

Gatos desde el infinito de Louis Wain

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Louis Wain acaricia a Peter
Louis Wain acaricia a Peter

Las representaciones antropomórficas de gatos de Louis Wain fueron muy populares en la época victoriana. El legado de este artista, por su originalidad y colateralidad, siempre se presta a reivindicaciones varias.

Hizo suyo al gato. Inventó un estilo de gato, una sociedad de gatos, un mundo de gatos. Los gatos británicos que no se ven y viven como los gatos de Louis Wain están avergonzados de sí mismos.

El escritor H.G. Wells apoyó un ‘rescate’ televisivo para Louis Wain, quien había sido tomado como un mendigo en un hogar mental. Ramsay MacDonald fue otro de los muchos hombres y mujeres famosos que se horrorizaron al saber que uno de los artistas más populares del mundo durante más de 30 años había caído en tiempos tan malos que incluso carecía de papel y lápiz para usar durante sus lúcidos momentos.

«Louis Wain estuvo en todas nuestras paredes hace unos 15 o 20 años», escribió Ramsay MacDonald en 1925. «Probablemente ningún artista haya dado más placer a un mayor número de jóvenes».

Louis Wain murió solo en 1939, unos días antes de cumplir ochenta años, pero las circunstancias y las enfermedades mentales prácticamente habían terminado su curiosa carrera 25 años antes. Varias generaciones han crecido y su nombre no significa nada. Pero para millones de británicos mayores de 50 años, su nombre, o la vista de uno de sus dibujos característicos de gato, revive recuerdos de la infancia.

Durante más de 30 años hubo pocos viveros sin gatos de Louis Wain sonrientes desde las paredes. Libros y anuarios de Louis Wain en el armario de juguetes; y postales de Louis Wain en un álbum. Los gatos que dibujó y pintó, a razón de 1500 por año, fueron reproducidos por millones en Gran Bretaña y América. Sus publicaciones llenan tres columnas del catálogo del Museo Británico. La Navidad de 1903 fue marcada por la publicación de 13 libros de Louis Wain y muchos dibujos para números de Navidad. Pero, por su propia naturaleza, estas publicaciones fueron efímeras y los coleccionistas de hoy parecen dispuestos a pagar precios desorbitados por ellas.

Sus fotografías posteriores hechas en un hospital psiquiátrico han sido recogidas por una razón diferente. Continuó dibujando y pintando hasta el final gatos cambiaban en patrones cada vez más elaborados con el progreso de su enfermedad, brindando ejemplos clásicos de arte esquizofrénico.

La educación privada de Louis Wain fue un caos, empezando por la idea de convertirse en músico a los 17 años, y cambiar de opinión después de seis meses de estudio porque decidió que el arte ofrecía un camino más fácil hacia la fama y la fortuna que deseaba. Estudió durante tres años en una pequeña escuela de arte de Londres y en ella se quedó como maestro. Se sintió atraído por el mundo, entonces bohemio, de Fleet Street y trató de vender bocetos a revistas. Vendió el primero, un dibujo de camachuelos, poco después de cumplir veintiún años. No pudo vender las siguientes 30 imágenes que le ofreció al mismo editor, pero poco a poco se estableció como un artista de prensa especializado en aves y animales. Pero nunca en gatos

A la edad de 23 años se casó, y fue un gatito en blanco y negro, dado como un regalo de bodas, el que casi accidentalmente transformó su vida y le llevó a la fama mundial. Poco después del matrimonio, su esposa cayó abatida por una enfermedad persistente y mortal. Peter, el gato blanco y negro, se sentaría en su cama, y ​​durante sus largas vigilias de habitación de enfermo Louis Wain dibujó y caricaturizó a Peter para entretener a su esposa. Ella lo instó a que les mostrara estas fotos de gatos a los editores, pero Wain, que luego publicaba espectáculos de perros y de agricultura, se tomó a sí mismo en serio como artista.

La observación de un editor («¿Quién querría ver la imagen de un gato?») llevó a que las imágenes se guardaran hasta 1886, cuando Sir William Ingram, editor de «Illustrated London News», al darse cuenta de la originalidad de algunos gatos de Louis Wain, sugirió una foto de la fiesta de Navidad de un gato en dos páginas.

