Un orgasmo bien vale un disco

La revista alemana Taschen auspicia un libro sobre el intenso romance entre el cantautor francés Serge Gainsbourg (París, 2 de abril 1928-2 de marzo 1990) y la actriz británica Jane Birkin (Marylebone, 14 de diciembre 1946) en los años sesenta, esposos creadores del “himno” erótico del pop a finales de 1969: Je T’aime (Mais Non Plus), “Te amo (yo tampoco)”.
La colección fotográfica Jane & Serge. A Family Album (“un álbum de familia”), consiste en 172 páginas con imágenes en blanco y negro o a colores de la pareja, capturadas desde el comienzo de su relación parisina en 1968 por el hermano de ella, el ahora cineasta Andrew Birkin (9 de diciembre de 1945).
Leamos un fragmento de lo que dice la autora del texto, Alison Castle, en el artículo para TASCHEN intitulado Love At First Sight (“amor a primera vista”):
“Cuando Andrew Birkin me mostró las fotografías de Jane y de Serge, se trataba de un amor a primera vista. Pero no había sido así al principio cuando ella lo había conocido, pues halló en Serge a un tipo rudo (e incluso como dice Andrew, ‘horrible’).
“La chica inglesa de espíritu libre y el sardónico músico-poeta atado al tabaquismo, 18 años mayor, ciertamente formaban una pareja más bien bizarra, si bien nadie podría negar que ambos fueron los mismos pilares que edificaron esta pareja suya.
“En muchos sentidos, tal romance amoroso gozó de fama pública: los fans compartieron su pasión a través de las melodías de sus canciones bastante cachondas, o del álbum conceptual que grabaron totalmente de los dos, y en la enorme cobertura que la prensa les dedicara a su amor. La tímida inocencia de Jane, expresada en francés con giros ingleses, integró el contraste perfecto para la personalidad oscura y audaz de Serge. Se les idolatró y aún se les continúa idolatrando como pareja.
“La mitología de Jane y Serge comprende infinidad de facetas, pero pocas de ellas aparecen en las fotografías retratadas de Andrew. No son sino tomas instantáneas que él capturó de su hermana con su novio francés, de su familia, y de sus amistades. Nada más; pero al mismo tiempo, son mucho más.
“Jane es una chiquilla, después una doncella, luego una mujer joven enamorada y finalmente, una madre; no obstante, siempre es Jane. Su belleza radiante nos envuelve, así como el cariño de Andrew hacia ella. Serge es cálido, impulsivo, audaz (y el afecto de Andrew también es evidente).
“Todo este libro gira en torno a un profundo amor. Lo vemos en las miradas de esa lente y lo sentimos emanar detrás de la cámara. Así surge de la forma correcta, como debe aparecer en cualquier libro familiar.”
Alison Castle y Taschen han preparado este volumen memorable, Jane & Serge. A Family Album, acompañado de un póster, pegotes y algunas estampas de recuerditos en obsequio a los fans. .
Desde luego, las fotos del hermano de Jane Birkin se yerguen como el corpus grandioso de una historia fabulosa en sus momentos de felicidad absoluta: ahí vemos a un Serge sonriente, juguetón, inusitadamente tierno y servicial con Jane o con su hijita Charlotte (hoy excelente actriz); cantan, posan con gracia, arrullan a sus mascotas, se besan. El cuadro total refleja una historia de amor inolvidable.
Al paso del tiempo Jane tiró la toalla y abandonaría a ese genial artista que era Serge Gainsbourg, seguramente por sus excesos alcohólicos y a los cigarros Gauloises sin filtro, los mismos que lo llevaron primero a un colapso cardíaco y eventualmente, le provocaron su muerte al negarse él a dejar de fumar o beber.
Aquí es importante recordar que Je T’aime (Mais Non Plus) originalmente fue escrita por él para la actriz y cantante rubia Brigitte Bardot (París, septiembre 28 de 1943), considerada la bomba sexual francesa en 1968, una de las tantas féminas atractivas con quienes el feo narizón Gainsbourg anduvo antes de conocer a Jane Birkin. Habían grabado ese año el interesante LP Bonnie & Clyde, y aunque la Bardot interpretó aquella canción erótica con suspiros, gemidos y cantos sensuales ad hoc en un estudio de grabación, dando su débil imitación de un orgasmo sonoro al final de la pieza, a la postre no permitió que dicho tema explícitamente carnal fuese puesto a la venta.
Se dice que, efectivamente, ella y Gainsbourg hacían el amor cuando la grabaron; su versión es mejor que la de Bardot y el éxito mundial les llegó con el escándalo.
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2 comentarios sobre “Un orgasmo bien vale un disco”
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31 enero, 2019 en 8:47 am
Sorprendente post. Gracias por aportarlo…Espero màs…
Saludos
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31 enero, 2019 en 10:02 am
Celebro que te guste.
Saludos.
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