En unos días, dibujando en su cuaderno de bocetos de Peter, Wain produjo una imagen que contiene alrededor de 150 gatos, cada uno con su propia expresión, cada uno haciendo algo diferente. La imagen fue un éxito inmediato. Los comentarios y solicitudes de copias vinieron de todo el mundo. Louis Wain se hizo famoso casi de la noche a la mañana.

A pesar de su fama sus escasos dones empresariales hicieron que cuando su esposa murió tuviera que malvivir en una casa con su madre, sus cinco hermanas y sus diecisiete gatos. Tras años asi probo suerte en Nueva York haciendo tiras cómicas e intentando patentar un nuevo tipo de lampara, empresas ambas en las que fracaso estrepitosamente teniendo que volver a Inglaterra mas arruinado si cabe.

A los 57 años le fue diagnosticada esquizofrenia y su comportamiento, de agradable y humilde, pasó a ser agresivo y desconfiado, cambiaba los muebles de sitio o pasaba largas horas encerrado en su habitación escribiendo incoherencias. Cuando su comportamiento se hizo intolerable sus hermanas lo ingresaron en el ala de pobres de un hospital mental. Afortunadamente, celebridades como H.G. Wells o el mismísimo primer ministro descubrieron su paradero y lo trasladaron al Hospital Real Bethlem que disponía de enormes jardines llenos de gatos donde Wain pudo encontrar de nuevo inspiración y tranquilidad para volver a dibujar.

Justo en este punto, el de su enfermedad es cuando su obra se torna extraña. algunos expertos contradicen el diagnostico de esquizofrenia y aseguran que su estado mental se debía al Síndrome de Asperger (puesto que su obra ganaba en riqueza y habilidad a medida que Wain se hacía mayor, a diferencia de lo que se hubiese esperado de un esquizofrénico) o a una Toxoplasmosis (Enfermedad que le pudieron contagiar sus gatos) Lo que si se puede asegurar es que su visión del mundo, su mente y su estilo fue cambiando con el tiempo y la enfermedad.

Sanadoras canciones aliñadas con LSD

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Los consumidores de LSD encuentran en su entorno significados ocultos para los demás. Con la ayuda de voluntarios que escuchaban canciones bajo los efectos de esta droga psicodélica, investigadores suizos han revelado qué receptores, neurotransmisores y regiones del cerebro están implicados en estas percepciones tan subjetivas. Sus resultados revelan posibles dianas para tratar enfermedades psiquiátricas donde la valoración de las experiencias está alterada
Los consumidores de LSD encuentran en su entorno significados ocultos para los demás. Con la ayuda de voluntarios que escuchaban canciones bajo los efectos de esta droga psicodélica, investigadores suizos han revelado qué receptores, neurotransmisores y regiones del cerebro están implicados en estas percepciones tan subjetivas. Sus resultados revelan posibles dianas para tratar enfermedades psiquiátricas donde la valoración de las experiencias está alterada

Todos tenemos experiencias o preferencias particulares, como una canción favorita, que significan mucho más para nosotros que para los demás. Ahora, investigadores del Hospital Universitario Psiquiátrico de Zúrich (Suiza) han estudiado cómo cambia el significado de las cosas para los consumidores de la droga psicodélica LSD, y además, han encontrado las sustancias y zonas del cerebro implicadas.

«Ahora sabemos qué receptores, neurotransmisores y regiones del cerebro están involucrados cuando percibimos nuestro entorno como significativo y relevante», destaca Katrin Preller, la autora principal. En concreto, han descubierto que el receptor de la serotonina 2A –un tipo de neurotransmisor– y las zonas de la línea medial cortical del cerebro están involucradas.

Estudios previos ya habían demostrado que el LSD altera la atribución de significados y de relevancia personal respecto al entorno; además de cambiar la manera en que la gente se percibe a sí misma, ya que la distinción entre el yo y lo que está fuera se borra. Pero lo que no estaba claro es qué partes del cerebro y sustancias neuroquímicas eran responsables.

Para descubrirlo, los investigadores suizos suministraron –por partes– a los participantes de un experimento tres opciones: un placebo, la droga LSD sola, y LSD con el suministro posterior de ketanserina (fármaco antagonista selectivo de receptores de la serotonina). El objetivo era ver qué significado daban a una serie de canciones, algunas muy importantes para los voluntarios, y otras neutras o sin sentido.

De esta forma se observó que las piezas musicales que antes carecían de sentido para los participantes adquirieron un significado especial cuando estaban bajo la influencia del LSD. Ese efecto fue disminuyendo cuando los voluntarios recibieron el segundo fármaco que contrarrestaba los efectos del LSD en los receptores de la serotonina del cerebro.

Los investigadores encontraron que los efectos psicodélicos del LSD se eliminaron cuando los participantes recibían la ketanserina, ya que bloqueó la capacidad de la droga psicodélica para actuar sobre los receptores de serotonina conocidos como 5-HT2AR. “Ese hallazgo fue una sorpresa, ya que el LSD era conocido hasta ahora por estimular los receptores de dopamina”, subraya Preller.

Imágenes por resonancia magnética funcional

Por otro lado, para visualizar qué partes del cerebro están vinculadas a esas atribuciones cambiantes del significado, se utilizó la resonancia magnética funcional (fMRI), una técnica que ofrece imágenes de la actividad del cerebro mientras realiza una tarea.

«Al combinar imágenes cerebrales funcionales y evaluaciones detalladas del comportamiento durante las investigaciones sobre la relevancia o el significado subjetivo que se daba a las piezas musicales, pudimos dilucidar las relaciones neurobiológicas del procesamiento de la relevancia personal en el cerebro», dice Preller.

«Comprobamos –explica– que la atribución de significado personal y su modulación por el LSD está mediada por los receptores 5-HT2A y las estructuras de la línea media cortical, que también están implicados de forma crucial en la experiencia de un sentido del yo».

Según los autores, estos resultados sirven para entender cómo se procesa en el cerebro la importancia que damos a ciertas cosas, como las canciones, además de revelar blancos para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas o fobias en las que se ve alterada la relevancia que el paciente otorga a determinadas experiencias sensoriales o señales.

Preller adelanta que, después de las canciones, su equipo planea ahora investigar si se observan los mismos efectos en respuesta a estímulos visuales y táctiles.

La conexión genética de los males de la mente

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Un nuevo estudio recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas que podrían ser indicadores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos, como esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa, TDAH, migraña o alzhéimer
Un nuevo estudio recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas que podrían ser indicadores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos, como esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa, TDAH, migraña o alzhéimer

Los diferentes trastornos psiquiátricos comparten un gran número de genes de susceptibilidad, mientras que en las patologías neurológicas no psiquiátricas —como el alzhéimer o el párkinson— la genética es mucho más específica.

En la nueva investigación —la más extensa y ambiciosa sobre factores genéticos compartidos en patologías del cerebro— participan Bru Cormand y Raquel Rabionet, del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB), el Centro de investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD), entre más de quinientos expertos de países de todo el mundo.

El trabajo recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas —entre pacientes y voluntarios sanos— que podrían ser factores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos (esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa, TDAH, migraña, alzhéimer, etc.).

Además, abre nuevas fronteras a la investigación sobre las patologías que afectan al cerebro. Por primera vez, se perfila la base genética compartida entre trastornos psiquiátricos y enfermedades neurológicas no psiquiátricas (alzhéimer, párkinson, migraña, etc.), y amplía el foco de interés a rasgos de personalidad que no se consideran trastornos clínicos (inestabilidad emocional, por ejemplo) y a parámetros cognitivos (como el rendimiento escolar).

Los expertos se han centrado en el análisis de variantes genéticas que son frecuentes en la población general —presentes en más del 1% de los individuos—, pero que pueden dar lugar a patologías psiquiátricas o neurológicas en determinadas combinaciones. Las variantes estudiadas son las que afectan a cambios en un único nucleótido del ADN (SNP), que es el más abundante en el genoma humano.

Tal como explica Bru Cormand, “este trabajo nos ayuda a determinar el peso que tienen las variantes genéticas frecuentes en la etiología de las enfermedades del cerebro: es decir, a caracterizar la arquitectura genética de estos trastornos y separar la base genética compartida de las especificidades de cada trastorno”.

Genes y rasgos de la personalidad, a examen

El estudio confirma una fuerte correlación genética entre esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ahora bien, desvela igualmente que no existe un solapamiento importante entre los factores de riesgo genético de los trastornos psiquiátricos y los de las demás patologías neurológicas.

“Algunos trastornos neurológicos —apunta Cormand— como la epilepsia, el ictus, la esclerosis múltiple, el párkinson o el alzhéimer, tienen bases genéticas muy diferenciadas entre sí y también respecto a los trastornos psiquiátricos. La única excepción es la migraña, un trastorno neurológico que comparte genética con varios trastornos psiquiátricos (por ejemplo, el TDAH, la depresión severa o el síndrome de Tourette)”.

Otro de los elementos más innovadores es la correlación genética establecida entre algunos rasgos de la personalidad —como el neuroticismo, es decir, la inestabilidad emocional— con la mayoría de trastornos psiquiátricos y la migraña. En paralelo, también se han analizado distintas medidas cognitivas tomadas durante la infancia, “por ejemplo, los años de educación recibidos o el rendimiento escolar, que se relacionan positivamente con algunos trastornos psiquiátricos, como el trastorno bipolar o la anorexia, y negativamente con algunos trastornos neurológicos, como el alzhéimer o el ictus”, revela Raquel Rabionet.

Los genotipos se han generado mediante plataformas de análisis genético a gran escala —estudios de asociación del genoma completo (GWAS)— disponibles en España y muchos de los países implicados. “Los datos de partida son millones de genotipos de cientos de miles de individuos”, recuerda Cormand.

“En este tipo de trabajos tan integradores, la principal dificultad radica en la armonización de los datos, en generar un conjunto de datos homogéneo que facilite los análisis posteriores. Por lo tanto es esencial aplicar controles de calidad muy rigurosos”.

Trastorno psiquiátrico y neurológico: una frontera delicada

Durante años, la clasificación de las patologías psiquiátricas no siempre se ha basado en las causas reales de cada enfermedad, a causa del gran desconocimiento sobre la etiología de estos trastornos. Conocer los genes concretos que están implicados en una patología es un avance para mejorar la clasificación (nosología), el diagnóstico y las estrategias terapéuticas frente a la enfermedad.

Hace tiempo que los estudios de gemelos y familiares han permitido determinar que los trastornos psiquiátricos tienen una base genética importante, a menudo superior al 50%. Ahora, gracias a los datos genéticos masivos, es posible identificar genes concretos implicados en estas patologías —el paisaje genético— y abordar la cuantificación del riesgo genético a partir de datos moleculares. Además, la tecnología aplicada permite hacer comparaciones entre trastornos, como es el caso del trabajo publicado en Science.

Encontrar coincidencias genéticas entre diferentes trastornos psiquiátricos indica que, muy probablemente, las fronteras clínicas actuales no reflejan procesos fisiopatológicos diferenciados, al menos a nivel genético. “Esto puede tener un impacto en cuanto a tratamiento, pero aún es pronto para saber cómo podrá incidir todo ello en la práctica, en la elección de terapias. Sin embargo, sí podemos emplear los nuevos datos para clasificar los trastornos en nuevos compartimentos basados en la biología subyacente, lo que es probable que nos ayude a diseñar terapias más específicas y adecuadas”, apuntan Cormand y Rabionet.

“De momento —concluyen—, quizá sería preciso adecuar las clasificaciones diagnósticas actuales en el ámbito de la psiquiatría. Esto no sería necesario en los trastornos neurológicos; en este caso, las fronteras son mucho más claras, tanto entre los diferentes cuadros como respecto a los trastornos psiquiátricos”.

Una cura psicoactiva para la depresión

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Hasta ahora, la ketamina se ha utilizado como tranquilizante para caballos o droga alucinógena, pero desde hace unos años la literatura científica le otorga un potencial terapéutico para la depresión grave a pesar de sus riesgos: la adicción y la psicosis. En casos específicos, los expertos hablan de una cura ‘psicoactiva’
Hasta ahora, la ketamina se ha utilizado como tranquilizante para caballos o droga alucinógena, pero desde hace unos años la literatura científica le otorga un potencial terapéutico para la depresión grave a pesar de sus riesgos: la adicción y la psicosis. En casos específicos, los expertos hablan de una cura ‘psicoactiva’

Era 2010 y la revista Science ya describía cómo la ketamina –anestésico de uso frecuente reutilizado como droga alucinógena– regeneraba en ratas las conexiones entre las células cerebrales dañadas por la depresión, además de mejorar los síntomas y la conducta causada por esta enfermedad crónica.

Desde entonces, muchos otros estudios han confirmado la validez de esta sustancia para casos específicos de pacientes con depresión grave, eso sí, todos en modelos animales. En mayo de 2016 la revista Nature publicó también cómo la ketamina lograba combatir la patología en ratones.

El equipo de la Universidad de Maryland descubrió que la mejora del estado de ánimo no la causa la droga en sí, sino uno de los productos que se forman cuando el hígado la descompone en moléculas más pequeñas: el metabolito (2R, 6R)-hidroxinorketamina (HNK).

En su estudio, los científicos vieron que esas moléculas alivian de forma rápida la depresión sin provocar efectos secundarios incluso a dosis 40 veces mayores que las que se usaron en el experimento con ketamina.

Una única administración del compuesto logró efectos antidepresivos similares a los inducidos por la ketamina, que además perduraron durante al menos tres días, con la diferencia de que esta sustancia no generó ninguna adicción, el caballo de batalla del tratamiento.

“A pesar de que existe cierta evidencia sobre su uso, aún no hay una aprobación para la práctica clínica”, explica a Sinc Eduard Vieta, jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona. Por el momento, en Europa su uso se restringe a la investigación.

“En España, centros como el Hospital Clínic de Barcelona disponen de un protocolo de uso compasivo de ketamina en pacientes con depresiones graves y resistentes a los tratamientos habituales”, añade Vieta.

Esta semana, un artículo publicado en The American Journal of Psychiatry ha conseguido dar un paso más. El trabajo muestra los beneficios de la acción rápida de la ketamina para la depresión y el suicidio en 68 pacientes, aunque advierte sobre el riesgo de abuso y la necesidad de controles efectivos.

El nuevo trabajo, liderado por expertos de la Universidad de Yale (EE UU) y la compañía farmacéutica Janssen, revela cómo un esprái nasal de ketamina –sintetizada por primera vez en 1962– resulta prometedor en el tratamiento rápido de los síntomas de depresión grave con riesgo inminente de suicidio.

Según los autores, esta terapia podría solucionar el retraso en el tratamiento debido al efecto retardado de la mayoría de los antidepresivos comunes, que necesitan de cuatro a seis semanas para ser completamente efectivos. Sin embargo, aún queda un largo camino hasta conseguir la aprobación de las agencias reguladoras de medicamentos (FDA en EE UU o EMA en Europa).

Necesarios más estudios

De momento, no hay evidencias sobre los efectos secundarios del uso continuado de estas sustancias. Tal y como indica a Sinc Francesc Artigas, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB/CSIC), “todavía no se conoce en detalle cómo actúan estos compuestos. Ahora se encuentran en el ámbito experimental, es decir, no se prescriben a pacientes excepto los incluidos en ensayos clínicos”.

“Hay que ser muy cautos porque hasta la fecha no se han realizado estudios clínicos controlados en un número importante de pacientes”, continúa Artigas. “La ketamina solo se ha probado en personas que no responden a múltiples tratamientos convencionales y falta demostrar su eficacia en pacientes no resistentes, así como en aquellos que solo mejoran parcialmente con los tratamientos convencionales”.

Existen otras sustancias adictivas que también se barajan para el tratamiento antidepresivo, como la psilocibina o la ayahuasca. Cada una actúa de forma distinta y solo de la ketamina se dispone de datos controlados y claros sobre su eficacia.

Uso bajo supervisión médica

Todos los expertos están al tanto de los riesgos, por eso matizan que su uso no es ni milagroso ni para todo el mundo. “Estas sustancias son psicotrópicos con elevados riesgos tanto en el consumo puntual como en el crónico, y solo deben utilizarse por parte de equipos expertos en el entorno del hospital y en pacientes complejos”, indica Vieta.

El investigador, que ha participado en ensayos en fase III –el último paso antes de que la FDA contemple su aprobación– con efectividad probada en cuestión de minutos en la etapa depresiva del trastorno bipolar, advierte de que su consumo recreativo o ambulatorio puede ser muy pernicioso.

“Puede crearse una adicción y desencadenarse una psicosis si lo consumen adolescentes o personas de alto riesgo. Las sustancias psicotrópicas, en general, tiene efectos positivos y negativos. Cuando se utilizan bajo supervisión médica y en el paciente apropiado, pueden ser beneficiosas, pero su uso recreativo e incontrolado llega a ser muy dañino”, afirma Vieta.

“No hay que olvidar que el LSD estuvo comercializado en los años 50 como ayuda para el tratamiento con psicoterapia, pero lo retiraron del mercado por sus propiedades alucinógenas”, concluye Artigas.

Psicópatas en salsa agridulce

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Norman Bates, psicópata de cabecera y claro ejemplo de ductilidad
Norman Bates, psicópata de cabecera y claro ejemplo de ductilidad

Detectar a un psicópata no resulta nada fácil. Sus conductas son dúctiles y pueden ser “personas muy frías y calculadoras” con rasgos de superioridad, pero también “son superficialmente encantadores”.

La experta Feggy Ostrosky, Premio Nacional de Investigación en Psicología en México, explica que los psicópatas, que representan entre el 1 y el 3 % de la población mundial, “no sienten empatía ni sentimiento de culpa” a la hora de llevar a cabo actos atroces con metodologías muy variables.

Estudios recientes realizados a partir de imágenes cerebrales muestran que, cuando se le pide a una persona con este trastorno que se ponga en el lugar del otro, hay partes del cerebro que “no prenden del todo”, indicó.

La empatía es una característica fundamental cuando se habla de valores éticos y morales, apunta la catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien agrega que “el ser moral es aquel que decide ser moral”. “La empatía es un prerrequisito, pero no el total para ser un ente moral”, puntualiza.

Los tres periodos críticos a la hora de delinear la conducta y las condiciones morales son los 3 años, cuando se aprende a leer, y finalmente la adolescencia.

La autora del libro “Mentes Asesinas” asegura que “los criminales tienen perfectamente claro lo que es el bien y el mal” y cometen actos atroces “porque no tienen una buena regulación de sus impulsos y están llenos de hostilidad y enojo”.

La conducta psicopática es una interacción de variables, un proceso con una serie de factores biológicos, sociales y familiares de riesgo que “interactúan para producir estas personas”. La psicopatía está asociada a la violencia primaria, aquella que se origina sin estímulos externos (violencia secundaria).

Cuando se habla de violencia hay que distinguir este término del de “agresión”, lo que frecuentemente no se hace, según Ostrosky, fundadora de la Sociedad Mexicana de Neuropsicología. “La agresión -detalla al respecto- es una respuesta innata en los mamíferos con los que compartimos este sistema de respuesta biológica para podernos defender”. Por el contrario, la violencia se origina sin existir instinto de defensa previo y obedece a la incapacidad de controlar un impulso.

La duda que surge a la hora de concretar qué genera la psicopatía se debate entre la biología y la experiencia de vida, y la respuesta está en el equilibrio de ambos factores. “Se ha encontrado que el ser humano puede tener un gen o un polimorfismo genético, pero que se te prende a partir de una historia de abuso físico o psicológico en la infancia, y de ahí nos vamos a las historias de muchos asesinos”, explica la especialista.

Pero el cerebro de una persona termina de madurar dentro de un contexto social, lo que muestra la responsabilidad de la ciudadanía y el entorno familiar. “Los psicópatas están presentes en la población y yo digo que las circunstancias actuales les hacen muy eficientes para sobrevivir en este mundo”, declara.

“El mundo actual ha hecho que nos desensibilicemos ante la violencia y estemos expuestos continuamente”, opina la experta, quien alude a la posibilidad de abusar de alguien y exponerlo en un vídeo a través de Youtube.

Ostrosky destaca la necesidad de replantearse la relación con el morbo, ya que “una cosa es que veas qué pasó para que no te pase a ti, y otra que te tomes la foto con el muerto”. Esta afirmación se basa en la observación de una sociedad que requiere cada vez más registrar lo que ve a través de dispositivos, sin escrúpulos para filtrar si el hecho es o no ético.

Que las personas vean imágenes violentas no significa que se vuelvan violentas, pero el impacto que provoca cada vez es menor y se produce “un apagón de nuestros sistemas empáticos“ y eso influye como sociedad, alerta.

El reclamo del niño interior

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“La civilización es la respuesta a una situación traumática del mundo, una respuesta a una época en la que hubo una gran escasez”, explica el psiquiatra
“La civilización es la respuesta a una situación traumática del mundo, una respuesta a una época en la que hubo una gran escasez”, explica el psiquiatra

Una inagotable fuente de sabiduría, el psiquiatra chileno Claudio Naranjo explica porqué a día de hoy sólo sabemos comunicarnos con nuestros hijos a través de la violencia, cómo se pueden curar las heridas de la infancia para que no nos amarguen la vida cuando ya somos adultos y por qué el amor al prójimo no funciona si no se tiene amor propio.

Claudio Naranjo ha afirmado que cuando un psicoterapeuta ayuda a un adulto normalmente ello habla de multitud de carencias que de niño no vio satisfechas. “Aparece el reclamo del niño que vive dentro del adulto, empieza a quejarse de lo que no supo quejarse cuando era niño”, explica.

“Hay que sentir la rabia”

Según Naranjo, es tremendamente importante que los adultos sean capaces de “despertar“ a ese “niño interior enojado con la frustración de su padre o madre”, el cual pueda incluso “llegar a acusarles” y que sean capaces de sentir la rabia aparentemente irracional” que tenían de pequeños. “Porque sin el permiso de sentir esa rabia, uno vive como un animal castrado“, asevera.

El psiquiatra chileno asegura que los seres humanos “Somos como esos leones del circo a los que obligan a pasar por un circo ardiente a costa de hambre y del látigo”. “Todo animal puede ser domesticado, llega un momento en el que el animal se rinde. Así pasa con la vida humana también, a los adultos hay que devolverles la recuperación del dolor y de la rabia infantil para que vuelvan a estar enteros”, constata.

El camino hacia el amor

“Para amar hay que tener la libertad de decir sí o no, no puede ser uno un animal domesticado”, afirma Naranjo, añadiendo que hay que salirse de las frases tipo “tengo que ser un niño bueno” o “tengo que amar a mi padre o a mi madre“. El experto hace hincapié en que “solo desde ahí se puede propiamente recuperar el amor”.

“La rabia incondicional es como el comienzo de una nueva libertad”, apunta. En este sentido, el psiquiatra destaca que hay una contradicción en la ética cristiana, “que predica el amor al prójimo pero no predica el amor por uno mismo“. Dice: “ama al prójimo como a ti mismo“, pero en la práctica es como si el mensaje que transmite la cultura es: ‘no te ames a ti mismo’, recuerda. “El problema con eso es que no funciona el amor al prójimo si no hay amor por uno mismo“, añade.

“Somos víctimas de una sociedad enferma”

“Todos somos víctimas de una sociedad enferma“. “La civilización es la respuesta a una situación traumática del mundo, una respuesta a una época en la que hubo una gran escasez”, explica el psiquiatra. En ese sentido, Naranjo afirma que lo que hoy llamamos “mundo civilizado” es “inmoral” y “malvado“ porque no se quiere al prójimo.

“No se tiene sentido del bien común, es como si se estuviera sufriendo imaginariamente que se va a acabar la comida o el territorio“, lamenta.

Enfermedades mentales llevadas a la gran pantalla

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En "Rain Man" se plantea una película “muy clara” de una persona autista
En «Rain Man» se plantea una película muy clara de una persona autista

El suicidio, los trastornos de personalidad, el duelo, el autismo, las emociones, las adicciones, forman parte de un repaso de diferentes patologías mentales a través de 11 películas.

El duelo: Con amor, Liza

El fallecimiento de Liza hace que su marido tenga que enfrentarse a un duelo que se tornará en algo complicado y difícil de superar. En esta película se trata el duelo en un principio desde un aspecto normal de duelo en la vida, algo usual que de una forma u otra vamos a vivir todos alguna vez.

Porque los procesos de duelo no son siempre por el fallecimiento de un familiar, si no que hay muchos tipos, como el paso de la adolescencia a la madurez, la pérdida del trabajo o una pérdida sentimental.

Por eso, se hace  hincapié del duelo normal que todo el mundo tiene que pasar, las fases del duelo, cómo se supera además de analizar síntomas que nos pueden hacer sospechar que el duelo se está prolongando o que es un duelo complicado, caso en el que sí que hay que intervenir porque en algunos casos puede dar lugar a un duelo patológico.

Suicidio y estados de ánimo: Las horas

A través de esta película, con 9 nominaciones a los Oscar y de gran emotividad, se trata el tema del suicidio, los estados de ánimo y los tipos de depresión. En el film, que transcurre en un mismo día, aparecen tres mujeres de distintas épocas conectadas por una novela.

También se aborda además la prevención del suicidio, algo fundamental para que los profesionales sanitarios tengan conocimientos en este contexto, teniendo en cuenta que es uno de los temas tabús pese a ser la principal causa externa de muerte en España.

Trastornos delirantes: K-pax. Un universo a parte

El protagonista, Prot, está convencido que procede de otro planeta y que pronto dejará la Tierra. Tanto, que otros pacientes están decididos a acompañarle y hasta su doctor duda de poder distinguir realidad y fantasía.

Es muy interesante porque en la película puede haber varias interpretaciones, y eso también es bueno. Hay tres versiones posibles, que sea un estrés postraumático, un trastorno disociativo y en el último caso un trastorno delirante.

Fobias: Musarañas

Años 50, un siniestro hogar y una protagonista, Montse, agorafóbica y tremendamente obsesiva, que comparte vida y tormento con su hermana pequeña.

En esta propuesta cinematográfica se ve al extremo que llega la fobia, la ansiedad que conlleva, lo incapacitante que es para la persona, lo limitante que es para las actividades de la vida diaria.

Las fobias que se sufren en el día a día, que pueden llegar a ser muy incapacitantes y con una repercusión y sufrimiento muy grandes para el paciente.

Las emociones: Inside out

Aunque es una película de dibujos animados, en la que cada personaje representa una emoción (alegría, tristeza, ira, asco, miedo), los más pequeños perciben ciertas cosas pero no la profundidad de otras cosas que se dicen.

Ha habido críticas a la película desde otras corrientes de la psiquiatría y es muy interesante para saber qué son las emociones y como detectarlas,saber qué es la tristeza, que puede ser normal, aprovechando para, precisamente, enfocarlo desde la perspectiva de la normalidad.

Trastorno antisocial de la personalidad: La naranja mecánica

Imagen de "La Naranja Mecánica"
Imagen de «La Naranja Mecánica»

Esta obra maestra de Kubrick sirve para abordar la temática de los trastornos de la personalidad. Por ello, a través de un repaso general de los trastornos de la personalidad, como el límite, que también es muy prevalente, o el narcisista, entre otros preguntándose qué es la personalidad y cuáles son los trastornos.

Más en profundidad se trata el trastorno antisocial de la personalidad, su prevalencia y los posibles tratamientos, así como las repercusiones legales de la enfermedad y los actos de los enfermos que la padecen.

Adicciones: Réquiem por un sueño

A través de esta película, de sueños, metas, confesiones, y lo que uno es capaz de hacer para conseguirlos, se traza un repaso de las adicciones.

Violencia de género: Sólo mía

Sólo mía, retrato de la historia de una pareja en la que la felicidad, pronto deja paso al infierno de la violencia de género. Una película de esta temática con lo que estamos viviendo. Porque es una violencia de género no tan física, aunque también, sino que aborda el tema psicológico de ir minando a la persona haciéndola más pequeña, ir quitándole el espacio vital. Sutil pero igual de grave que lo más visible, como una dolencia física o una muerte.

Además la persona afectada llega un momento en que no es capaz de distinguiro, no es capaz de saber lo que es maltrato o lo que no, entra el tema de los celos, del ‘me quiere o no me quiere’ y por eso es un tema muy interesante.

Autismo: Rain man

Un joven egoísta y ambicioso se ve obligado a convivir con un hermano autista al que no conoce cuando se entera de que éste el beneficiario de la herencia que él mismo esperaba. Una película muy clara de una persona autista.

Hay muchos grados de autismo, de incapacidad, de adaptación de una persona con su enfermedad en la vida diaria. La película, se puede ajustar más o menos pero da ciertos síntomas y pone en contexto la patología.

Trastorno de la conducta alimentaria: El cuerpo perfecto

La protagonista es una joven gimnasta que, al introducirse en el exigente mundo del deporte de alto nivel, empezará a tener problemas con su peso que la conducirán a la anorexia.

Así, buscan hablar desde una perspectiva muy amplia y hablar mucho del trastorno de la imagen corporal, que es más allá del miedo a engordar y en el existen muchos aspectos que la enfermería especialista en salud mental tiene que tratar a parte de las pautas dietéticas, el control orgánico de malnutrición o alteraciones de iones, pues se va más allá, a intentar reconstruir todo lo que es en sí el trastorno.

Musicoterapia: The music never stopped

En esta película, será la búsqueda de una terapia musical el propósito de unos padres que encuentran a su hijo, 20 años después de huir de casa, en un hospital enfermo de un tumor cerebral. La música es lo único que le hace reaccionar.

Pues la musicoterapia es un recurso más con el que cuentan para movilizar en el paciente sentimientos y emociones a través de la música y saber canalizarlos de forma positiva.